Ayer viernes el Semanario “Hildebrandt en sus Trece” publicó un documento que complica más la crisis económica, reputacional y legal de la otrora prestigiosa y emblemática constructora Graña y Montero (GyM). Se trata de la resolución del fiscal Hamilton Castro que dispone abrir investigación a la Constructora Área S.A.C., por ser parte de un “presunto esquema de lavado de dinero”. El dinero para Àrea S.A.C. salió del consorcio IIRSA-Norte, es decir del consorciado trío Odebrecht-Graña y Montero-Andrade Gutiérrez; la cifra cercana a los nueve millones de dólares fue entregada, en armadas, en 2007, en plena ejecución de la Interoceánica del Norte (IIRSA-Norte).
Preocupa el estado de negación de los propietarios, directores y empleados de GyM que en comparsa exhiben el logo de la cuestionada empresa en sus perfiles de Facebook con el lema #TodosSomosGrañayMontero, como si esta fuese víctima y no la parte peruana de una mafia global de cuello y corbata. El comandante mayor de esa mafia fue Marcelo Odebrecht, un hombre que ante el peso de las pruebas se allanó para convertirse en unos de los colaboradores más eficaces de la justicia brasileña. Hoy purga prisión aunque su pena será menor gracias a su contribución para derrumbar el andamiaje de la corruptela que su propia empresa creó.
Para el semanario de Hildebrandt, el pedido del fiscal Hamilton Castro es una prueba irrefutable de los sospechosos movimientos financieros de los consorciados Odebrecht-Graña y Montero. Hoy la dupla, como Concesionaria Chavimochic S.A.C., pretende demandar al Estado peruano, es decir a todos nosotros inocentes contribuyentes, solicitando un “arbitraje internacional” para no perder ni un céntimo. ¿Juntos hasta el fin, pese a que según GyM, Odebrecht es su “enemigo”?
La semana pasada se supo (por un documento de la fiscalía, publicado por el semanario de Hildebrandt) que Jorge Barata sostiene que Graña sabía de los sobornos y que aportaba la parte correspondiente. ¿Barata miente? Es bastante improbable y hasta imposible porque de su verdad depende pasar apenas dos años bajo cómodo arresto domiciliario en su amplio penthouse, o ser recluido en una celda por largos años. ¿Alguien se arriesgaría a lo segundo?
Los periodistas Gustavo Gorriti y Romina Mella de IDL-Reporteros, en colaboración con el diario “La Prensa” de Panamá realizaron una profunda investigación del caso “Lava Jato” en Perú, y fueron los primeros en dar el campanazo sobre el desvío de fondos de Odebrecht-GyM a una serie de empresas “fantasmas”. Ver: https://idl-reporteros.pe/los-pagos-secretos-de-odebrecht-en-el-peru/.
Salvar a GyM pasa hoy por lograr que sus directivos colaboren con la justica, caso contrario la veremos desmoronarse y ser intervenida por sus acreedores o comprada a precio de regalo. Ahora bien, de eso que se preocupen los Grañas y los Monteros; mi dolor pasa por la forma en que los pecados de mi primo José Graña Miró Quesada enloden a la empresa que es nuestra herencia común, “El Comercio” bastante silencioso sobre este espinoso tema.
Martha Meier M.Q.
Expreso, 04 de marzo de 2017