viernes, enero 03, 2014

El embajador y su esposo

"Wally" y Bob llegaron a República Dominicana tras una fuerte controversia nacional. Los sectores más conservadores del país caribeño andan bastante incómodos con su presencia, las iglesias Católica y evangélicas (es su rol, para evitar que nos desbandemos) instaron al gobierno a no aceptar al activista gay "Wally" como embajador de los Estados Unidos.
No faltaron quienes consideran el hecho como una falta de respeto de Obama contra el país caribeño que rechaza mayoritariamente, como el Perú, las uniones de personas del mismo sexo. Y el embajador gay llegó, para terror de los homofóbicos, con su guapísimo esposo Bob Satawake.
Algunos analistas han considerado el nombramiento como una interferencia norteamericana sobre un debate cerrado constitucionalmente en 2010. No está de más recordar, sin embargo, que en 2011 la ex Secretaria de Estado Hillary Clinton manifestó que "la difusión de los derechos para las minorías GLBT (Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales) será un pilar de la política exterior" del gobierno del demócrata Obama. Así las cosas no debe sorprender que James "Wally" Brewster sea el octavo embajador abiertamente homosexual nombrado por esa administración.
La prensa dominicana ha recogido y repetido hasta el cansancio una de las frases de saludo de Brewster: "Mi esposo Bob y yo estamos felices de servir como embajadores en República Dominicana". O.K., no todos los días un embajador llega con marido, pero a estas alturas del siglo XXI ya va siendo tiempo de dejar de lado los prejuicios y la cantaleta del "mal ejemplo". ¿Es mal ejemplo que dos personas se respeten, se quieran, sean fieles y leales con el vínculo que han establecido, que no lleven una vida promiscua, no tengan vicios, sean destacados profesionales y buenos ciudadanos? Creemos que no.
A las pocas horas de ser nombrado embajador, Brewster contrajo matrimonio en Washington D.C., con Satawake, su pareja de 30 años. Y llegaron como marido y marido a República Dominicana, con la misión de "fortalecer e incrementar el comercio bilateral, las oportunidades económicas, y aumentar los intercambios económicos y culturales".
Los esposos Brewster-Satawake son empresarios exitosos. El embajador -originario de Texas- es gerente general de SB&K Global su propia compañía; mientras Satawake -oriundo de Oklahoma- es gerente adjunto del Chicago Luxury Group de Sotheby's International Realty, una trasnacional inmobiliaria. Ambos son creyentes y educados en los valores de la compasión y la tolerancia. Mientras República Dominicana sigue removida con la pareja. En Madrid todos andan felices con el embajador gringo James Costos y su novio, el reconocido decorador Michael S. Smith, ambos son compañeros desde hace largos años, también.
Ya va siendo tiempo que nos hagamos a la idea de que "las parejas imaginarias" pueden ser reales, vivir vidas sanas y productivas y, de paso ser felices. De vez en cuando cae bien una cucharadita de tolerancia.

El Comercio, 30 de noviembre de 2013

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