martes, julio 07, 2015

¿Petroleras y desarrollo sostenible?

Las empresas que extraen petróleo han generado profundas crisis ecológicas, pero hoy muchas son aliadas de la conservación.

Las empresas petroleras privadas están dejando atrás su mala reputación y hoy apuestan por la sostenibilidad, la recuperación de los ecosistemas y el apoyo a las poblaciones de sus zonas de influencia.
En la Amazonía peruana el bienestar de la naturaleza y el mejoramiento de las condiciones de vida de las comunidades nativas y rurales se apoyan en programas de esas empresas.
Donde el Estado no llega o no sabe qué hacer, los privados dan atención en salud, educación, emprendimientos productivos, reforestación e infraestructura.
Buen ejemplo son tres petroleras que operan en la región Loreto: Pluspetrol Norte (PPN), Repsol y Perenco. PPN ha invertido 500 millones de dólares en una tecnología de reinyección de la contaminante “agua de producción” para evitar que este termine en los ríos y quebradas (como ocurría en el pasado). En el caso de Repsol, en el 2012 fue reconocida como la energética con mejor desempeño ambiental, según el ránking de la revista “Newsweek”. Y la inglesa Perenco brinda un eficiente servicio de salud. Esto no es pose, es una visión renovada de la relación con el entorno y del respeto a la población.
Inclusión
Pluspetrol Norte tiene programas productivos para incluir a las mujeres nativas de nueve comunidades en la instalación y manejo de viveros de maderas finas para reforestación. Son 23 las encargadas y sus ingresos pasan los S/.1.400 mensuales.
Salud
Cuando en el 2008 Perenco se hizo cargo del lote 67, un estudio socioambiental arrojó la precaria atención de salud en las 96 comunidades de la zona. Coordinó con la Marina de Guerra y la región Loreto para implementar el plan de salud y financió la refacción y potenciación de un buque tópico de la Marina: desde el 2009 surca los ríos brindando atención. El acercamiento a la población permite que Reniec y el Banco de la Nación atiendan a bordo.
Remediación
El lote 192 (antes 1AB) que produce cerca del 18% del petróleo peruano fue explotado en los 70 por la Occidental Petroleum. Esa empresa dejó grandes pasivos ambientales no inventariados. Hoy, operado por PPN, la mayoría de los 91 pasivos han sido remediados con una inversión de U$100 millones.
Empleo
Solo entre 1999 y el 2004 Repsol le dio trabajo a más de 2.000 personas, el 70% eran nativos de la zona de influencia.
Pese a todo, las petroleras privadas deben enfrentar a radicales que generan climas de conflictividad social; son señaladas como responsables de los pasivos ambientales de empresas antecesoras y están expuestas a cambios repentinos en las reglas de juego del Gobierno.

Estado empresario
De mal en peor
Cuando una empresa petrolera privada asume un proyecto de remediación ambiental o de exploración, es el privado que invierte y gasta. Lo mismo que cuando es multada por alguna infracción ambiental. Pero cuando el Estado es empresario, todos los peruanos pagamos los platos rotos, la burocracia, los errores de personas a las que no hemos elegido para que nos representen, amén de las argollas de corrupción que se gestan (casos de Petrobras y PDVSA).

El Gobierno está mandando señales de querer ser un competidor más en el rubro. El Perú no está para repetir los errores del pasado. Durante el velascato y siguientes (hasta las reformas de los años 90) el Estado fue empresario petrolero. Y lo hizo muy mal, como lo hace Petro-Perú ahora que explota un lote, contamina con sus derrames, usa tecnología obsoleta y contrata a menores de edad para labores de remediación. Bien haría la estatal en reducirse, no entrar a manosear el mercado y, de paso, vender ese edificio monumental en una de las zonas más caras de San Isidro.

Martha Meier MQ.
Editora Central

El Comercio, 27 de enero de 2015

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