SÁBADO 16 DE abril DEL 2016
A Ollanta Humala debemos agradecerle la Ley 29811, Ley de Moratoria de Organismos Vivos Modificados (OVM) que cerró las puertas al ingreso de los OVM (o transgénicos) por diez años. Tal moratoria favoreció la protección de nuestra biodiversidad, la revalorización y redescubrimiento del potencial comercial de las semillas nativas y el impulso de la agricultura orgánica peruana, cuyos productos tienen gran demanda en el creciente mercado “verde” global. ¿Qué hará el próximo gobierno al respecto?
Ya hay lobistas frotándose las manos imaginando los millones para sus bolsillos si logran tirarse abajo la moratoria. Es de suponer que usarán el trillado argumento de erradicar el hambre y la desnutrición. Vale recordar que en 2014 el director ejecutivo de la FAO, José Graziano da Silva, declaró a La República que el Perú tiene “tantas posibilidades para la producción orgánica, que por ahora el debate en torno al uso o no de transgénicos no debe ser una preocupación para su país”. Más claro ni el agua clara.
Un sector de los científicos -varios financiados por transnacionales químico-farmacéuticas- levantarán las banderas de la “libertad de investigación”. Ellos deberían saber que en octubre del año pasado, cerca de 70 % de los países de la Unión Europea (UE) pidieron prohibir en su territorio el cultivo de transgénicos, justamente porque no hay data científica que demuestre su inocuidad. La investigación debería ser rigurosa y profunda en ese sentido: los potenciales efectos dañinos sobre la salud y el ambiente de esos productos. Pero ¿qué hará el próximo gobierno con la moratoria transgénica?
El Frente Amplio (FA) de Verónika Mendoza la garantizaba; una de sus metas era -y será en el Congreso- hacer del Perú “un país libre de semillas transgénicas” ampliando la moratoria diez años más, apoyando la producción orgánica y el biocomercio”. Con Verónika fuera de carrera solo queda por saber qué harán Pedro Pablo Kuczynski y Keiko Fujimori.
En 2012 Kuczynski dijo que la moratoria: “es una medida que se parece a las que daba la Inquisición […] El condenar a los transgénicos es simplemente demostrar una tremenda ignorancia […]. Desde otra mirada, Keiko Fujimori propone mantener la moratoria para proteger la biodiversidad y favorecer el desarrollo con base en este potencial natural.
Así Keiko irá por la senda de Verónika en lo que respecta al tema de un Perú libre de transgénicos, en tanto PPK seguramente cambiará de discurso y dejará de ser protransgénico en los próximos días, porque en el Perú sumamos millones los “ignorantes” que no queremos ver a nuestro país convertido en campo de experimentación de semillas peligrosas ni arrodillado ante el lobismo. Digo no más…