viernes, enero 03, 2014

Las centrales hidroeléctricas contra el cambio climático

Producen energía limpia y renovable. Su adecuada ubicación y construcción no genera conflictos sociales ni descalabros ambientales.

El sabio italiano Antonio Raimondi (1826-1890) afirmaba que, visto desde el aire, el territorio peruano se asemeja a un papel arrugado de inmensas dimensiones. Esta es una de las mejores descripciones de un país que, como el Perú, es cruzado por la Cordillera de los Andes, como una colosal columna vertebral. Esa magnífica cordillera se despliega y forma la más grande concentración de cumbres, glaciares, montañas, picos y pequeñas subcordilleras de América. Tales son las "arrugas" del papel que Raimondi sabía que podrían notarse desde el aire y que hoy todos podemos observar al volar sobre el territorio nacional.
El gran potencial
Gracias a esas "arrugas" el Perú cuenta con muchas zonas para desarrollar proyectos de pequeñas y grandes hidroeléctricas a fin de generar la energía eléctrica requerida para su crecimiento económico y desarrollo, sin afectar el ambiente, desplazar comunidades enteras, ni crear focos de conflictividad social. Una muestra es, por ejemplo, el proyecto Chaglla. Con una inversión de 1.200 millones de dólares, la constructora Odebrecht está mostrándole al Perú el camino que debe retomarse: el de la hidroenergía, impulsado desde comienzos del siglo XX por el notable ingeniero ancashino Santiago Antúnez de Mayolo Gomero.
Chaglla es un ejemplo de lo que puede y debe hacerse en el Perú. Con una capacidad instalada de 456 megavatios (MW), producirá electricidad a partir del 2016 para satisfacer las necesidades de 4 millones de personas y, de paso, diversificar la matriz energética para empezar a minimizar la dependencia petrolífera, y con ello reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEF).
Limpia y renovable
El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) del 2011 reconoció a la hidroelectricidad -para la que el Perú tiene un inmenso potencial- como una de las principales herramientas en la lucha contra el cambio climático. Se la considera entre las energías limpias y renovables y como una tecnología ya madura por los grandes conocimientos sobre ella.
Para el IPCC, estamos frente a una buena fuente para solucionar "las necesidades energéticas masivas y descentralizadas, y como fuente de estabilización de potencia en aquellos esquemas donde se ha previsto la utilización de fuentes renovables de carácter variable (eólicas, solares)".
La electricidad generada por este tipo de proyectos es de menor costo, comparada con el resto de renovables.

El Perú debe priorizar esta potencialidad.
DATOS
FINES DEL XIX
El Perú conoció la electricidad en 1895, generada por la hidroeléctrica Empresa Transmisora de Fuerza Eléctrica, de Santa Rosa de la Pampa, margen izquierda del Rímac.
CAPITAL PRADO
La compañía fue adquirida por la Sociedad Industrial y se creó la Empresa Eléctrica Santa Rosa, dirigida por el legendario empresario Mariano Ignacio Prado.
CAÍDA DE AGUA
Para 1903 empezó a operar la central de Chosica, la primera en aprovechar la fuerza de un salto de agua en la cuenca del Rímac - Santa Eulalia.
NO EN la AMAZONÍA
La construcción de hidroeléctricas en zonas inapropiadas genera conflictos sociales y ambientales. De todas las concesiones temporales o definitivas, las de la Amazonía originan protestas, especialmente en la selva baja.

EL VISIONARIO
Santiago Antúnez de Mayolo G.
El ingeniero y físico ancashino Santiago Antúnez de Mayolo Gomero (1887-1967) fue precursor de la hidroenergía en el Perú. En 1918 ya había estudiado el potencial energético de nuestros ríos y constató la del Mantaro, donde décadas después se construyó la gran hidroeléctrica que cubre hoy buena parte de la demanda nacional.
Egresado de la Universidad de San Marcos, viajó a Europa y a Estados Unidos para realizar estudios de especialización y algunos trabajos.
Lejos del terruño conoció las últimas tecnologías para obtener electricidad de las corrientes y caídas de agua. Gran conocedor de nuestra geografía, vislumbró que por ese camino se lograría el despegue energético peruano.
En 1915 publicó un estudio sobre el potencial hidroeléctrico del Cañón del Pato y propuso una instalación hidroelectroquímica (lo actualizó en 1940). Se dedicó a impulsar este proyecto y vivió para ver, en 1958, la inauguración de la hidroeléctrica del Cañón del Pato.
Sus estudios y propuestas son base de centrales construidas tiempo después: Machu Picchu, Mantaro, Marca Pomacocha y Marca II,
Esta es considerada la mayor energía renovable e inagotable del planeta. Actualmente 20% de la energía mundial se obtiene así (99% en el caso de Noruega).

El Comercio, 31 de diciembre de 2013

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