lunes, diciembre 30, 2013

Villarán, incapacidad y pérdida de tiempo

La alcaldesa Susana Villarán de la Puente muestra, día a día, incapacidad de gestión. Esto resulta, en parte, de sus afanes electorales. No gobierna porque usa el cargo como una plataforma reeleccionista -imposible con casi el 70% de Lima en contra- o para lanzarse a las presidenciales del 2016.
Y mientras la sonriente hace nada o lo hace pésimo (el olón, el huaico,etc.), la inseguridad aumenta, el caos vehicular se profundiza, la ciudad crece más desordenada que nunca, la contaminación es insoportable y hay sombras de corrupción: Relima, beneficencia, puericultorio... Ella, que ganó por apenas 38.022 votos a Lourdes Flores, ni se inmuta.
El asunto es de estudio por los principios de ineficiencia presentes: la ley de Parkinson, el principio de Peter y la irónica observación de Dilbert.
PARKINSON.- Según la Ley de Parkinson, "el trabajo se expande hasta llenar el tiempo disponible para terminarlo". Todo se dilata porque "hay tiempo": las obras se retrasan. Se da el fenómeno de que la planilla se abulta (porque no se quieren rivales), mientras la ciudad declina, tal como lo enunció C.N. Parkinson en 1957. El inglés notó que la importancia del Imperio Británico disminuía conforme aumentaban sus burócratas.
La trivialidad también es parte del análisis de Parkinson: "El tiempo dedicado a cualquier tema es inversamente proporcional a su importancia" (de allí las premiaciones a la Chilindrina, los besotones en el atrio de la Catedral...). Simple frivolidad. Hay otro punto: "El aumento de los gastos hasta cubrir todos los ingresos", o sobrepasarlos (monseñor Bambarén denuncia que la beneficencia le ha quitado al puericultorio U$12.000 mensuales entregados por el PNUD, para usarlos en otras cosas).
PETER.- El principio creado por L.J. Peter afirma "con el tiempo, todo puesto tiende a ser ocupado por un empleado incompetente para desempeñarlo" y "el trabajo es realizado por empleados que no han alcanzado su nivel de incompetencia". Villarán no es competente para su cargo y quienes la apoyan, de igual a igual, rápidamente alcanzan el grado de incompetencia. Nuestra alcaldesa tiene un excesivo entusiasmo democrático, se preocupa por la inclusión social, la construcción de ciudadanía y es siempre políticamente correcta. Eso no es criticable, pero la lleva a apostar por la "horizontalidad" en las relaciones. Eso es muy bueno, pero no para construir liderazgos, donde la verticalidad jerárquica es fundamental. Después de todo, solo ella será responsable de lo bueno y malo de su gestión.

Dilbert.- No podía faltar la estrafalaria observación de Scott Adams, creador del cómic Dilbert. En los 90, Adams dijo que las empresas promueven a los empleados más incompetentes a los cargos directivos, para que causen el menor daño posible, justamente por su incapacidad. ¿Los electores optamos por la 'Caperucita Roja', creyendo que su ingenuidad impediría que se genere corrupción, al contrario que con la avispada 'Pequeña Lulú'? Craso error. Vivimos el caos de una ineficiencia que facilita la corrupción y la turbidez.
Insatisfacción
Mal manejo de la ciudad e inseguridad en Lima
- La última encuesta de Ipsos Perú por encargo de El Comercio señaló que 4 de cada 10 limeños están insatisfechos con la administración de la Municipalidad de Lima. Las principales críticas son debido a que sienten que no administra bien la ciudad ni soluciona la delincuencia.
Falta de autoridad
Comercio ambulatorio se apodera de las calles
- La proliferación de ambulantes en el Centro de Lima es evidente: basta recorrer sus calles. La Municipalidad, tras una nota del Diario, señaló los puntos críticos de la ciudad: Abancay, Lampa, Cusco-Emancipación, Nicolás de Piérola y Jirón de la Unión.

EL Comercio, 19 de setiembre de 2012

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