Cuando el actual primer ministro Fernando Zavala se desempeñó como ministro del régimen de Alejandro Toledo tuvo el respaldo de la mayoría del Legislativo (66 congresistas); una mayoría artificial y apretada, pero mayoría al fin y al cabo. Hoy parece extrañar el “chicheñó” de aquellos años, sino ¿para qué descalificar a la actual mayoría congresal y generar una innecesaria crisis?
Zavala sostiene que el Congreso abusa del poder, que es obstruccionista, calumnia y falta el respeto, sale a pontificar sobre democracia con un discurso anti-democrático al olvidar que la mayoría fujimorista que ahora le incomoda refleja la voluntad de los peruanos expresada en las urnas, muy distinta a la forzada mayoría urdida durante el toledato. Recordemos...
En la primera vuelta de 2001, Toledo colocó 45 congresistas y debió gestar alianzas ofreciendo cargos ministeriales a diestra y siniestra. Lo hizo con Fernando “Popy” Olivera (Frente Independiente Moralizador); con Jorge Santistevan y Beatriz Merino, (representantes entonces de Somos Perú) y con la izquierdista agrupación Unión por el Perú; sumándose 21 congresistas (11, 4 y 6, respectivamente).
Zavala fue ministro de un gobierno con mayoría en el Congreso y no sabe cómo lidiar con la mayoría naranja a la que su mentor, el actual presidente Pedro Pablo Kuczynski, no amansará con componendas ni nombramientos. Si esto no le gusta puede volver a su casa y al sector privado, donde alcanzó tantos logros. Lo otro es tratar de tender puentes y no quemarlos, agitar una bandera blanca es vez de lanzar perdigones.
Puede que esté algo frustrado por la renuncia de Martín Vizcarra a la cartera de Transportes y Comunicaciones, porque era un aliado de peso para sacar adelante el impertinente aeropuerto de Chinchero, Cusco. Según el analista político Ricardo Vásquez Kunze: “el responsable de esta crisis política y social es el primer ministro, quien persistió neciamente en llevarla a cabo (la adenda al contrato) contra toda advertencia de que allí había lesión para el Perú”; ahora “quiere confrontar al Congreso haciéndose la víctima y pontificando muy al estilo caviar sobre la virtud de cómo hacer política y cómo ser demócrata”.
Luz Salgado, presidenta del Legislativo, exhortó al primer ministro rectificar sus declaraciones, una cosa es “fiscalizar y otra es obstruir” dijo, refiriéndose a las próximas interpelaciones a los ministros de Interior y de Salud: Carlos Basombrío, por la creciente inseguridad y rebrote terrorista; y Patricia García, para quien la epidemia de dengue en el norte es un “psicosocial”. ¿Quién habla de abuso?
Martha Meier M.Q.
Expreso, 27 de mayo de 2017