SÁBADO 28 DE NOVIEMBRE DEL 2015
EL DERECHO A LA VIDA
Las ONG, la progresía caviar y el pensamiento único de la corrección política, quieren convertir en el gran problema nacional el supuesto “derecho” al aborto. Esto en un país atenazado por la inseguridad, el narcotráfico, la desnutrición, la mala calidad educativa, la falta de acceso a los servicios básicos y a una vivienda digna, y la corrupción.
Sus sucesivas y fracasadas campañas han tenido diferentes abordajes. La más reciente utilizar la situación de mujeres que resultan embarazadas por violación. Olvidan que el problema de fondo no es el producto, sino la violación que en el Perú, por desgracia, es pocas veces denunciada. El sistema suele repeler a las víctimas de crimen tan monstruoso.
Si por algo hay que luchar es por penas drásticas contra los violadores; una protección real y eficiente, especialmente para las niñas y adolescentes en situación de riesgo (ultrajadas muchas veces en el seno de sus propias familias). Urge crear, además, un mecanismo simple y amigable para acoger las denuncias en los lugares más confiables de cada barrio: templos, colegios, boticas, clubs de madres, etc…), coordinados con las instancias pertinentes.
El Estado debe facilitar el camino para las denuncias de violación apenas ocurrida esta y garantizar que se desplegarán los esfuerzos necesarios para castigar al maldito. Eso sí es un derecho, tanto como exigir un protocolo sanitario que incluya, entre otras cosas, una dosis de la píldora del día siguiente.
Se equivocan quienes le achacan a la religión ser provida. Pier Paolo Pasolini (1922-1975) promiscuo, ateo, comunista, anticlerical y homosexual, fue antiabortista. Consideró que todos los derechos conquistados se asientan sobre el derecho a la vida. “Estoy en contra del aborto”, escribió el 19 de enero de 1975, y “estoy traumatizado por la legalización del aborto porque la considero una legalización del homicidio. La vida es sagrada: es un principio más fuerte todavía que cualquier principio de la democracia”. Y se preguntaba: “¿Se puede tranquilamente pasar por encima de un caso de conciencia personal con relación a la decisión de hacer venir o no al mundo a alguien que quiere decididamente venir?”.
La feminista, marxista, antisistema y atea catalana, Isabel Gómez califica al aborto de “violencia patriarcal ejercida por mujeres”. Debemos “tomar partido por el más débil, y en un embarazo este es el feto”.
Así las cosas los fanáticos y fanáticas son más bien quienes creen que calateándose en la vía pública y colgándose cartelitos de “violada”, olvidaremos que el derecho primordial es el de la vida.