El Perú es el país de la región que importa y utiliza más mercurio, y ese
tóxico metal pesado llega, sutilmente, hasta nuestras mesas escondido en los más
variados y deliciosos potajes. Muchos de los ingredientes usados en nuestra
culinaria pueden estar contaminados con mercurio. ¿Alguna autoridad de defensa
del consumidor mide los niveles de este neurotóxico de lo que nos llevamos a la
boca y que se expende en los mercados y restaurantes capitalinos y del resto del
país? Ninguna.
Los consumidores deberíamos estar más concernidos de lo que significa que
millares de mineros artesanales viertan, día tras día, toneladas de este
peligroso metal pesado, devasten ecosistemas y contaminen suelos, cuerpos de
agua, flora y fauna. Y con la inexplicable complicidad de nuestras máximas
autoridades, con quienes nos están envenenando.
Probar un bocado de Doncella, u otro pez amazónico, puede significar ingerir
algo de mercurio, pues este se acumula en los tejidos del pescado y luego en los
nuestros. Mucho de lo que, entre risas y chelas, consumen los limeños: desde las
costeras conchas de abanico hasta las truchas andinas y los ya mentados peces
selváticos llegan a Lima con su sorpresita mercurial.
Las aguas del Rímac no se libran de los relaves mineros descargados a lo
largo de su curso. A Lima, en Estados Unidos los médicos especializados la
llaman ya "cancer city". ¿Será culpable de eso la contaminación que nos rodea y
esa "salsita de mercurio" que podemos comer sin saberlo?
Desde ayer Lima es sede del Segundo Foro Mundial sobre Extracción de Oro
Artesanal y de Pequeña Escala, organizado por el Programa de las Naciones Unidas
para el Medio Ambiente. Diversos expertos se han reunido para buscar salidas a
ese tipo de contaminación que afecta el planeta.
Esta cita no podía darse en peor momento para el gobierno: hace alrededor de
dos semanas, el Ejecutivo claudicó ante los mineros "artesanales" (gremio
mayoritariamente informal e ilegal), al ampliarles el plazo de formalización. El
acuerdo alcanzado bajo chantaje de quienes sostenían un paro y amenazaban con
desmanes, a lo largo y ancho del país, es resultado de la debilidad del Estado
para enfrentar una actividad que devasta el territorio nacional y que tiene en
la selva de Madre de Dios su rostro más descarnado.
Quien también estrecha la mano de esos mineros irresponsables es el Congreso.
Allí está sentado un poderoso personaje vinculado a la minería ilegal: el
tristemente célebre 'comeoro', Amado Romero.
El primer ministro, Juan Jiménez Mayor; el ministro de Justicia, Daniel
Figallo; el ministro de Energía y Minas, Jorge Merino; y el congresista Daniel
Abugattás, entre otras autoridades, pasarán a la historia como los grandes
ayayeros de la minería ilegal, por ese cuestionable "acuerdo". Y más de un
centenar de congresistas serán recordados por votar para que tan dañina
actividad no se incluya dentro de la nueva ley contra el crimen organizado, pese
a que explota a menores, prostituye a mujeres, crea núcleos de delincuencia y
mantiene vínculos con el narcotráfico. ¿Ignorancia o corrupción?
Decisiones
Urgen medidas para atender los daños
- La contaminación por mercurio genera trastornos neurológicos y de conducta
y otros problemas de salud. Urge declarar la emergencia ambiental en Madre de
Dios. Pero el ministro Pulgar-Vidal, al parecer, lo hará en la selva norte, para
evitarse problemas con los mineros ilegales.
Peligros
La contaminación en las aguas profundas
- En los últimos cien años las emisiones de mercurio han llevado a que sus
niveles se dupliquen en los primeros cien metros de profundidad de los mares. De
esta manera se han contaminado los peces y otras criaturas utilizadas como
alimento.
El Comercio, 04 de setiembre de 2013
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