Como en el poema de Benedetti "El sur también existe", podríamos recordar que
el norte de nuestra selva también existe, y que en ese imperio de vida "hay
quienes se desmueren" pese a la destrucción ambiental perpetrada por los mineros
ilegales.
La región Loreto está amenazada como Madre de Dios por los maleantes del oro.
Aniquilan ecosistemas, vierten mercurio en los ríos de nuestra Amazonía
nororiental y, lo peor, favorecen la prostitución, explotación y trata de niños.
En marzo, la Marina de Guerra intervino 7 dragas, a 131 millas náuticas de
Iquitos. Cayeron 40 individuos, entre ellos colombianos y brasileños. ¿Mafia
internacional? Así parece.
Dos años atrás, en el 2011, el presidente regional de Loreto, Yván Vásquez
Valera, ya solicitaba acciones drásticas contra la minería ilegal que se había
incrementado peligrosamente en el río Putumayo, Vásquez pidió declarar en
emergencia esos ríos y reveló que aguas y peces presentaban altas
concentraciones de mercurio. Curiosamente luego de esto, se desató una campaña
de hostigamiento en su contra e intentaron declarar su vacancia. El costo de
enfrentarse a una poderosa mafia con tentáculos en el Congreso y en varios
ministerios. ¿Incluido el del Ambiente?
El 21 de julio del 2012, la Presidencia del Consejo de Ministros, PCM, nombró
una comisión multisectorial (temporal, como si el problema fuese pasajero) para
accionar contra la minería ilegal y atender las demandas socioambientales de las
poblaciones nativas y rurales loretanas del Pastaza, Tigre, Corrientes y
Marañón. De contrabando incluyeron el tema de los pasivos ambientales de la
explotación petrolera. Hoy es obvio que fue una carta bajo la manga.
En el gobierno humalista, como no se ha visto jamás, la mafia minera ilegal
tiene corona. Se frenan y entorpecen los medianos y grandes proyectos mineros y
petroleros legales.
La comisión de la PCM supuestamente realizó el seguimiento de las acciones
contra la minería ilegal, estableció una estrategia nacional para la
interdicción con participación de las Fuerzas Armadas, entre otras. Quizá lo
hizo, pero en Loreto son ínfimos los avances contra la lacra.
El ministro del Ambiente -abogado Manuel Pulgar-Vidal- y especialmente su
viceministro, Mariano Castro, han preferido señalar como responsables de la
contaminación a las petroleras. Usaron la carta bajo la manga que les dio la
PCM, para congraciarse con las comunidades y con las ONG antiinversión de la
zona, y evitarse así algún conflicto.
Declararon la emergencia ambiental del Pastaza y recientemente la del
Corrientes, donde operan dos petroleras: Pluspetrol y Repsol.
¿Podrán probar que el mercurio y demás metales pesados de los ríos viene de
allí? Lo dudamos.
Parece que la consigna es que los ilegales envenenen Loreto.
El Comercio, 14 de setiembre de 2013
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