Encontrarse una cucaracha en una pizza demuestra
que Lima no solo es “la horrible”, sino también cochina. Esta vez le tocó a
Domino’s recordarnos la suciedad que nos rodea y que se origina gracias a
vecinos que usan las paredes como urinarios, las pistas y veredas de
escupideros, cualquier espacio guarecido para descargar el intestino y todo lo
demás como basurero. Y, bueno, también gracias a los pésimos alcaldes,
incapaces de limpiar eficientemente sus distritos.
Sumemos a todo esto que se ha perdido la higiénica
costumbre de frotar las suelas de los zapatos en los felpudos de entrada de
viviendas y locales comerciales; es más, ya casi no se ven felpudos y uno
ingresa con todo lo que puedan haber recogido nuestras suelas en su andar:
desde huevos de insectos hasta heces de roedores, flemas y más.
Una cucaracha en una pizza no es cosa de risa. Pudo
haber pasado sobre ella sin dejar huella, pero infectándola con las más de 30
bacterias y ciertos virus de sus cuerpos. Las cucarachas son vectores de
enfermedades como: tifoidea, infecciones urinarias e intestinales, reacciones
alérgicas, peste, hepatitis, entre otras. Son una plaga resistente y pueden
sobrevivir hasta un mes sin agua ni comida.
Lima, ciudad de ratas y cucarachas, tres veces coronada villa de la cochinada. (Facebook: Carlos Navea Paredes) |
El año pasado, en agosto, una rata fue grabada
corriendo entre las mesas del Kentucky Fried Chicken de Plaza San Miguel, para
asco y susto de los comensales. Una prueba de que en el centro comercial, como
en otros lugares, hay madrigueras. Y no hay distrito que se libre.
En el limpito San Isidro, por ejemplo, las
conexiones aéreas de las líneas telefónicas (que deberían ser subterráneas) se
han convertido en puentes para ratas. Por las noches, cruzan de un lado a otro
en casas cercanas al Golf, al Olivar o a algún parque. Su esqueleto flexible
les facilita ingresar a nuestros hogares por cualquier agujero, roen diversos
materiales, perforando tuberías y puertas de madera.
Líbrese quien no cuenta con trampas para ratas en
el desagüe de sus inodoros, cualquier día alguna lo sorprenderá cuando se
siente en el baño. Recordemos que son buenas nadadoras y pueblan los desagües
urbanos.
En junio del 2011, en La Parada, tras una
fumigación se detectaron dos millones de ratas y se encontraron tres mil
madrigueras. El entonces alcalde de La Victoria Alberto Sánchez Aizcorbe pidió
a Susana Villarán, por aquellos días alcaldesa de Lima, avanzar con el desalojo
del sitio, que finalmente se ejecutó en octubre del 2012.
En marzo del año pasado, el colegio Naciones
Unidas, de San Juan de Miraflores, retrasó el inicio del año escolar por una
invasión de roedores. “Atención: kiosko contaminado, nido de ratas”, decía un
cartel colocado en la gran madriguera en que se había convertido el puesto de
expendio de comida en el plantel. Los padres de familia intentaron matarlas,
pero estas huyeron, invadieron el patio, las aulas y corrían entre computadoras
y carpetas.
Lima, ciudad de ratas y cucarachas, tres veces
coronada villa de la cochinada.
Peste bubónica
Roedores son vehículos de diversos organismos
— Las cucarachas y las ratas transmiten diversas
enfermedades, al igual que los parásitos que transportan. Las pulgas de las
ratas, por ejemplo, desataron la gran epidemia de peste bubónica de la Edad
Media y de la de Lima en 1903.
En todas partes
Las ratas son una plaga casi mundial
— París, Londres, Chicago y Nueva York son solo
algunas de las grandes ciudades del mundo que también son presa de importantes
poblaciones de roedores. Sin embargo, los únicos lugares no colonizados por las
ratas son los Polos, por sus condiciones extremas.
Martha Meier M.Q
Editora Central
El Comercio, 04 de febrero de 2015