SÁBADO 28 de mayo DEL 2016
En la primera vuelta la joven candidata de la izquierda consorciada en el Frente Amplio, FA, Verónika Mendoza, demostró tener un discurso potente, liderazgo y se dibujó como una figura importante para las presidenciales del 2021. Mendoza, sin embargo, se está jugando un promisorio futuro al decir: “no votaré blanco, ni viciado, ni por Keiko”, encabezando la coartada bautizada “voto crítico”, para que los rojos voten sin culpa por esa derecha financiera encarnada en Kuczynski, que les apesta.
La izquierda está tratando de endosar el voto de ese sector a PPK (“tapándose la nariz”, dicen ellos mismos). Que la rojería, rábanos y caviares se tapen la nariz para votar por Kuczynski, es lógico, el hombre representa -ideológica y políticamente- lo que siempre despreciaron y la base de su lucha: está rodeado por personajes que negociaron felices con el dizque ‘dictador’; es lobista de larga data, eficiente representante de las grandes extractivas trasnacionales del “imperialismo” y así.
Ser liberal, libertario o de derecha y votar por Kuczynski es coherente. Cosa distinta dárselas de socialista, derecho humanista, ultra-hiper -ya no ya-demócrata, pachamama lover, gas a 12 soles y apoyar al candidato que dijo: “Esto de cambiar las reglas, cambiar los contratos, nacionalizar, que es un poco una idea de una parte de los Andes, lugares donde la altura impide que el oxígeno llegue al cerebro…”.
Los “voto críticos” se hacen los sordos con eso y ciegos con la presencia de Meche Aráoz, exministra del segundo alanismo, candidata presidencial del APRA en 2011 y una de las responsables políticas del Baguazo. Lo mismo con el señor Thorne, principal asesor económico pepekausa, del J.P. Morgan, banco vinculado a cuchipandas en las privatizaciones del fujimorato (rojos dixit) y a una emisión de bonos soberanos en el toledismo (denunciada por el recordado Javier Diez Canseco). PPK quiere llegar al poder. ¿Para qué? Ha sido ministro varias veces y qué nos legó. Nada, salvo su diligencia con los intereses del dueño de Hunt Oil, y el contrato de Camisea, lesivo para el Perú.
En lo que queda de campaña “Pepekausas” y “voto críticos” se embarrarán y dirán que el lodo se los lanzó Keiko Fujimori, candidata de Fuerza Popular (K). Machacarán lo de “narco-estado”, pese a que Gilbert Violeta es hombre de confianza de PPK, y ha sido relacionado con la mafia del reo Rodolfo Orellana (investigado por presuntos nexos con el narcotráfico). ¿Voto crítico o voto cínico?