Las abejas se han convertido en la nueva esperanza contra el cáncer.
Por siglos a los productos del panal (miel, polen, jalea real) se les ha atribuido —justificadamente— propiedades sanadoras, vigorizantes, en fin, buenas y recomendables para mantener la salud.
Se conoce, además, de extravagantes tratamientos para la artritis y otras dolencias reumáticas que utilizan abejas para que inoculen su veneno en la zona afectada.
No son pocos los pacientes así tratados que han visto desaparecer, pinchazo tras pinchazo, su mal o por lo menos un significativo retroceso de sus síntomas.
Ahora la melitina, uno de los compuestos que forman el “veneno” de la abeja, ha demostrado ser un eficientísimo antitumoral. La melitina es una pequeña proteína o péptido que es atraída fuertemente a la membrana celular, forma poros que rompen las células hasta destruirlas.
El compuesto ha sido de interés para los investigadores desde hace algunos años por su capacidad de destruir toda célula con la que entra en contacto, “lo que la convierte además en excelente agente antibacterial, antimicótico y potencialmente anticanceroso. Las células cancerosas pueden adaptarse y desarrollar resistencia a muchos agentes anticancerosos que alteran la función genética o que atacan su ADN, pero les es muy difícil encontrar vías para contrarrestar el mecanismo utilizado por la melitina para matar”, explicó el doctor Paul Schlesinger, profesor asociado de biología y fisiología celular.
Investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington, en Saint Louis, usando “nanoesferas” (pequeñísimas esferas de menos de 6 millonésimas de milímetro) llenas de melitina, comprobaron que es posible aniquilar cualquier tipo de célula. Las nanoesferas (bautizadas como nanoabejas) se adhieren a la superficie de la célula maligna y la destruyen.
Inyectada directamente en la sangre afectaría a otros tejidos, pero encapsulada ataca únicamente al cáncer. La terapia experimental en ratones redujo o detuvo el crecimiento de los tumores de mama en 25%, de los melanomas en 88% y de las células precancerosas en 80%, y esto solo tras cinco aplicaciones. Un avance de los resultados fue dado conocer el pasado 10 de agosto en la publicación “on line”: “Journal of Clinical Investigation”.
“Las nanoabejas vuelan y aterrizan en la superficie de las células depositando su carga de melitina, que rápidamente se fusiona con las células malas”, explica el doctor Samuel Wickline, M.D., presidente del Centro de Excelencia Siteman de Nanotecnología para el Cáncer, de la referida universidad
De productoras de miel a sanadoras. Las abejas son hoy aliadas potenciales contra el cáncer, esa enfermedad que tanto sufrimiento y dolor causa.
Humilde la abeja va de flor en flor polinizando, contribuyendo a la reproducción de las plantas y con ello de la vida.
Hoy, gracias a los avances tecnológicos, las “nanoabejas” serán pronto una realidad terapéutica que volarán de una célula mala a otra, destruyéndolas y renovando la esperanza y las posibilidades de vida de millones de personas alrededor del planeta.
Por siglos a los productos del panal (miel, polen, jalea real) se les ha atribuido —justificadamente— propiedades sanadoras, vigorizantes, en fin, buenas y recomendables para mantener la salud.
Se conoce, además, de extravagantes tratamientos para la artritis y otras dolencias reumáticas que utilizan abejas para que inoculen su veneno en la zona afectada.
No son pocos los pacientes así tratados que han visto desaparecer, pinchazo tras pinchazo, su mal o por lo menos un significativo retroceso de sus síntomas.
Ahora la melitina, uno de los compuestos que forman el “veneno” de la abeja, ha demostrado ser un eficientísimo antitumoral. La melitina es una pequeña proteína o péptido que es atraída fuertemente a la membrana celular, forma poros que rompen las células hasta destruirlas.
El compuesto ha sido de interés para los investigadores desde hace algunos años por su capacidad de destruir toda célula con la que entra en contacto, “lo que la convierte además en excelente agente antibacterial, antimicótico y potencialmente anticanceroso. Las células cancerosas pueden adaptarse y desarrollar resistencia a muchos agentes anticancerosos que alteran la función genética o que atacan su ADN, pero les es muy difícil encontrar vías para contrarrestar el mecanismo utilizado por la melitina para matar”, explicó el doctor Paul Schlesinger, profesor asociado de biología y fisiología celular.
Investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington, en Saint Louis, usando “nanoesferas” (pequeñísimas esferas de menos de 6 millonésimas de milímetro) llenas de melitina, comprobaron que es posible aniquilar cualquier tipo de célula. Las nanoesferas (bautizadas como nanoabejas) se adhieren a la superficie de la célula maligna y la destruyen.
Inyectada directamente en la sangre afectaría a otros tejidos, pero encapsulada ataca únicamente al cáncer. La terapia experimental en ratones redujo o detuvo el crecimiento de los tumores de mama en 25%, de los melanomas en 88% y de las células precancerosas en 80%, y esto solo tras cinco aplicaciones. Un avance de los resultados fue dado conocer el pasado 10 de agosto en la publicación “on line”: “Journal of Clinical Investigation”.
“Las nanoabejas vuelan y aterrizan en la superficie de las células depositando su carga de melitina, que rápidamente se fusiona con las células malas”, explica el doctor Samuel Wickline, M.D., presidente del Centro de Excelencia Siteman de Nanotecnología para el Cáncer, de la referida universidad
De productoras de miel a sanadoras. Las abejas son hoy aliadas potenciales contra el cáncer, esa enfermedad que tanto sufrimiento y dolor causa.
Humilde la abeja va de flor en flor polinizando, contribuyendo a la reproducción de las plantas y con ello de la vida.
Hoy, gracias a los avances tecnológicos, las “nanoabejas” serán pronto una realidad terapéutica que volarán de una célula mala a otra, destruyéndolas y renovando la esperanza y las posibilidades de vida de millones de personas alrededor del planeta.
El Comercio, 15 de agosto de 2009