La periodista peruana Martha Meier publicó recientemente un artículo en el diario El Comercio en el que denuncia una frontal "cacería contra la Iglesia Católica" con la campaña mediática difamatoria que busca enlodar al Papa Benedicto XVI ante los casos de abusos sexuales cometidos por algunos miembros del clero.
En opinión de Meier, los sectores que buscan ensuciar al Santo Padre son aquellos que "buscan resucitar su ideología caduca" desprestigiando "a la institución cuyos miembros fueron martirizados en su batalla por la libertad, brindando fe, esperanza y la fuerza espiritual para que el pueblo se rebelara contra las dictaduras que asfixiaron Europa del Este por décadas".
Tras comentar que sobre los sacerdotes abusadores debe caer todo el peso de la ley, la periodista cuestiona: "¿Los que se rasgan las vestiduras por los actos abominables de pederastia, están realmente preocupados por la niñez? ¿Quienes derraman cataratas de tinta sobre el tema, buscan la verdad? La respuesta es no".
Para Meier, "a través de la desinformación o la sobreinformación deleznable, que es lo mismo, se descalifica a la Iglesia Católica, se colectivizan las responsabilidades y se pretende crear sensación de culpa –y equívoco– a los acerca de dos mil millones de católicos".
En opinión de Meier, los sectores que buscan ensuciar al Santo Padre son aquellos que "buscan resucitar su ideología caduca" desprestigiando "a la institución cuyos miembros fueron martirizados en su batalla por la libertad, brindando fe, esperanza y la fuerza espiritual para que el pueblo se rebelara contra las dictaduras que asfixiaron Europa del Este por décadas".
Tras comentar que sobre los sacerdotes abusadores debe caer todo el peso de la ley, la periodista cuestiona: "¿Los que se rasgan las vestiduras por los actos abominables de pederastia, están realmente preocupados por la niñez? ¿Quienes derraman cataratas de tinta sobre el tema, buscan la verdad? La respuesta es no".
Para Meier, "a través de la desinformación o la sobreinformación deleznable, que es lo mismo, se descalifica a la Iglesia Católica, se colectivizan las responsabilidades y se pretende crear sensación de culpa –y equívoco– a los acerca de dos mil millones de católicos".
Luego de recordar que este texto no busca defender a ningún tipo de pedófilo, la periodista peruana recuerda que "el abuso sexual a niños preadolescentes por sacerdotes es la excepción y no la norma. Las cifras revelan que es una situación poco común que involucra al 0,3% del clero".
Seguidamente compara el tratamiento que se le da a los escasos casos en la Iglesia con los de agencias humanitarias, por ejemplo, de la Naciones Unidas en zonas de emergencia.
"¿Deben desaparecer las fuerzas de paz de la ONU? ¿El actual secretario general Ban Ki-moon y sus antecesores son responsables?", cuestiona. "Si siguiéramos la lógica de los anticlericales habría que responsabilizarlos pues los hechos continúan, allí donde debe llevarse ayuda a los más necesitados", explica.
Martha Meier señala luego que "las instituciones –particularmente las que tienen impacto en la conciencia pública, incluidos los medios– deben contar con políticas de supervisión y sanción a sus afiliados pero de allí a desatar una cacería contra la Iglesia haya una distancia enorme".
"Lo primero es parte de la construcción de la democracia, lo segundo es terrorismo blanco, oportunista y perverso", concluye.
Seguidamente compara el tratamiento que se le da a los escasos casos en la Iglesia con los de agencias humanitarias, por ejemplo, de la Naciones Unidas en zonas de emergencia.
"¿Deben desaparecer las fuerzas de paz de la ONU? ¿El actual secretario general Ban Ki-moon y sus antecesores son responsables?", cuestiona. "Si siguiéramos la lógica de los anticlericales habría que responsabilizarlos pues los hechos continúan, allí donde debe llevarse ayuda a los más necesitados", explica.
Martha Meier señala luego que "las instituciones –particularmente las que tienen impacto en la conciencia pública, incluidos los medios– deben contar con políticas de supervisión y sanción a sus afiliados pero de allí a desatar una cacería contra la Iglesia haya una distancia enorme".
"Lo primero es parte de la construcción de la democracia, lo segundo es terrorismo blanco, oportunista y perverso", concluye.