sábado, diciembre 14, 2013

El gran reto de Pluspetrol

Es fácil satanizar las actividades de las empresas extractivas. Ciertamente hay algunas que con su poca transparencia, su prepotencia frente a la culturas ancestrales, a las costumbres de los pueblos y el desprecio por la biodiversidad se ganan el rechazo de la opinión pública y su mal actuar termina salpicando a las demás. Así, justas pagan por pecadoras. Y eso parece que le está pasando a Pluspetrol que se encuentra hoy en el ojo de la tormenta debido a la ampliación del lote 88, para el proyecto Camisea.
Esta ampliación según algunos se extiende sobre algunas zonas de desplazamiento de poblaciones en aislamiento voluntario y, se supone que también de pueblos no contactados. Un tema en el que el Estado tiene que mucho trabajo por hacer.
Le compete a Pluspetrol ahora tranquilizar los ánimos de quienes están siendo influenciados por una campaña enarbolada por ONG, financiadas desde el extranjero, no contra Pluspetrol sino en realidad contra el proyecto Camisea, fundamental para el desarrollo energético de nuestro país y con ello del necesario crecimiento con inclusión que abandera el actual gobierno del presidente Ollanta Humala. Pero el gobierno no tiene los reflejos ni las ganas para responder a quienes quieren tirarse abajo la estrategia energética peruana.
Las empresas que operan e invierten en el Perú, lamentablemente, han de enfrentarse al desorden existente en la legislación ambiental, a la responsabilidad de no uno, sino de varios ministerios y organismo con competencia sobre cada proyecto, al constante cambio de funcionarios (la mayoría de ellos con escaso conocimiento) y a la tremenda descoordinación entre los sectores y al interior de los propios sectores. Y esa descoordinación es la que en gran parte ha generado el problema que hoy debe superar Pluspetrol.
Ocurre que el Ministerio de Cultura, con la banalidad que lo ha caracterizado desde su establecimiento, difundió en su página web, durante unas pocas horas un documento en el que se indica que la ampliación del lote 88 y las actividades afectarán a los pueblos no contactados y en aislamiento voluntario. Esto nos lleva a dos posibles puertos: que hubo presiones políticas para que ese informe fuera retirado o que, percatándose los funcionarios conocedores de la realidad y de la parte completa de la historia (la aceptación del estudio de impacto ambiental del Ministerio de Energía y Minas, la conformidad del Ministerio del Ambiente, entre otros), tuvieron a bien retirar ese documento por sus inexactitudes.
Pluspetrol tiene algunas cosas que aclarar, pero mucho más debe aclarar la flamante ministra de Cultura, Diana Álvarez Calderón, quien por lo que se ve no tiene idea que bajo su cartera le compete velar por la integridad de las poblaciones no contactadas e indígenas en aislamiento voluntario.
Quizá la hasta hace poco funcionaria del municipio de Miraflores no sepa por qué tiene un viceministro de interculturalidad a su cargo. Que nos quede claro, las empresas tienen obligaciones y responsabilidades, pero quienes deben velar por los peruanos, su integridad, su salud y su defensa, son las autoridades.
Documento aprobado
Resolución aún no se notifica al Minem
- La resolución viceministerial 005-2013 aprueba la opinión técnica del sector sobre el estudio de impacto ambiental (EIA) de la ampliación de actividades de Pluspetrol. Hasta el momento, el sector Cultura no notifica esta opinión técnica al Ministerio de Energía y Minas.
Sobre el informe
Observaciones sobre la ubicación de los pozos
- El informe plantea 82 observaciones al EIA y concluye que la ubicación de algunos pozos exploratorios "tendría un impacto crítico en los indígenas que viven en aislamiento" y ocasionaría "afectaciones severas" al desarrollo de sus actividades.

El Comercio (Regiones), 06 de agosto de 2013

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