El parque urbano más grande de América iba a estar en Lima. Iba, sí, en
pasado. Iba a ser el merecido recuerdo a la memoria del sabio italiano Antonio
Raimondi (1824-1890) que tanto hizo por enseñarle al Perú las maravillas y el
potencial natural que alberga.
En Lima, pues, iba a estar el mayor parque urbano del continente, pero ese
espacio de verdor tan requerido por esta tres veces contaminada villa y sus
taciturnos vecinos ha sido borrado de un plumazo. ¿La coartada? Los pobres, esos
pobres que son la excusa para que unos pocos se llenen los bolsillos y todos
-incluidos esos pobres- terminen perjudicados.
En ese gran parque que ya no lo será, se había puesto la primera piedra y
sembrado varios árboles. Pues bien, ahora un muy avispado empresario construirá
millares de viviendas de bajo costo con el cuento de beneficiar a los limeños de
escasos recursos.
¡Como si no fuera a ganar construyéndolas! Claro que ganará, y mucho, pero
Lima perderá mucho: oxígeno, espacio de recreación, posibilidad de negocios
municipales con bonos de carbonos, espacio de interacción vecinal y conservación
de especies, refugio de aves y verdor.
Lo que iba a ser el parque urbano más grande de América se ha convertido en
un espacio lotizable. Esto es una muestra más de la insensibilidad del abogado
Manuel Pulgar-Vidal, supuesto ministro del Ambiente (que más lo parece de
minería legal, de construcción, de energía y de todo aquello opuesto a la
conservación y recuperación medioambiental).
El 16 de diciembre del 2010 el presidente García colocó la primera piedra de
ese parque, un proyecto apoyado por el propio Ministerio del Ambiente (Minam)
cuando estaba a cargo del biólogo Antonio Brack. Pero esas eran otras épocas,
pues hasta se luchaba contra la minería ilegal e informal (con la que hoy
Pulgar-Vidal pacta).
El 2012 el Minam anunciaba: "El Ministerio del Ambiente y Panasonic se unirán
para la siembra de 150 plantones en el Proyecto Parque Ecológico Nacional
Antonio Raimondi, en Ancón. Se trata de pequeños árboles de cuatro especies
nativas que ayudarán a mejorar la calidad del aire en la zona". Olvidado quedó.
En el caso de la señora de la chalina verde, cuya desaprobación bordea el
70%, es decir la alcaldesa Susana Villarán de la Puente, no se sabe si es por
disgusto del aire libre o porque los apodos que le endilgan sus detractores:
'Caperucita Floja' y 'Lady Vaga', tienen base.
La alcaldesa anda en eso de "construir ciudadanía" y en cosas "culturales"
con un festival de lo que sea, tras otro de cualquier cosa. ¿Amor al arte?
Quizá, pero puede ser una simple seguidora del comunista sardo Antonio Gramsci
(1891-1937) que tanto inspiró a la generación que pertenece. Gramsci decía: "La
conquista del poder cultural es previa a la del poder político y se logra
mediante la acción concertada de los intelectuales llamados 'orgánicos',
infiltrados en los medios de comunicación, expresión y universitarios". ¿En esas
andará la alcaldesa? Mientras tanto, Lima languidece, se asfixia en humos y ya
no tendrá el parque urbano más grande de América.
áreas verdes
Lima posee uno de los índices más bajos
- La Organización Mundial de la Salud recomienda como mínimo tener 8 m2 de
áreas verdes por habitante. Lima posee uno de los índices más bajos del
continente: 2,7 m2. Buenos Aires tiene 2,9 m2, Bogotá 4,3 m2, Santiago 10 m2.
Curitiba, ciudad brasileña, lidera la lista con 52 m2.
Realidades
No hay un gran parque desde hace 140 años
- En su libro "Lima y espacios públicos", el arquitecto Wiley Ludeña llega a
una triste conclusión: en 140 años, asegura, no se ha vuelto a crear ningún gran
parque de la dimensión y la calidad del parque de la Exposición en Lima.
El Comercio, 19 de junio de 2013
No hay comentarios.:
Publicar un comentario