La notable etóloga inglesa y mayor autoridad en chimpancés, la doctora Jane
Goodall, está en nuestro país. No anda por estas tierras para departir con
científicos sobre primates. No, Jane está aquí cumpliendo la titánica tarea que
se impuso en 1986: conectar el cerebro de los humanos con su corazón. Ese año
entró a una conferencia como científica y salió convertida en activista
convencida de que para revertir la crisis ecológica hay que transformar la
relación de la gente con la naturaleza.
Entre muchas otras cosas, ahora esparce las semillas de su hermoso proyecto
de movilización de voluntades y creatividad Roots & Shoots (Raíces y
Brotes), que impulsa en Perú con instituciones como Arte para Crecer, Sirena:
Comunicación por la Paz, el colegio Fe y Alegría de Jicamarca, el colegio
Roosevelt, este Diario y empresas que ya empezaron a sumarse a la cruzada.
Insistía el recordado amauta Javier Pulgar Vidal en que "las próximas
generaciones, educadas de manera diferente, original y novedosa, serán
verdaderos agentes de recreación de este mundo". Esa misma es la visión del
programa del Instituto Jane Goodall.
Ya son más de 17 mil grupos de niños y jóvenes, en 130 países, que realizan
todo tipo de proyectos para fomentar el respeto y la empatía con las criaturas
vivas, el ambiente y la tolerancia entre todas las culturas.
En esto la Dra. Goodall dice que solo lanza semillas para que nosotros las
cuidemos, para que echen raíces y crezcan como árboles. "Fue mi idea, pero ahora
depende de ustedes expandirla y compartirla". Y en esas estamos, cada quien
aportará lo suyo para erradicar la apatía, la prisión de las emociones
negativas, la incomunicación que como paradoja surge de la hiperconectividad,
para usar sana y solidariamente el tiempo libre y actuar por un planeta sano y
bueno.
EL Comercio, 19 de noviembre de 2013
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