lunes, diciembre 29, 2008

No más impunidad para el delito ecológico

Aquí parece haber algo para celebrar. El ministro del Ambiente, Antonio Brack, ha informado que a partir del 1 de enero --con la entrada en vigor del nuevo Código Penal-- arriban penas severas y prisión efectiva, de hasta diez años, contra los delincuentes ecológicos. El 2009 podría ser un año histórico para nuestro país en lo que a desarrollo sostenible y conservación se refiere.
El delito ambiental diezma, depreda, rapiña, empobrece e intoxica, afectando la calidad de vida de todos pero especialmente la de los más pobres, de los más débiles, de los más pequeños y de los más ancianos. Y esto es posible porque existe un cuarteto corrupto y desafinado de empresarios irresponsables, de periodistas insensibles que confunden esta noble profesión con una simple labor de relaciones públicas o de silencios cómplices, de autoridades desvergonzadas y abogados que creen que la justicia es un simple juego de ajedrez en el que gana quien hace la jugada magistral (así esa jugada signifique la persistencia de un foco de envenenamiento de plomo para miles de niñas y niños o la desaparición de un bosque). Se trata de un tipo de delito que afecta colectivamente al país y su viabilidad, que saquea las riquezas de la que dependerá la sobrevivencia y desarrollo económico, con equidad y justicia, de las generaciones futuras.
A lo largo de la historia los más lúcidos pensadores y políticos se han preocupado por este tipo de crimen 'verde' y la necesidad de sancionar la destrucción. Desde Platón hasta Indira Gandhi, pasando por Aristóteles, J.F. Kennedy, Simón Bolívar y tantos otros.
En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, más conocida como Conferencia de Estocolmo (5 al 16 de junio de 1972), Indira Gandhi recordó a los líderes mundiales su responsabilidad frente a la creciente crisis ecológica. Allí dijo: "A través de toda la India, edictos grabados en roca nos recuerdan que hace 22 siglos el emperador Asoka definió como deber del rey no solo el de proteger a los ciudadanos y castigar a los infractores de la ley, sino también el de preservar la vida de los animales y de los árboles de la floresta". El poderoso Asoka con visión de estadista comprendió que el ambiente debía ser protegido de los pillos...
Felipe Benavides mencionaba que, según Garcilaso de la Vega, los incas prohibieron bajo pena capital perturbar a las aves guaneras en la época de cría. Esto porque la alimentación dependía de la alta productividad agrícola favorecida por el guano. La primera "demanda ecológica" en territorio peruano, es recogida por la historiadora María Rostworowski. Ocurrió en 1567, cuando los naturales de Atiquipa presentaron una queja ante don Pedro Melgar, alcalde de Arequipa, porque el ganado español vagaba sin vigilancia, destruyendo sus cultivos. Juan de Castro Figueroa --quizá el primer abogado 'verde' del país-- "consiguió la imposición de cien pesos de plata corriente como sanción a los dueños de los animales".
Esperemos que la mano dura llegue por fin a combatir el delito ambiental y que tengan prisión efectiva quienes destruyan impunemente el ambiente que nos cobija.
El Comercio, 27/12/2008

