viernes, octubre 26, 2007

Las 96 zonas de vida natural. Sabiduría ecológica en el Perú antiguo

"Ama llulla. Ama qella. Ama sua". (No mientas. No seas flojo. No Robes). Código de vida del imperio Inca
Sin embargo, a las puertas del siglo XXI, la explotación rapaz de nuestras riquezas naturales sigue siendo palpable realidad, triste demostración de que no hemos podido liberarnos de ciertos "vicios" del virreynato.
En el Perú Antiguo, debemos siempre recordarlo, las prácticas conservacionistas estaban ampliamente difundidas. Fue por ellas que se logró avanzar enormemente en la agricultura y ganadería, asegurando alimento y abrigo a una creciente población. Nuestros Libertadores procuraron, luego, retomar este espíritu en lo que fueron las bases de la República Peruana. El propio Simón Bolívar emitió una serie de decretos de corte ecológico y nos legó, para posteridad, la noción de que el futuro de la patria està en la correcta administración de los bienes naturales. Así se explica su orden de incluir, en nuestro Escudo Nacional, la representación de la flora, la fauna y los recursos no-renovables. Pero el adecuado uso de este patrimonio pasa, necesariamente, por el profundo conocimiento de la realidad ecológica nacional.
Por más de medio siglo, el Amauta Javier Pulgar Vidal (1911-2003) batalló por la divulgación y revalorización de la sabiduría ecológica tradicional peruana. Nos ha enseñado cómo, en el Antiguo Perú, de manera clara y coherente, se sub-dividiò el territorio en...¡96 zonas de vida! Esto permitiò el óptimo aprovechamiento del espacio geográfico, en beneficio de sus habitantes y la conservaciòn de sus recursos...



"Los antiguos peruanos dieron la más acertada respuesta al medio geográfico hostil". Así resumió el filósofo de la historia, Arnold Toynbee, lo que fue el Tahuantisuyo. En 1589 en su lecho de muerte en el Qosqo, Mancio Serra de Leguízamo, viejo capitán del conquistador Pizarro, dicta y jura ante notario: "Que hallamos estos reinos de tal manera que en todos ellos no había un ladrón, un hombre vicioso, ni holgazán, ni había mujer adúltera ni mala...Que las tierras y montes y minas y pastos y caza y maderas y todo género de aprovechamientos estaban gobernados...".
Dos visiones, en dos distintas épocas, que se refieren a los avances, en tiempos pasados, de los aspectos sociales, económicos, agrícolas...

CONOCER PARA CRECER
El grado de desarrollo que se alcanzó en tiempos del Tahuantisuyo se basó, entre otros factores, en el profundo conocimiento del ambiente, de los procesos naturales y la correcta administración de las riquezas ecológicas. Para muestra un botón: miles de años antes que por estos lares se escuchara el castellano, ya se habían logrado domesticar entre...¡150 y 500 especies de nutritivas plantas nativas!
La papa, el maíz, el maní, la piña, la quinua, la kiwicha, el tarwi, el pallar, el zapallo, el tomate, y tantas otras que alimentan hoy a la humanidad, fueron "inventadas" por los primigenios habitantes de esta parte del globo. Para esta "espectacular" domesticación se tomaron en cuenta los factores climáticos, geográficos, hídricos, etc... Así se lograron, inclusive, variedades adaptadas a la realidad ecológica de cada rincón agrícola.

LAS OCHO REGIONES NATURALES
Por más de medio siglo el Amauta Javier Pulgar Vidal estudió las subdivisiones tradicionales del territorio nacional, en función de sus características ecológicas. Así ha ilustrado a varias generaciones del Perú sobre las 8 regiones naturales: Chala, Yunga, Quechua, Suni o Jalca, Puna, Janca, Rupa-Rupa y Omagua.
"Nuestros antepasados -indicaba el Amauta- comprendieron la necesidad indispensable de llegar al verdadero conocimiento de las zonas de la vida natural, tanto humana como animal y vegetal, tal como finalmente lo establecieron los ecólogos del Nuevo y Viejo Mundo, en tiempos modernos".

