sábado, mayo 21, 2011

Alvarito en su laberinto



“Sería un acto de verdadero suicidio. Ojalá la gente entienda el peligro que representa Humala para la democracia”, afirmaba enfáticamente Alvarito Vargas Llosa en el diario “La Primera”, en marzo del 2006. Cinco años después el señorito ahora parte del novo combo club humalista desdice todo lo que pensó, escribió y dijo, inclusive antes de la primera vuelta. El heredero del recientísimo título nobiliario español de marqués de Vargas Llosa declaró en “La República”, órgano propagandista del humalismo, que le “consta personalmente que personas e instituciones importantes como el ex presidente Lula da Silva o el Departamento de Estado de EE.UU. tienen suficientes garantías de que Humala no representa un peligro para la democracia”.
Ya pues, ahora resulta que para el Vargas Llosa chiquito Lula da Silva es un dechado de virtudes y transparencia. Y esto después de haber denunciado que “El presidente de Brasil, Lula da Silva, está inmerso en un interminable escándalo de corrupción; su reputación, que alguna vez fue enorme, está hecha jirones. Una impresionante secuencia de revelaciones que involucran al gobierno y al Partido de los Trabajadores de Lula –comenzando con la confesión por parte del legislador de la oposición, Roberto Jefferson, de que había recibido sobornos por sus votos en el Congreso– ha sacado a la superficie todo un esquema de sobornos a legisladores y de métodos irregulares de financiamiento del partido”.
Claro, pero para su actual manipulación política le conviene pintarlo como oráculo de verdad y sabiduría. Y ¿qué es esto de sostener que en el “Departamento de Estado de EE.UU., tienen suficientes garantías de que Humala no representa un peligro para la democracia”? ¿Alvarito es ahora relacionista público de esa institución? ¿Encargado del gobierno de Obama para promover la campaña de un ex militar que comprobadamente avaló el ‘andahuaylazo’, esa intentona golpista contra el gobierno de Alejandro Toledo? Y, por último, ¿de cuándo acá y según quién los peruanos tenemos que guiarnos por lo que crea una institución extranjera con una larga lista de errores de confianza: Gadafi, Hussein, el panameño Noriega y varios otros sangrientos, corruptos y peligrosos tiranos que terminaron enquistados en el poder?
Vaya usted a saber de dónde salen las posturas de Vargas Llosa hijo, que dicho sea de paso pisa muy poco nuestro país. Lo cierto es que en las declaraciones al diario “La Primera”, el ahora vocero humalista, enfatizó en el 2006: “Lo único que representa Ollanta es a la política tradicional pero en su forma más bastarda. Si llega al poder, se conducirá con autoritarismo e irrespeto a las libertades”. Pedía también cerrar filas para evitar que triunfe “el proyecto totalitario de Humala”. Ahora de pronto y de la nada, el lobo trasmutó en mansa ovejita por obra y gracia de la fantasía o la patología de Alvarito y su padre. ¿Dónde creen que quedó la ideología etnocacerista en la que lo educaron en el hogar familiar?
Vargas Llosa jr. alertaba a la comunidad internacional así: “Ollanta Humala es un ex oficial del ejército acusado de violaciones contra los derechos humanos […] Ahora está en la órbita de Hugo Chávez”. En otro artículo sostuvo: “La gran pregunta, en caso de una victoria de Humala en el ballotage es si el candidato nacionalista se convertirá en otro Chávez. Ya ha anunciado que convocará a una asamblea constituyente a fin de modificar la Constitución, lo que a su vez le dará la facultad de llamar a nuevas elecciones para el Congreso. Ese es exactamente el modo en el que Chávez logró concentrar el poder y comenzó a erosionar la democracia en Venezuela [...]. Si Humala triunfa, tendrá un montón de efectivo en sus manos debido a que los minerales que el Perú exporta están generando muchos ingresos para las arcas fiscales y la administración saliente está dejando sustanciales reservas monetarias […] Si Humala cumple sus promesas de revisar los contratos de inversión extranjera […], y de nacionalizar los recursos naturales, la inversión en el Perú disminuirá. Esto no es nada bueno para un país que precisa más de ella”.
Una pregunta para el niño Álvaro: ¿Por qué suponer que Humala ha cambiado? Todo lo que Vargas Llosa temía en el 2006 está plasmado, en blanco y negro, en el plan de gobierno y en la ideología cavernaria del entorno de la coalición que apoya hoy al ex militar.
Que no le quepa la menor duda al niño Álvaro: de llegar Humala a Palacio ocurrirá todo lo que temía hace cinco años, y más, aunque su papi –sin pruebas ni fundamento– diga lo contrario desde su interpretación literaria de la realidad.






El Comercio, 20 de mayo de 2011

2 comentarios:

Abel Canon dijo...

...que PLUMA tan despreciable...y que TINTA tan arrogante...esperemos que en poco tiempo esta OPINION PUBLICA, de este Pais, todavia en el subdesarrollo, tenga el nivel adecuado para que nunca mas pueda ser manipulada por los que tienen sus LINGOTES DE ORO....

Victor dijo...

Lo que pasa que al igual que yo, los Llosas piensan racionalmente. si tienen que elegir entre la corrupcion fujimontesista (con las muertes de campesinos, estudiantes, policias etc ) y los supuestos "crimenes" de Ollanta.. Elegimos lo de Ollanta. Asi de simple. Que la señora Keiko no es como el padre, es dificil de creer cuando ella esta rodeada por gente que ayudo a dar golpe de estado y corrumpir la sociedad peruana.