Tras las celebraciones de Año Nuevo, el Centro de Lima, particularmente,
suele convertirse en un gigantesco urinario. Son muchos y muchos más los que
creen que celebrar pasa por embriagarse hasta perder la conciencia. Y muy a la
mañana del primer día del año se les ve tambaleando por las calles, buscando un
poste, muro, árbol o terreno baldío para relajar la vejiga del exceso cervecero
de la noche anterior. Esto a vista y paciencia de los transeúntes.
No es raro que en los alrededores de los bares más concurridos se formen
verdaderos charcos de 'pichi'. Bueno sería encontrarle utilidad a ese líquido
que tantos descargan en las calles, y mucho más la madrugada del 1 de enero.
Pues bien, en Holanda le han encontrado una utilidad y una nueva ley hace que, a
partir de hoy, el asunto sea oficial.
Puede sonar sucio, pero no lo es. Aquello que la poeta Elvira 'Pimbola' Roca
Rey M.Q. describe en uno de sus versos como "silbo dorado", es decir el acto
fisiológico de orinar, se ha convertido en una de las nuevas maneras de ayudar a
los agotados suelos de nuestro cada vez más estéril planeta. De paso, el nuevo
uso de este desecho corporal líquido evitará, a mediano plazo, tener que tratar
una buena parte de los desagües domésticos.
Por toda Ámsterdam han empezado a proliferar baños portátiles para quienes,
en medio del diario ajetrear en las calles, cumpliendo sus actividades, sienten
el llamado de la madre naturaleza. Hace algunas semanas las autoridades de esa
ciudad, y otras de Holanda, dispusieron la instalación de estos servicios en
lugares estratégicos como parques y espacios concurridos, invitando a los
paseantes a participar en un programa a favor del ambiente.
¿De qué va este proyecto? Pues usar la 'pichi' a favor del planeta. En vez de
que la orina termine en las tuberías, las autoridades del agua han encontrado
que ese desperdicio se convierte en fertilizante para granjas, jardines y techos
verdes urbanos. Ocurre que la orina humana tiene un alto contenido de fósforo y
nitrógeno, dos de los principales componentes del suelo sano y productivo. El
proyecto holandés espera que el fósforo y el nitrógeno extraídos de esos
urinarios sirvan para sostener los techos y azoteas verdes urbanas.
Según cálculos, si se lograra extraer fósforo y nitrógeno de la orina de
todos los habitantes de Ámsterdam, podría fertilizarse el equivalente de diez
mil canchas de fútbol cultivadas con plantas alimenticias y ornamentales. Los
componentes recuperados de urinarios irán a parar a uno de los principales
techos verdes de la ciudad.
Todo empezó cuando las tuberías de los desagües domésticos empezaron a
taponearse con los cristales de fósforo que formaba la orina. Las autoridades
decidieron eliminar el problema de manera creativa y útil. Desarrollaron un
mecanismo para reusar este elemento.
Cuando la 'pichi' llegue a una planta de recuperación, el fósforo y el
nitrógeno serán aislados y transformados en fertilizante estruvita, altamente
eficiente y de lenta liberación.
Problema solucionado y ciudad reverdecida. No le caería mal a Lima algo
similar.
Déficit de áreas verdes
Preocupante situación ecológica
- Usar la orina como fertilizante vegetal ayudaría a superar el déficit de
áreas verdes de la capital. Un estudio del Servicio de Parques de la
Municipalidad de Lima (Serpar) alerta sobre que en el 2015 Lima tendrá un
déficit de 5.213 hectáreas de áreas verdes.
Independencia
Una medida urgente
- En la segunda mitad del 2013, el alcalde de Independencia, Evans Sifuentes
Ocaña, anunció multas para evitar que las personas miccionen en la vía pública y
ensucien el distrito. Estas deberán pagar S/.925, el 25% de una UIT. Si
reinciden la pena será de S/.1.100.
El Comercio, 01 de enero de 2014
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