martes, junio 24, 2014

Mafia que destruye nuestro futuro

Urge declarar en emergencia ambiental las zonas y ríos donde opera la minería ilegal.

La devastación generada por la minería ilegal e informal del oro en el Perú es tan grande que su huella puede verse desde el espacio. Las fotografías satelitales de Google y la NASA muestran un extenso desierto, una herida abierta en un rincón de una de las selvas más biodiversas y admiradas del planeta en Madre de Dios. Y la peligrosa actividad se ha expandido a la selva norte, en Loreto, afectando ya los ríos Marañón, Santiago y Cenepa.
Hasta ahora el ministro del Ambiente, Manuel Pulgar-Vidal, no se atreve a expedir una declaración de emergencia en las zonas donde la mafia del oro genera destrucción ambiental y pone en riesgo la salud y futuro de campesinos e indígenas. Desde hace buen tiempo, diversos sectores de la población piden que se declare tal emergencia en las áreas afectadas, sin mayor éxito.
Carta a Humala
En octubre del año pasado, Servindi (Servicios en Comunicación Intercultural) informó sobre la carta enviada por la Sociedad Peruana de Ecodesarrollo al presidente Ollanta Humala, a raíz de la devastación generada por la minería ilegal e informal en Madre de Dios. La referida institución pidió a Humala declarar el "estado de emergencia ambiental" por el impacto en fuentes de agua y la biodiversidad. La mafia del oro ilegal se vincula, además, con la explotación de mujeres, niños y jóvenes.
La solicitud se refería expresamente a la cuenca del río Inambari, en los sectores Guacamayo, La Pampa, Huepetuhe y la zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional de Tambopata, señalando que la declaración de emergencia ambiental permitiría al Estado y a la sociedad civil trabajar conjuntamente para remediar y recuperar las zonas destruidas. Otro punto resaltado fue la urgente aplicación de la "emergencia sanitaria" en esas zonas para brindar atención médica a la población afectada por la contaminación por mercurio, entre otros metales pesados.
Mano dura
La minería ilegal y la informal requieren mano dura. Estamos frente a una poderosa mafia que chantajea al Estado, mueve el doble de dinero que el narcotráfico, lava 'narcodólares', promueve la explotación y tráfico de personas, así como la prostitución de menores en los "campamentos" ilegales.
Por increíble que parezca, la única emergencia ambiental dada en una zona donde operan estas mafias data del 2009 y fue declarada por el Gobierno Regional de Madre de Dios para la cuenca del río Jayave, en Tambopata. Es de resaltar que el gobierno (pese a la masiva y agresiva marcha de los mineros ilegales e informales en Lima) no ha dado su brazo a torcer y continuará con la estrategia del alto comisionado en asuntos de formalización de la minería, interdicción de la minería ilegal y remediación ambiental, Daniel Urresti. Pero eso no es suficiente frente a manifestantes que dijeron: "Vamos a hacer correr sangre", y luego de causar desorden y alborotos se instalaron muy campantes en la plaza Dos de Mayo.
Pese a los aparentes avances, la minería ilegal e informal se expande por la selva de Loreto y Amazonas; especialmente por el río Marañón.

CRECE LA MAFIA
Territorios awajun y wampi afectados
Indígenas wampis y awajun (aguarunas) informaron hace un par de meses que sus territorios en la región Amazonas y Loreto son afectados por mineros ilegales. Los representantes de ambos pueblos invocaron a los ministerios del Ambiente y Energía y Minas para detener a esa mafia.
Los wampis y awajun explicaron que "la minería ilegal está aumentando en los ríos Marañón, Cenepa y Santiago, afectando a la población de las comunidades indígenas". Esto porque gran parte se asienta en sus riberas y termina consumiendo agua y peces contaminados.
Hace buen tiempo el apu Zebelio Kayap, dirigente de la Organización de Desarrollo de los Pueblos Fronterizos del Cenepa (Odecofroc), informó que ya se han dado enfrentamientos entre indígenas y mineros, y que la deforestación es alarmante. Ante el grupo de trabajo de la comisión congresal pertinente, pidió la intervención del Estado para que "tome las acciones legales que corresponden" y el respaldo del Congreso para detener la actividad minera informal.
El gran río Marañón parece ser la nueva víctima de la mafia del oro ilegal, una actividad que el Ministerio del Ambiente no parece muy entusiasmado en erradicar.
Emergencia ambiental
Diversos sectores de la población piden que se declare la emergencia en las áreas afectadas, sin mayor éxito.

El Comercio, 01 de abril de 2014

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