martes, diciembre 23, 2008

La mayor reserva marina del planeta

En sus ocho años como presidente de Estados Unidos, George W. Bush ha sido noticia por todo menos por su preocupación ambiental. La conservación no ha sido parte medular de su gestión. Es más, las estadísticas demuestran que durante su gobierno varios indicadores de gestión ambiental mostraron grandes retrocesos: los fondos estatales para limpieza de residuos tóxicos se redujeron en 52%, el número de playas clausuradas por insalubres subió en 26%, los ataques de asma vinculados a la mala calidad del aire se elevaron en 6%, las alertas para que no se consuman peces ribereños por contaminación crecieron 100%, las acciones legales contra el delito de contaminación cayeron en 17% (reflejando un relajo en el sistema de justicia contra los crímenes verdes). En fin, para los ambientalistas el hombre ha sido un verdadero desastre.
Robert F. Kennedy hijo, en su libro "Crímenes contra la naturaleza: cómo George W. Bush y sus amigos corporativos están saqueando el país y secuestrando nuestra democracia", menciona explícitamente que Bush tiene una agenda antiambiental: su rechazo al Protocolo de Kioto cuando se había comprometido a suscribirlo. Kennedy se remonta, además, a las épocas en que era gobernador de Texas y lo acusa de haber formado una troika pro industrial que copó todas las instancias de protección ecológica de ese Estado.
Así las cosas, nadie esperaba que tan insensible caballero creara la más grande reserva marina del planeta. En una ceremonia realizada a mitad de año, el 16 de junio, el presidente antiecológico designó las islas noroccidentales de Hawái monumento nacional. Se trata de una región tropical marina prácticamente intacta y considerada por los expertos como las 'Galápagos estadounidenses'. Una sucesión de islas deshabitadas, atolones, grandes colonias de arrecifes de coral, montes subacuáticos y una asombrosa biodiversidad. Esta área protegida es siete veces más grande que el conjunto de todos los santuarios marinos estadounidenses. Bush, hombre temeroso de Dios, tuvo al parecer una epifanía, una revelación. Ocurrió en abril, por esas cosas del Señor, que en la Casa Blanca se exhibió un documental sobre la paradisíaca zona, realizado por Jean-Michel Cousteau, hijo del recordado oceanógrafo Jacques Cousteau. Allí observó la inigualable belleza de los albatros de patas negras, la luz subacuática ondeando sobre el caparazón prehistórico de las tortugas verdes, la suave danza de los tiburones tigre, la creación bajo las aguas en todo su esplendor.
Luego de la cena escuchó a la bióloga Sylvia Earle hablar sobre la vida en los océanos.
Y ocurrió lo inesperado. George W. Bush supo que debía declarar este paraíso, monumento nacional para que sea conservado a perpetuidad; a este lugar al que Clinton solo había considerado como reserva de ecosistema, en el 2000, categoría que no garantizaba su protección permanente.
La intención es enfocarse únicamente en actividades científicas, educativas, de buceo, fotográficas y turísticas, todo bajo estricto control y con permisos especiales. En ciertas zonas solo podrán realizar actividades los pescadores artesanales hawaianos, conservando sus tradiciones y su forma ancestral de vida. Mientras tanto, nuestras autoridades que suelen rasgarse las vestiduras y llenar sus discursos con términos como megadiversidad, riquísimo mar de Grau, tesoros naturales inigualables, no logran siquiera darle protección efectiva a la Reserva Nacional de Paracas ni proteger islas, puntas, bancos como el de Máncora, o detener efectivamente la depredación de algas en el sur. Francamente...
El Comercio, 20/12/2008

