Algunos ingenuos creyeron que los ojos del buenmozo Rafael Correa y su educación a cargo de jesuitas eran suficiente garantía de izquierdismo moderno y moderado. ¡Ja! A poco de subir al poder se convirtió en ventrílocuo del mayor empresario petrolero del planeta, Hugo Chávez, y empezó a bailar al son del joropo venezolano.
El guapetón intentará dar el zarpazo final para hacerse del poder absoluto en el Ecuador, este sábado 7 de mayo cuando realizará una consulta popular y un referéndum constitucional. Así espera lograr una grosera concentración de poderes en el Ejecutivo, o sea en él y quebrar el espinazo de la democracia y sus poderes independientes, y participar directamente en la designación del Consejo de la Judicatura y la reforma del sistema judicial, amén de establecer herramientas judiciales –como la sanción al “enriquecimiento privado no justificado”- que, sin duda, usará para amedrentar y perseguir a sus adversarios políticos.
Los medios de comunicación privados no podían estar fuera del “razonamiento” del niño bonito del ALBA, hijo putativo de Chávez, primo de cariño de Evo Morales y nieto por elección del coma-andante Fidel Castro. Así, asestará un duro golpe a la libertad de expresión pues algunos de los textos propuestos están directamente dirigidos contra la propiedad de los medios. Entre otras peligrosas extravagancias propone una enmienda constitucional para prohibir que los accionistas y directivos de medios ecuatorianos tengan otro tipo de actividad empresarial. ¿Cómo será, si uno tiene una revista no podrá abrir una lavandería, una pollería, una juguería?, o ¿cuáles vendrían a ser los negocios incompatibles según el corto entendimiento del angelito bolivariano? Un consejo de regulación de contenidos se encargará de definir los criterios de responsabilidad, abriendo paso a regulaciones y sanciones a periodistas y a medios por lo difundido.
Ya en el 2009 suspendió por tres días la señal de TeleAmazonas por transmitir “programación alarmista”, que daba cuenta de que la exploración y explotación gasífera en la isla Puná preocupaba a sus moradores. ¡Oh casualidad! El proyecto estaba a cargo de la petrolera chavista PDVSA. ¿Qué dirá su carnal Ollanta de todo esto?
El Comercio, 01 de mayo de 2011