Hernando de Soto es el intelectual peruano más reconocido y respetado alrededor del mundo. Como economista está convencido de que solo garantizando la propiedad de los más pobres se logra la inclusión, se genera riqueza de base popular y se esteriliza el terreno para evitar el avance de los grupos violentistas.
Los principales líderes del mundo occidental lo aplauden. Las revistas especializadas lo reconocen como uno de los mayores pensadores de nuestros tiempos. Sus admiradores van desde Bono -el vocalista de la banda de rock U2- hasta el ex presidente de Estados Unidos Bill Clinton, pasando por Madeleine Albright y David Cameron, primer ministro inglés (esto sin mencionar a su devota fanática, Margaret Thatcher, la Dama de Hierro o al extinto Ronald Reagan).
Los representantes de las naciones emergentes lo convocan para que los ayude a salir del estancamiento. Se busca su opinión sobre las raíces de la violencia en el mundo árabe que, para él, es producto de la frustración de los emprendedores.
Hablamos de nuestro compatriota Hernando de Soto Polar (Arequipa, 1941), quien estudia a fondo los diversos escenarios, coyunturas y realidades; intercambia ideas con su equipo; analiza los fenómenos sociales, económicos y ambientales y los explica con sorprendente claridad.
Es un explorador ideológico, un creador de nuevas ideas, un descubridor de caminos que llevan a que el capitalismo y el libre mercado sean sinónimo de prosperidad y oportunidades para todos. Pocos se atreven a refutarlo (muchos murmuran a sus espaldas) y que se sepa -fuera de descalificativos personales- no logran desbaratar sus teorías, pues llevadas a la práctica han tenido sonado éxito.
"Nadie es profeta en su tierra", dice. Quizá tenga razón en eso, porque ya lo decía el lúcido periodista Manuel d'Ornellas, aquí "la mazamorra se espesa con la envidia".
LIBERTAD E IGUALDAD
El Perú tiene una gran deuda con este notable arequipeño, pues le debemos la influencia del pensamiento liberal en la tradición intelectual peruana. Fue él y solo él quien convocó a fines de los años 70 e inicios de los 80 a los Nobel de Economía Milton Friedman (1912 -2006) y Friedrich von Hayek (1899 -1992), los mayores pensadores del liberalismo de entonces. Gracias a su impronta fue posible comprender el encuentro de las migraciones, las tradiciones andinas y su fusión con el mundo informal (en esencia libérrimo) que fructificó en una nueva élite económica de base popular.
Desde hace más de cuatro décadas Hernando de Soto demuestra al mundo en desarrollo sus pragmatismo y, desde hace ya buen tiempo, aporta una nueva mirada al Perú. Su aspiración máxima es que el fraseo constitucional "todos somos iguales ante la ley" sea una realidad y no ficción ni metáfora literaria.
Este revolucionario de las ideas considera que para esa "igualdad ante la ley" es necesario que el derecho de propiedad no sea exclusividad de unos pocos y que las comunidades más pobres sean empoderadas con la documentación necesaria para que tengan la misma voz comercial y económica ante el Estado (tanto para insertarse en el mercado de capitales cuanto para que las empresas extractivas y de infraestructura les den un trato inclusivo e igualitario).
DE MESA EN MESA
"¿Qué es esto de sentar a comuneros en incesantes mesas de diálogo, como si fueran enemigos a ser conquistados y se pretendiera firmar un acuerdo de paz?", ha dicho más de una vez. Con esto intenta llamar la atención sobre la ausencia del Estado y del gobierno nacional en diversos rincones del país, y la falta de acceso de las comunidades al sistema formal de justicia. Después de todo, cualquier ciudadano del Perú (industrial, según lo llama él) defiende su posición ante un juez, mientras que un poblador de cualquier comunidad (el Perú preindustrial, según sus nociones) no tiene esa facultad al no contar con la mínima documentación que lo respalde.
ADI"S VIOLENCIA
A principios de los noventa Sendero Luminoso con un carro bomba -cargado con 300 kilos de dinamita- redujo a escombros la sede principal de su 'think tank' (el Instituto Libertad y Democracia, ILD, en Miraflores). Quedó claro que Hernando de Soto y su pensamiento libertario y de fomento de documentos que garanticen la propiedad -urbano marginal y rural- amenazaban al grupo terrorista. El híbrido ideológico "marxismo-leninismo-maoísmo-pensamiento Gonzalo" se topó con ideas originalísimas y capaces de generar una verdadera revolución popular, basada en el capital y el libre mercado. Esto debilitaba al terrorismo -como efectivamente lo hizo-, pues brindaba esperanzas a los más pobres para tomar las riendas de su destino, evitando que fueran convencidos por el verbo del odio senderista.