lunes, diciembre 15, 2008

De espaldas al mar y a la vida

ECOSISTEMAS MARINOS Y ACTIVIDAD ECONÓMICA
en nuestro país se establezca un sistema integrado de reservas y parques marítimos. Es tarea urgente proteger la diversidad de los ecosistemas presentes en nuestro litoral y sublitoral, así como la biodiversidad de especies que dependen de ellos.
Se trata de ecosistemas que albergan riquísimas comunidades de algas, peces, moluscos, entre otros, de gran importancia social, económica, alimenticia, industrial y medicinal. Gracias a ellas subsisten especies tan variadas como aves guaneras y mamíferos marinos, como lobos de mar, delfines, nutrias, ballenas y otras especies representativas de la asombrosa variedad de la fauna oceánica.
Proteger nuestro mar de Grau no es solo salvaguardar la pesca artesanal y el modo de vida de miles de familias costeras. Es garantizar también la sostenibilidad de la pesca industrial y con ello responsabilizarse por la seguridad alimentaria de millones de peruanas y peruanos. Es también conservar atractivas especies para el desarrollo de emprendimientos turísticos, didácticos y científicos que permitirían elevar los ingresos de las zonas costeras más deprimidas y la calidad de vida de sus habitantes.
En días recientes hemos sido testigos de la terrible depredación del recurso alga en distintos puntos del litoral sur, sin que las autoridades tomen cartas en el asunto ni se pronuncien sobre el negativo impacto ecológico, a corto y mediano plazo, que causa esta rapiña.
En las últimas décadas, los investigadores se han pronunciado hasta el cansancio sobre la tarea pendiente de proteger diversos puntos de nuestra costa. Especialistas locales, como la destacada bióloga Patricia Majluf, ya deben estar afónicos de tanto alzar la voz en defensa de estos espacios. Mientras tanto, nuestras autoridades siguen haciendo lo suyo; es decir, nada, absolutamente nada por desarrollar una política de conservación ambiental. Y para que nadie desmienta esta afirmación, allí están la degradación ecológica, la desaparición de especies, la pérdida y quema de bosques, la contaminación de suelos, mares y ríos, los humos y relaves mineros, la explotación irracional y salvaje de nuestros recursos naturales, como el más triste certificado de orfandad del Perú en estrategias de prevención, recuperación y conservación del patrimonio ambiental. Más que padres de la patria en temas ecológicos tenemos padrastros irresponsables.
Kristina Gjerde, experta de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN) sostiene que requerimos "comprender nuestra dependencia de los océanos, entendidos como los pulmones del planeta y una de las mayores fuentes de alimentos".
Ejemplos exitosos de parques y reservas marinas sobran alrededor del planeta. Allí está, por ejemplo, en todo su azul esplendor, el parque marino de la Gran Barrera de Coral en Australia o ese paraíso de disfrute, educación ambiental y preservación del único arrecife coralino de Costa Rica: el caribeño Parque Nacional de Cahuita. Áreas protegidas que han resultado de una planificación técnica y altamente profesionalizada, con participación de expertos y de la comunidad.
Mientras que el Gobierno de Vietnam está invirtiendo cerca de 400 millones de dólares en ampliar la protección de sus zonas y parques marítimos, aquí exterminamos algas y las especies marinas que dependen de las primeras para desovar, desarrollarse y proliferar. Degradamos ecosistemas vitales. Le damos la espalda al mar y con ello a la vida misma. ¿Hasta cuándo?
El Comercio, 13/12/2008

sábado, diciembre 06, 2008

La importancia de las reservas marinas

CONSERVACIÓN Y DESARROLLO SOSTENIBLE
Los expertos consideran que el Perú posee el mar más rico y productivo del planeta. Esto, sin embargo, no ha derivado en un adecuado sistema de reservas que proteja la diversidad de nuestros ecosistemas marinos. A lo largo de toda la costa y pese a la gran extensión del mar de Grau, apenas contamos con una reserva marina: Paracas, establecida en 1975 gracias al impulso de don Felipe Benavides Barreda. Allí, en Paracas, se protege --al menos en el papel-- una porción de mar, considerado como uno de los nueve sitios de afloramiento de plancton más importantes de la Tierra.
La creación de un Sistema de Parques y Reservas Marítimas es imprescindible, no solo por razones de investigación científica, turística, paisajística o sentimental, sino porque simplemente es la única manera de garantizar a futuro la supervivencia y desarrollo de las especies de las que depende el equilibrio del ecosistema marítimo y la pesca artesanal e industrial, y con ellas la dieta humana.
La conciencia sobre la importancia de este tipo de reservas surgió en Japón, en 1966, tras el Simposio Especial sobre Parques. Se generó el debate y la reflexión científica sobre el tema. En mayo de 1975, en Tokio, se desarrolló la Conferencia Internacional de Parques y Reservas Marinas. Para entonces ya había consenso sobre la necesidad de conservar los ecosistemas marinos de importancia local, nacional o que alberguen recursos útiles para la humanidad. Hoy sabemos, además, que los océanos fijan el dióxido de carbono y otros gases responsables del calentamiento global, amén de generar, a través de la fotosíntesis de las microalgas y algas verdes, cerca del 90% del oxígeno del aire que respiramos.
En el Perú existen diversas propuestas dormidas al respecto. A principios de los 90, el recordado investigador Manuel Vegas Vélez propuso la creación de dos de ellas en el norte: la de Máncora, en la Región Grau (Tumbes y Piura) y la de Illescas (Piura y Lambayeque). Últimamente el doctor Guillermo Castro Escudero propone: "Un Área Natural Protegida Marino-Costera en el Banco de Máncora, para que posteriormente forme parte del actual Corredor Marino de Conservación y Desarrollo Sostenible constituido por Galápagos (Ecuador) e Isla del Coco (Costa Rica), así como los parques nacionales Coiba (Panamá), Gorgona y Malpelo (Colombia)".
¿Y qué pasa en el sur, zona poblada de diversas especies y de algas de gran valor para la industria, la medicina y la alimentación? Depredación pura y dura.
La doctora Patricia Majluf desde hace dos décadas viene bregando por la conservación efectiva de Punta San Juan, en Marcona (hoy ya considerada Zona Reservada), donde en unas pocas hectáreas se refugia el 75% de los pingüinos de Humboldt y el 30% de los dos tipos de lobo marino existentes en nuestro país (chusco y fino). La bahía de San Fernando requiere también atención por mantenerse en estado prácticamente virgen. Hasta allí bajan desde las lomas cercanas los guanacos, camélidos en extinción que antaño era común ver en otros puntos de la costa.
Establecer un amplio y representativo Sistema de Parques y Reservas Marítimas es tarea urgente, tanto para proteger ecosistemas frágiles y especies en peligro, cuanto para garantizar el equilibrio ambiental de la costa peruana y su viabilidad a futuro.
El Comercio, 06/12/2008

