lunes, octubre 22, 2007

Elogio a la mascota..


¿Sabe usted el significado de la palabra "mascota"? Su respuesta probablemente será: "Por supuesto. Mascota es un animal de compañía, qué más podría ser ¿no?". Veamos, pues, si está en lo cierto. Busquemos la palabreja en un diccionario. ¡Oh sorpresa! Su principal significado es, nada más y nada menos, que..."animal u objeto al que se le atribuyen virtudes mágicas". Tal como se lee...¡virtudes mágicas!
Quienes conviven con una mascota verdadera -como un perro o un gato y ¡no! un animal silvestre arrancado impunemente de su hábitat natural- comprenderán mejor, sin duda, a qué se refiere esto. El célebre poeta británico Lord George Gordon Byron (1788-1824), plasmó en el epitafio de su querido perro, Boatswain, algo de su "magia", al escribir que poseen "belleza sin vanidad, fuerza sin insolencia, coraje sin ferocidad y todas las virtudes del hombre sin sus debilidades"... "...un pastor evangélico me decía que si el hombre se limitara a poseer solamente las virtudes del perro, tendría ya lo suficiente para aspirar a la santidad"

El chileno Benjamín Subercaseaux, en "Santa Materia"





Desde hace largas décadas hay consenso, entre especialistas de las más diversas disciplinas, sobre el valor terapeútico de los animales de compañía. Para los años sesenta y setenta la "pet therapy" -terapia con mascotas- estudiada por el Dr. Boris Levinson, profesor de la Universidad Yeshiva, de Nueva York, Estados Unidos, era una práctica recomendada para personas adultas, especialmente ancianos, y otras con problemas emocionales, de comunicación y cuadros de depresión severa. Levinson aplicaba la "pet therapy" también en los casos de familias con dificultades en sus relaciones.
En enero de 1980, la Asociación Veterinaria Británica de Animales Menores dedicó gran parte de un simposio internacional, realizado en Londres, al tema: "El vínculo entre Hombre y Animal de Compañía".
A lo largo y ancho del globo, las investigaciones han segudio arrojando nuevas luces sobre lo "mágico" de ese vínculo, lo útil, saludable y benéfico, que resulta en todo sentido.


FIDELIDAD A PRUEBA
"En mi peor etapa -dice Orlando, un joven de 28 años hoy recuperado de la adicción a la pasta básica de cocaína- sentía que no servía para nada. Me quedó sólo un fiel compañero, "Chongo, mi perro. Cuando me internaron quería morirme. Cuando se anda en drogas -por lo menos a mí me pasó así- tiendes a bloquear todos tus buenos recuerdos. Es como si tu cabeza sólo hubiera "archivado" las "paltas", lo malo, lo feo. Pero de mi "Chonguito" sólo tenía recuerdos agradables, ya sabes como son los animales de "buena gente" ¿no? Fue gracias a él que volví a acercarme a mi familia. Después de tantos meses de no querer hablarles no sabía cómo pedirles que me visitaran. Un día me atreví y dije "aló ¿mami?, creo que a "Chongo" se le vence por estos días su vacuna de la rabia ¿lo llevarías al veterinario? Fuimos toda la familia junta. Fue un feliz reencuentro".
"Mi papá -nos dice Dana, una arquitecta de unos 40 años, está hecho un "atleta" desde que "Toña" vive en su casa. Desde la muerte de mi mamá, hace ya tiempo, andaba muy deprimido, no salía, se pasaba el día quejándose de sus "viejísimos" 82 años. La cosa es que mi hermano y su familia se fueron a vivir a Alemania y no podían llevar a la perra. Mi papá ofreció cuidarla. Ahora sale todas las mañanas y tardes al parque para pasearla. Está más activo, más ágil, contento, comunicativo".
¿Quién no conoce una historia similar? Podríamos llenar cientos de páginas con ejemplos de cómo las mascotas hacen la vida más llevadera. ¿Será esa su magia?