Lo de Sendero contra el ILD fue un manotazo de ahogado de la banda criminal de Abimael Guzmán (el tal 'Gonzalo'), el mayor genocida de la historia del Perú.
¿Por qué los senderistas temían las ideas del economista? Simplemente porque había dado en el clavo al propugnar la garantía de la propiedad de los más pobres, formalizarlos y acercarlos a los beneficios de la modernidad, algo que se asumió con entusiasmo en el primer gobierno de Alberto Fujimori (lo que llevó al retroceso de Sendero en varias áreas).
Gracias a esas reformas, la hemorragia verbal terrorista perdió fuerza en un país en que latía ya la semilla del emprendedurismo, la posibilidad de acceder al crédito y de generar riqueza desde sus esteras y el arenal, o la pequeña chacra.
LO QUE NADIE VIO
Para Steve Forbes, editor en jefe de la prestigiosa revista económica familiar fundada por su abuelo, el éxito de Hernando estriba en que a diferencia de "la mayoría de expertos en desarrollo [él no] ignora al elefante que se encuentra en la habitación: el hecho de que la mayoría de la población mundial opera fuera de sus sistemas legales formales.
Los países en desarrollo no carecen de emprendedores, sino de instituciones y estructuras legales que permitan a sus emprendedores expandirse y verdaderamente florecer".La gran clase emergente peruana que ha activado los conos de la ciudad de Lima y otras ciudades del país es resultado de lo gestado por De Soto como asesor en los noventa, pero dice que queda mucho por hacer.
HIJOS DE LA TIERRA
Hoy es fundamental resolver el problema territorial para evitar episodios como el 'baguazo' y que los conflictos socioambientales sigan encendiéndose, días tras día, porque las comunidades nativas ven que su territorio es vulnerable y no tienen cómo defenderlo. Recordemos que menos del 15% de las aproximadamente tres mil comunidades amazónicas están registradas. Esto lleva a que la demarcación territorial no sea clara. El Estado -en opinión de De Soto- debe priorizar la titulación. "Va a ser más barato que tener otra guerra interna". El periodista Fareed Zakaria escribió en la revista "Newsweek", refiriéndose a la visión de Hernando de Soto, que "la reforma de la tierra generalmente ha sido vista como un proyecto socialista, pero es exactamente lo contrario. Apropiadamente realizada pone en el mercado a la tierra, el mayor activo en la mayoría de sociedades".
Siguiendo la lógica propuesta por el economista peruano, Zakaria sostiene: "Una reforma de la tierra tiende a brindar la propiedad a sus posesionarios que, por lo general, la cultivan eficientemente, o la vende a alguien que pueda hacerlo. Las reformas son cruciales para convertir una retrógrada sociedad campesina en una moderna y capitalista".
En una entrevista concedida al diario "Perú 21", De Soto explicó: "Los propios indígenas apus [líderes amazónicos] señalan que el problema es territorial". Y es que el manejo del territorio es soberanía y propiedad. "Lo que hemos visto en la selva -añadió- es que hay tres tipos de propiedad: la de los nativos, la de los colonos y la de las empresas petroleras o mineras". Y aquí pierden las comunidades, pues los s son débiles (cuando los hay), "mientras que los contratos del Estado Peruano con las compañías transnacionales están protegidos por la ley peruana, por tratados internacionales y les permiten hacer lo que deseen con el terreno. Los indígenas peruanos probablemente tienen más territorio que todas las empresas extractivas juntas. La modernidad no tiene por qué estar reñida con su cultura, solo se trata de aprender a usar los instrumentos de la globalización a su favor".
La gran clase emergente peruana que ha activado los conos de Lima y otras ciudades del país es resultado de lo gestado por De Soto, pero queda mucho por hacer.
"Nadie es profeta en su tierra", dice. Quizá tenga razón, porque ya lo decía el lúcido periodista Manuel d'Ornellas, aquí "la mazamorra se espesa con la envidia".
Martha Meier M.Q.
Editora central de Fin de Semana y Suplementos
El Dominical, 07 de abril de 2013