sábado, marzo 26, 2016

Métanse la CVR al…


Martha Meier M.Q.

DERECHO DE GUERRA
Diario "Expreso"
SÁBADO 26 DE marzo DEL 2016


La izquierda y los caviares pretenden convertir la “memoria histórica” o “colectiva” en verdad absoluta. En los primeros años de este siglo elevaron el ‘informe final de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación’, CVR, a nivel de texto sagrado, de inequívoco y único libro de historia sobre la violencia de los 80 y 90.
Buena parte de esas conclusiones parten de testimonios no contrastados, son el dicho de temerosos sobrevivientes del horror, de pobres campesinos quechua hablantes que estuvieron entre dos fuegos: el de los asesinos terroristas de Sendero Luminoso y del MRTA, y el del Estado que hasta 1992 no contó con las normas y una estrategia de inteligencia para vencerlos.
Los promotores de la santa palabra de la CVR son políticos, artistas, sociólogos y escritores vinculados con la izquierda que pretenden imponernos su propia “verdad”.
Los testimonios usados por la CVR fueron recogidos y escogidos por activistas de izquierda, asalariados de oenegés derecho humanistas, mientras abogados instruían a las víctimas cómo reclamar una reparación civil por la violencia sufrida (sin aclarar de dónde provino esta). Un informe injusto, además, con la labor cumplida por las Fuerzas Armadas y la Policía, y amnésico con el drama de esas familias.
En una nota publicada en el diario El País, España, el profesor Stanley G. Payne, de la Universidad de Wisconsin, explica que la “memoria histórica” es muy distinta a la historia, pues consta de “actitudes, conceptos u opiniones acerca de lo pasado, formados por activistas, políticos, publicistas, artistas y escritores, que tratan de definir o retratar aspectos del pasado. No son ‘colectivas’ por ser desarrolladas por la mayoría, sino el producto de minorías políticas, sociales o culturales, difundidos o impuestos por estas minorías”.
La memoria no puede ser histórica pues es subjetiva y personal. La historia no es memoria sino estudio objetivo, científico y despersonalizado de hechos sustentados con documentos y fuentes varias.
La única verdad aquí es que la CVR pagó verdes dólares a rojas vacas sagradas para que rumiaran contra quienes erradicaron el terrorismo y desmantelaron los remanentes del estado de la dictadura velasquista, de cuyas ubres esos mismos se colgaron en los años 70. De paso, dio chamba a hijitos de papás rojetes, y le costó al país más de trece millones de dólares.
Los sensibles comisionados recibieron jugosos sueldos y usaron la tragedia ajena y con ella captar financiamiento internacional para sus oenegés. Para las víctimas, nada.
Dicho esto, ya saben dónde debe guardarse ese informe.

sábado, marzo 19, 2016

¿Matar a la ‘china’?


Martha Meier M.Q.

DERECHO DE GUERRA
Diario "Expreso"
SÁBADO 19 de marzo DEL 2016



El psicoanalista Jorge “Coqui” Bruce está obsesionado con la señora Keiko Fujimori, lideresa de Fuerza Popular (K) y la analiza a distancia –y bastante prejuiciosamente- sin que ella se lo haya solicitado. A quien debería darle consultas gratuitas es a su buen amigo, el expresidente Alejandro Toledo. El señor de Cabana hace apenas unos días dijo ante cámaras “con esto voy a matar a la ‘China’, carajo”. Y lo hizo con una comba en la mano.
Con la ligereza que lo caracteriza trató de minimizar la tremenda violencia salida de su boca, diciendo que era broma. Pregunto no más ¿qué hubiese pasado si la de la comba hubiese sido la candidata Fujimori y Toledo, el potencial asesinado?
Dudo que el expresidente Toledo sea un asesino, es más, estoy convencida que ni siquiera ha medido el daño que se ha autoinfligido al lanzar esa tremenda barbaridad. Violencia pura y dura contra una mujer.
El expresidente va último en las encuestas (si acaso confiamos en ellas), y ha sido superado hasta por el reo cajamarquino Gregorio “Goyo” Santos, líder antiminero y proagrícola, elegido dos veces como presidente regional (gobernador). No es raro que el último de la fila esté picón con quien va puntera en las encuestas, pero “con esto mato a la ‘China’, carajo”, es demasiado.
En un artículo publicado en la página de la Nueva Escuela de Psicoanálisis/NEL-Bogotá, Marian Brando sostiene que existe una “satisfacción primaria que surge de dañar a otro” y que “el anhelo de matar es una de las apetencias más intensas y antiguas del ser humano, por lo que amar al prójimo no es tarea fácil”. Dicho esto, parece claro que para el señor Toledo, como a tantos otros peruanos, se le hace bastante difícil amar al prójimo.
En esta campaña Toledo nos ha mostrado cuán débil e inseguro es: ha aparecido pasado de tragos en mítines, llamó a RPP en tal borrachera que no podía vocalizar, dijo que se iba a la India a “recibir el premio Nobel”, y sonseras por el estilo.
En esta contienda electoral Toledo nos ha recordado la farra, la irresponsabilidad y la frivolidad que caracterizó a su gobierno. En un clima electoral violento como el actual, los líderes no pueden atizar la fogata.
La rojería, sin embargo, no ha dicho esta boca es mía ni el psicoanalista Bruce ha explicado el trasfondo de esa frase peligrosa.
No tiente al diablo, señor Toledo.

sábado, marzo 12, 2016

Déjalo vivir


Martha Meier M.Q.