martes, diciembre 02, 2008

La tercera cultura

HACIA LA UNIFICACIÓN DE LOS SABERES
A principios del siglo XX, un jovencísimo Óscar Miró Quesada de la Guerra ('Racso') llegó a la convicción de que el pensamiento y la creación humana eran uno solo e integral. Convencido de que las letras y las humanidades no estaban reñidas con la ciencia, decidió erradicar la barrera impuesta en la Universidad San Marcos entre estas: una reja que separaba los patios de ambas especialidades y, literalmente, se la trajo abajo.
Su mensaje era clarísimo: el saber humano es y debe ser integral. No hay razón para que la poesía y la astrofísica, digamos, estén separadas, o para que el médico no se nutra del filósofo. 'Racso' creía en una cultura humanista, integral e integrada, de diálogo abierto, cuyas metas eran el avance y el perfeccionamiento de los seres humanos y las sociedades.
En 1959, el científico y novelista C.P. Snow, en una conferencia en Cambridge, disertó sobre "Las dos culturas". Aunque este intelectual no conoció los sucesos del patio de San Marcos, su tesis coincidía con la que llevó a 'Racso' a lanzarse contra la reja divisoria. Según Snow, la ruptura de comunicación entre las ciencias y las humanidades, fundamentalmente con la literatura, era uno de los principales inconvenientes para solucionar los principales problemas mundiales.
En 1965, John Brockman, un artista vanguardista, se acercó a la ciencia gracias al magistral músico John Cage. "Los artistas, a diferencia de sus homólogos literarios --escribió Brockman--, sentían un ávido interés por los científicos y les leían. Empecé a leer a los físicos Jeans, Eddington, Einstein y poetas como Wallace Stevens, que manifestaban una profunda comprensión de las ideas científicas. Recibí una invitación para conocer a Marshall McLuhan (...) hablamos mucho sobre (...) que el arte puede servir como faro: un distante y temprano sistema de aviso que puede decir a la vieja cultura lo que está empezando a ocurrir".
Brockman es actualmente un influyente empresario cultural y editor científico. Está convencido de que la ciencia es la única noticia que puede considerarse como tal, pues todo lo demás es efímero, pasajero, coyuntural. La ciencia es optimista porque da soluciones concretas a los males y problemas que aquejan a los seres humanos, y nos acerca al entendimiento de qué y quiénes somos. En Edge, sitio de Internet, se promueven los debates entre científicos y pensadores empíricos. "Está naciendo de la tercera cultura (...) una nueva serie de metáforas para describirnos, a nuestra mente, al universo y a todas las cosas que conocemos, y son los intelectuales con estas nuevas ideas e imágenes los que impulsan nuestros tiempos".
El último 19 de noviembre se presentó, en España, la Plataforma Tercera Cultura para fomentar el acercamiento entre ciencia y humanidades mediante la divulgación científica. Entre sus promotores están los periodistas Arcadi Espada, José Pardina y el filósofo Fernando Savater.
Nos toca pues a los periodistas romper ese muro entre las ciencias exactas y las ciencias de la comunicación e impulsar la tercera cultura.
El Comercio 29/11/2008