Difícil es olvidar cuando Maritza Garrido Lecca fue presentada en traje a rayas gritando: “¡Vende patrias! ¡Lo que quieren es matar al presidente Gonzalo!”. Más difícil aún es entender por qué la revista ‘Somos’ le dedicó una portada a esta terrorista de Sendero Luminoso.
Maritza Garrido Lecca, MGL, será liberada el lunes, no está arrepentida de la sangría desatada por “su” presidente ni los asesinatos y violaciones a los derechos humanos perpetradas por sus camaradas. Según la CVR Sendero asesinó a 11.021 personas y desapareció a 1.543, cifra que “representa el 54% de todos los casos de muertos y desaparecidos reportados”.
En la portada de ‘Somos’, MGL aparece en foto de su sonriente adolescencia, la imagen se sobrepone -con grosera intencionalidad- a la del día de su presentación, ya capturada. Junto a la composición fotográfica se lee: “de niña miraflorina a guardiana de Abimael Guzmán”. ¿Apología al terrorismo y encubrimiento?
Debe quedar claro: Garrido Lecca no fue “guardiana” sino parte del círculo de poder del mayor genocida de la historia republicana, el carnicero Abimael Guzmán Reynoso, alías “Gonzalo”, su “presidente”, el gestor del enfrentamiento entre hermanos, del asesinato de campesinos y empresarios, del rapto de muchos, de la violación de niñas frente a sus padres, de mujeres frente a sus hijos y esposos, y de la esclavización de indígenas Ashaninkas.
Ese número de ‘Somos’ -revista que con tanto cariño y tino crearon para El Comercio mis primos Alejandro Miró Quesada Cisneros y Bernardo Roca Rey M.Q, décadas atrás- chorrea sangre. Al interior, 17 páginas difunden la vida de una terrorista como si fuera un personaje ejemplarizador, esas hojas pretenden manipular al lector y forjar una imagen positiva de ella, solo dos de las once fotos la muestran con el traje a rayas de terrorista capturada, el resto son de un feliz y pacífico álbum del recuerdo. Hay un meta-mensaje peligroso: los senderistas son celebridades con acceso a portadas y artículos benevolentes.
El editor de ‘Somos’ y el director de El Comercio le deben una disculpa al país, a los miles de familiares de las víctimas de Sendero, y al propio diario donde escribió Bárbara D’Achille, mujer paradigmática y defensora de nuestras riquezas naturales, asesinada brutalmente el 31 de mayo de 1989 en Huancavelica por los camaradas de la Garrido Lecca, los que también mataron y dinamitaron a María Elena Moyano.
¿Qué nos está pasando?
Martha Meier M.Q.
Expreso, 09 de setiembre de 2017