SÁBADO 27 DE febrero DEL 2016
Julio Guzmán no es un “outsider”, como cierta prensa nos quiere hacer creer, es más bien el “insider” del humalismo, un gobierno al que apoyó desde el primer día. Tampoco ha dado ese salto que las encuestadoras difunden por todos los medios. Lo único que ha crecido exponencialmente es el antivoto Guzmán, y esa tendencia está en alza.
Si quieren que tomemos en serio el dicho de las encuestadoras, los “analistas” no pueden dar lecturas sesgadas. Veamos la cosa completa: según CPI, 42.9 % de la población jamás votaría por Guzmán, de estos más de un tercio considera que no tiene capacidad para al cargo, prácticamente 1 de cada 3 encuestados (31.7 %) considera a Guzmán el candidato de Palacio, es decir el representante de #LaGranContinuación, el #Guzmala que menciona el dos veces presidente Alan García. Y esa cifra puede ser mayor, tomando en cuenta que 23.5 % evitó dar su opinión sobre el tema.
Lean bien, lo digo, lo repito y lo firmo: Julio Guzmán no pasará a la segunda vuelta porque encarna la mentira, algo que repele a los electores. ¿Julio Guzmán miente? Sí, casi tanto como Alejandro Toledo. El niño Julio dice aquí ser “recontra católico”, pero en el programa de un rabino dirigido a la poderosa comunidad judía neoyorkina, aseguró ir a la Sinagoga, practicar todas las tradiciones y que criaba a su hija como judía. El candidato puede creer en lo que le plazca, lo que no puede es mentir con ese descaro (ante el rabino reconoció que abrazar la religión judía “podría afectar” su candidatura).
En un arrebato propio de un reality de media caña, Guzmán mandó callar a su jefa Nadine, cuando esta mediante twitter evidenció que era su candidato. Si cree que convertirse al judaísmo dañaría su candidatura, sabe bien que más estragos le causaría que es un “insider” del nadinismo, de este gobierno corrupto e ineficiente. Daniel Urresti -supuesto candidato oficialista- le ha dicho “sí, sí has estado en el gobierno compadre”, recordando que fue parte del proceso de transferencia “para recibir el gobierno de García” y sus cargos de viceministro de secretario general de la PCM, “que equivale a ser jefe de los viceministros”. La mentira tiene patas cortas.
Sabiendo que 66 % decide su voto recién entre los 30 días anteriores (23 %), una semana antes (20 %) y el mismo día en la urna (23 %), es fácil decir desde ya “¡Chau Guzmán!” ¿Por qué? Simplemente porque todo en él es improvisación y mentira.