martes, octubre 11, 2011

De la editora



Yo tuve un papá: un hombre bueno, culto y de mirada clara. Fue el ingeniero de estos caminos que recorro para llegar a convertirme en quien él me dijo que podía ser: una persona cada día mejor, capaz de soñar y batallar al mismo tiempo, de aprovechar las tempestades para navegar, viendo a los timoratos quedarse en la cómoda orilla de la mediocridad.

Yo tuve un papá que, como el de Ciro Castillo, me hubiera buscado infatigablemente por todos los senderos y abismos para traerme de vuelta a casa.

En este Día del Padre, el doctor Ciro Castillo es el mejor ejemplo de grandeza y valentía, de fortaleza espiritual de quien sostiene la esperanza de su familia y de un país que espera el feliz reencuentro. Por cada noticia sobre la maldad de algún padre, recordemos que hay miles de extraordinarios hombres como don Ciro. Hace mucho tuve un papá, y por eso lo sé.
MMMQ


El Dominical, 19 de junio de 2011

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