En 1994 una mujer andina adquirió una parcela en Tragadero Grande, Cajamarca. La Comunidad Campesina Sorochuco le otorgó un certificado de posesión. Vivió tranquila con su esposo y formó una familia. Esa mujer es Máxima Acuña de Chaupe y su vida transcurrió tranquila hasta 2011, año en el que la minera Yanacocha, asociada a Newmont (donde el especulador y narco promotor George Soros mantenía acciones), intentó desalojarla a la fuerza, aduciendo que esa parcela era parte de terrenos comprados por la minera en 1996.
El 8 agosto de 2011 hubo un violento intento de desalojo, destruyeron las casitas de la familia y se llevaron sus objetos personales. A los tres días regresaron para tratar de hacerse de la posesión de Máxima, convertida ya en símbolo de la inequidad de derechos en el Perú. Gilda su hija, de 16 años, intentó detener a un cargador frontal lanzándose frente a él: terminó inconsciente por los golpees que le propinaron los agentes de la DINOES.
Los Chaupe no entendían qué pasaba, habían denunciado a Yanacocha por el primer ingreso forzado a su propiedad; no sabían que aquella denuncia había sido archivada y que ellos habían pasado de denunciantes a denunciados.
El notable economista Hernando de Soto sostiene que hay un Perú pre-industrial (en este caso el de los Chaupe Acuña) y un Perú industrial (el de las empresas) y que entre ambos existe gran asimetría, no por el poder económico de los unos sino porque la documentación de los pre-industriales (los pobres) no logra garantizar posesión ni propiedad, impidiéndoles generar capital.
Son dos países en un mismo territorio que se mueven en momentos históricos distintos, y ciertas empresas abusan de esa realidad para rapiñar. ¿Qué logran? Convencer a las grandes mayorías que el sistema y el modelo económico son perversos, y con ello fortalecer a los líderes antisistema (después no lloren).
Hace pocos días la minera volvió a destruir la propiedad de Máxima Acuña y de su esposo Jaime Chaupe. Pero Máxima ya no está sola, su sufrimiento ha despertado la solidaridad de diversos grupos sociales, y es ya figura internacional. La visibilización de su drama ha impedido que intereses subalternos interfieran con el Poder Judicial de Cajamarca que le dio la razón en diciembre de 2014. Yanacocha, la mayor productora de oro de Sudamérica, tuvo su primera derrota legal, algo inusual para ellos. En días recientes tuvieron otra: pues la Sala Penal de Apelaciones de Cajamarca declaró inadmisible su recurso de casación contra la sentencia de diciembre.
No existe mayor amenaza para el necesario clima de confianza requerido para las inversiones y el crecimiento de las empresas, que aquellas empresas que pretenden imponerse, a costa de atropellar derechos.
Pero hoy #MáximaNoEstáSola, pese al gobierno y a cierto sector del empresariado. ¿De qué dialogo habla el presidente Ollanta Humala? Hoy #OllantaEstáMásSoloQueNunca.