DE ZONA EN ZONA
En la memoria del "I Congreso Peruano de Ecología", publicada por el Fondo Editorial de RENACE-Perú, explica Pulgar Vidal: "Estas zonas han encontrado expresión científica avanzada en numerosos teóricos y filósofos de la ecología, como el tratadista Holdridge (1947), vulgarizado entre nosotros por J.Tossi jr. Tal autor fue el primero en publicar las "Zonas de Vida Natural del Perú". Este estudio consideró 46 zonas de vida para nuestro país". Años más tarde, según lo indica el propio Amauta, la ONERN (hoy INRENA) publicó el mapa ecológico del Perú que analizó 84 zonas de vida natural, de las 104 que se supone existen en todo el planeta. Pero las investigaciones de Pulgar Vidal tienen mayor proyección...Si partimos de las 8 regiones naturales del Perú, y aplicamos el sistema tradicional podemos constatar que: las antiguas mujeres y hombres del Perú subdividieron el territorio en...¡96 zona de vida natural!
El Amauta explica ademàs que cada una de las 8 regiones fueron designadas con nombres expresivos, concebidas en diversas lenguas nativas, que recogieron en sìntesis perfecta, la verdadera significación y preciso contenido de cada zona. A saber, y comparándolos, el sistema del antiguo Perú resulta más práctico y permite, en el campo, un reconocimiento más simple de cada zona y sus subdivisiones.

LAS ZONAS MEDIAS
Javier Pulgar Vidal nos enseña que los antiguos hombres y mujeres del Perú al analizar la realidad ecológica se dieron cuenta que cada una de las ocho grandes zonas de vida natural eran muy vastas y que al recorrerlas se distinguían 3 zonas menores: LURIN (o zona baja); CHAUPI (zona media); HANAN (o zona alta). Esta realidad está presente en cada una de las ocho regiones. Así el ecólogo del antiguo Perú multiplicó 8 x 3, llegando a las 24 zonas medianas de vida natural, humana, animal y vegetal.
Pero allí no quedó la cosa...

OBSERVANDO LA LUZ
La permanente observación permitió a los antiguos habitantes percatarse que la luz solar no ilumina de manera pareja el paisaje; que al caer, por la mañana, en determinados sectores del suelo se producen variedades vegetales distintas, a las de los lugares que reciben el sol por las tardes.
Esta particularidad se observa también en cada una de las 24 zonas medianas de vida natural. Multiplicamos así 24 x 2 y llegamos a las 48 zonas de vida. A la zona de iluminación matutina se denominó ALLAUCA y a las que recibían el sol de la tarde: RANCHA. Y todavía hay más...

LO QUE DICEN LAS PLANTAS
Otra subdivisiòn resultò de la observaciòn de las plantas. Estas eran diversas y variadas no sòlo por las diferencias en la iluminación solar que recibía el lugar donde proliferan, sino por los distintos grados de humedad o aridez. Así se percataron que la ubicaciòn del suelo era también fundamental. Descubrieron entonces que la vertiente occidental (la cara de los Andes que miran al Pacífico) era árida o menos húmeda -esta parte fue llamada CHAQUI- y que la vertiente oriental (cara que mira a la selva) era mucho más húmeda y la llamó MIQUI. Así multiplicó las 48 zonas de vida, mencionadas líneas arriba, por estas dos última y llegó a comprender que en el Perú podían observarse 96

ZONAS PEQUEÑAS DE VIDA NATURAL.
PERUANIZANDO LA ECOLOGIA
El Amauta Javier Pulgar Vidal fue enfático en afirmar la necesidad de que nuestros estudiosos y especialistas retomen la sabiduría tradicional peruana para analizar e interpretar la realidad ecológica nacional y sus posibilidades. "La capacidad de esta nomenclatura -indica- aleja todo el riesgo que comporta la pretendida aplicación de nombres foràneos inventados por Holdridge y que nuestros ecólogos insisten en aplicar en el Perú". Como lo decía el propio Amauta: es necesario comprender y aplicar estas nociones teóricas y prácticas, para el desarrollo de una ecología netamente peruana. Sòlo asì podremos hallar una solución adecuada a nuestros problemas ambientales...