COMPARTIENDO LA HISTORIA
En un proceso de siglos las distintas culturas "domesticaron" varias especies, a través del cruce y la selección, con fines diversos: alimentación (gallinas, cabras, vacas, cerdos); trabajo y transporte (mulas, burros, bueyes, caballos, llamas); para obtener lana (alpacas, ovejas) y compañía: (perros y gatos), entre otros. Queda claro que los verdaderos "animales domésticos" son una suerte de "invento" humano, obtenido a partir de especies silvestres y no tan sólo un animal "domado". Así, por ejemplo, el perro, en sus distintas razas, se obtuvo a partir del lobo y no de "domar" al lobo. Desde épocas remotas los animales domésticos contribuyeron al avance de la civilización. Los perros y gatos fueron, como lo siguen siendo hoy, utilísimas mascotas. El uno ayudaba en la cacería, a cuidar la casa y los rebaños; el otro perseguía a los roedores y así combatía la proliferación de peligrosas enfermedades.


ALEGRIA Y SALUD
La "American Medical Association", equivalente en los Estados Unidos a nuestro Colegio Médico, refiere en su enciclopedia varias de las enfermedades transmitidas por esas mascotas. La misma asociación recuerda, sin embargo, que para evitar tal amenaza es necesario una adecuada higiene y cuidado. Sobre el perro, por ejemplo, indica: "... las enfermedades que pueden ser contagiadas son infrecuentes -especialmente las más serias- (como la rabia o los parásitos) y deben ser vistas bajo la luz del tremendo beneficio psicológico y gozo que obtienen los amos de sus mascotas".
En la actualidad se sabe que contribuyen con nuestra salud, tanto psicológica como física. Se ha comprobado, por ejemplo, que la presión arterial baja cuando los acariciamos, pues nos relajamos mucho.Cabe recordar que son varias las peligrosas complicaciones de la presión alta, o hipertensión, como: derrames cerebrales, males al corazón, problemas a los riñones y retinopatía (daño severo de la retina).


"ANTI-STRESS"
Brindan afecto sin exigir nada a cambio. Siempre están pendientes de su dueña o dueño. Una simple palmada en la cabeza desencadenará toda una serie de piruetas y movimientos de alegría. Su comportamiento y reacciones causan curiosidad y distraen nuestra atención de los problemas. Con su mascota el ser humano se quita todas las máscaras, deja brotar sus más cálidas expresiones de ternura, pierde el miedo al ridículo. Hasta la más seria y triunfadora de las personas es capaz de tirarse al suelo para jugar con su perro, o su gato, y "conversarle". ¿Habrá acaso forma más sana de combatir las tensiones cotidianas? Para el caso no importan la extracción social ni el refinamiento. Con un cuadrúpedo compañero, como con los niños, los modales del empresario y la mujer ejecutiva son tan bellamente "babosos" como los de cualquier parroaquiano. Aquí no hay rangos, posiciones, títulos ni millones capaces de modificar el comportamiento, de los unos y los otros, porque es sincero, natural y transparente.


EJERCICIO DEL SENTIMIENTO
Convivir con una mascota nos ayuda a ejercitar sentimientos que no tienen mucha oportunidad de aflorar en la agitada y artificial vida moderna. En el caso de una niña o un niño, tal convivencia es un constante aprendizaje del significado de "amar", en relación a la disciplina, a la responsabilidad de cuidar al otro, a la paciencia y compasión, a la capacidad de sufrir por el dolor ajeno, a compartir -el tiempo libre y los juegos- y tratar de comunicarse pese a las diferencias.
En ambientes familiares conflictivos, además, -tal como lo escribió el Dr. Levinson- las mascotas "pueden compensar la negativa influencia donde (al niño) se le expone a tensiones que no comprende. Entonces es reconfortante la presencia del amigo cuadrúpedo que le puede proporcionar la estabilidad y seguridad que necesita".
Inclusive al morir, nuestra mascota nos enseña. Una niña o un niño que aprende de la muerte a partir de su viejo perro, entiende ese dolor como parte de lo inevitable de la vida. Tendrá oportunidad de reflexionar sobre estos aspectos trágicos, a partir de un suceso muchísimo menos traumático que la pérdida de un familiar y, quizá, así cuando muera alguién cercano esté mejor preparado para aceptar la situación. Es un vínculo, además, con la diversidad de la vida, lo acerca a la naturaleza, le hace comprender que en este mundo cohabitan multiplicidad de especies. Estas son, sin duda, sus "cualidades mágicas", pero he aquí la principal: "humanizarnos".
Gracias a las mascotas, cada instante, recordarnos que somos seres creados a imagen y semejanza de Dios, capaces de los más nobles y profundos sentimientos, hasta con un animal...