DERECHO DE GUERRA
Diario "Expreso"
SÁBADO 12 DE marzo del 2016 



Hoy Lima será escenario de una de las mayores manifestaciones de su historia. Un millón de personas se dará cita en La Marcha por la Vida, una respuesta, alegre y pacífica, a la presión proaborto ejercida por ciertos sectores políticos y líderes de opinión, medios y oenegés. Una poderosa maquinaria pretende obligarnos a creer que asesinar a un humano por nacer es un “derecho” de las mujeres, cuando más bien la vida es el derecho primigenio sobre el cual se asientan todos los demás.
El filósofo español Gustavo Bueno (1924) escribe así sobre el supuesto derecho de la mujer: “la vida de ese hijo […] no tiene nada que ver con que otra persona, aunque sea su madre, lo desee o lo deje de desear […] qué le importa al embrión, al feto o al infante, que tienen una vida individual propia y autónoma respecto de la madre, el no haber sido deseado por ella? ¿Acaso puede un hijo asesinar a sus padres porque no desea tenerlos?”. Y lo dice un filósofo que es marxista y ateo.
El aborto no es “derecho”, es infanticidio dentro del vientre materno. Para la periodista francesa Bénédicte Manier es “el grado máximo de violencia contra las mujeres [pues] les niega el derecho a nacer”; de hecho, más de la mitad de los bebés abortados son mujeres. Curioso que quienes dicen luchar para erradicar la “violencia de género”, promuevan este tipo de feminicidio masivo.
Tú, yo y todos los demás fuimos una pequeña célula de 46 cromosomas, con una carga genética única diferente a la de nuestros padres. Cuando el óvulo se unió con el espermatozoide y surgió una nueva célula (cigoto), se inició nuestra historia. Empezamos a ser, esperando nacer y nadie nos lo impidió, por eso estamos aquí, vivos. A millones de niñas y niños no se les dejará nacer. Serán aspirados, despedazados, deshilachados; se les extirparán los órganos y otros tejidos para ser vendidos. Sí pues, el aborto y la venta de partes de niños son un gran negociado.
La oposición al aborto no es una cuestión religiosa ni ideológica. El cineasta italiano Pier Paolo Passolini, por ejemplo, era comunista, ateo, antisistema y homosexual y consideraba la legalización del aborto como la “legalización del homicidio”. Se preguntó: “¿Puede pasarse por encima de un caso de conciencia personal la decisión de hacer venir o no al mundo a alguien que quiere decididamente venir?”. Yo defiendo la vida, ¿y tú? Déjalo Vivir.

sábado, marzo 05, 2016

Otra vez el tal Mario


Martha Meier M.Q.

DERECHO DE GUERRA
Diario "Expreso"
SÁBADO 05 de marzo DEL 2016

Mire, yo he estado siempre contra las dictaduras”, dijo Mario Vargas Llosa en entrevista difundida por América TV, el mismo canal que en 1990 fue rentado por un grupo de empresariod para apoyar su fracasada candidatura.
“Jamás he sido entusiasta de ninguna dictadura. Siempre he sido adversario resuelto, clarísimo de todas las dictaduras…”, insistió con cinismo. El escribidor ha borrado de su memoria su apego a la revolución cubana; su apoyo al asesino en serie Fidel Castro, mientras se abría camino fusilando inocentes.
La cercanía vargasllosiana con la dictadura fidelista duró más de dos décadas, hasta entrados los años 70. En sus memorias cuenta que veía a Castro como un romántico guerrillero. En 1971, César Hildebrandt entrevistó a Vargas Llosa, a raíz del apresamiento del poeta Heberto Padilla. En esa entrevista, publicada en Caretas deja clara su cercanía con Castro y el gran combo rojo.
Más de una década después de que los barbudos se apropiaran de los destinos de Cuba y lanzaran a sus opositores a las mazmorras -cuando no al paredón-, Vargas Llosa dijo: “…siempre he admirado en la Revolución Cubana: [por] haber mostrado que la justicia social era posible sin despreciar la dignidad de los individuos, sin dictadura policial o estética” (en ese tiempo, el escribidor era ensalzado, premiado y editado por el régimen castrista).
Le dijo, también, a Hildebrandt que “Cuba y el propio Fidel han sabido rectificar los errores cometidos, que son inevitables en toda revolución”. Sí “errores” llamaba a los asesinatos de inocentes cubanos y afirmaba que la Revolución Cubana era atacada “desde una perspectiva imperialista y reaccionaria”, [que había logrado] “realizaciones formidables para el pueblo de Cuba […] llevadas a cabo en condiciones verdaderamente heroicas, que he podido verificar personalmente en repetidos viajes a la isla […] sólo el socialismo puede asentar las bases de una verdadera justicia social, dar a expresiones como “libertad de opinión”, “libertad de creación”, su verdadero sentido”. Y sigue, “…con todos sus errores, la Revolución Cubana es, hoy mismo, una sociedad más justa que cualquier otra sociedad latinoamericana y defenderla contra sus enemigos es para mí un deber más apremiante que honroso”.
Con tamaño bagaje antidemocrático, tuvo el cuajo de decir en las ondas de América TV que la elección de Keiko Fujimori sería la continuación de la peor, cruel y más sangrienta dictadura de la historia peruana. Vargas Llosa cree que la mentira de su ficción crea la verdad. ¡Bah!