jueves, agosto 13, 2015

REQUISITOS PARA SER “CAVIAR”

Diario EXPRESO

Martha Meier M.Q.

DERECHO DE GUERRA
               
Sábado 04 de julio del 2015
 
 
Los caminos de la vida nos llevan a personajes excepcionales, ubicados en las antípodas de nuestro propio pensamiento político. Pese a las diferencias, florece la amistad y la confianza. Pueden ser comunistas, socialistas, anarquistas, cuyas vidas guardan coherencia con su prédica. Como todo mortal, trabajan esforzadamente para ganarse el pan.
 
A contra mano del rojo de verdad, en el Perú –específicamente en Lima- existe una pequeña cofradía: la “izquierda caviar”, una argolla bullanguera que parece tumulto y que se ha autoproclamada la reserva moral nacional. Hay quienes sudan la gota gorda para integrarse a la “caviarada”. Vano intento.
 
No se gasten, tienen más reglas que el Club de Tobi. No basta ser anti “apro-fujimorista”, profesar la corrección-política, promover el aborto y los derechos humanos de los terroristas, aplaudir a los chapetones gais en la puerta de la Catedral, deslizar la especie de que todo sacerdote católico es un potencial pedófilo, escupir sobre el heroísmo de las Fuerzas Armadas, repudiar al Cardenal Cipriani, y otras cosas por el estilo. Aspirantes a “caviar” entérense: todo lo anterior y más, no basta.
El caviar tiene que ser un niño o niña “bien”, de familia con arraigo en la historia del Perú y vínculo sanguíneo con otras del mismo corte. El caviar es blanco y se casa con blanca. El hombre debe ser guapo, bien plantado y vestir bien. Las mujeres caviares han de tener buenos modales, andar un paso detrás de su marido, no decir palabrotas, ser amable y sonriente en todo momento.
 
El caviar es limeño y si no, es porque nació en alguna cosmopolita capital del mundo mientras su papi representaba a algún gobierno aristocrático pre-velasquistas, trabajaba en una empresa trasnacional y, si por casualidad nació en provincia es porque su mamá visitaba la hacienda de amigos o parientes.
 
Para ser caviar hay que tener, lo que en la huachafa Lima llaman “buen apellido” o “apellido conocido”, de preferencia compuesto y que alguna calle ya lleve ese nombre. Es necesario tener familiares millonarios y haberlos envidiado toda la vida. De paso hay que admirar al terrorista Ché Guevara, haber paporreteado a Marx, Gramsci, José Carlos Mariategui, Rosa de Luxemburgo, Lenin, Chomsky, Mattelart, Leonardo Boff y al padre Gutiérrez, entre otros.
 
Se debe tener grado universitario, aunque sea conseguido tardíamente gracias a los amigos bien ubicados. El caviar no tiene sangre en la cara, se acomoda con todos los gobiernos para luego despotricar de ellos en los mejores restaurantes de Lima. Si eres de butifarra y cerveza, no encajas y eso es lo mejor que te puede pasar.
 

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