La Isla del Coco, en Costa Rica, es un pequeño universo de impresionantes
paisajes; sus bosques tropicales albergan una gran biodiversidad y así, también,
sus ricos ecosistemas marinos. Allí se esconde el muy buscado "gran tesoro de
Lima".
Coco ha inspirado novelas como "Parque Jurásico", de Michael Crichton, en la
que se inspiró la película de Steven Spielberg, del mismo nombre.
Visitarla es volver al pasado, recorrer senderos y playas donde anduvieron
corsarios y piratas que la usaron como sitio de descanso, de reabastecimiento y
escondite secreto de valiosos botines.
En este paradisíaco escenario natural centroamericano, cientos de personas
desde principios del siglo XX, buscaron el "gran tesoro de Lima".
No es cuento ni leyenda, es historia.
Corrían los últimos años del dominio español en lo que era el Virreinato
peruano. La independencia estaba ya a la vuelta de la esquina y la corona
española sabía que Lima ya no era un lugar seguro para sus riquezas.
Así, encargaron al capitán inglés William Thompson trasladar a México 24
baúles.
El inglés no sabía qué llevaba en esos baúles, pero un hecho le hacía
sospechar que había de ser algo muy valioso, pues los desconfiados españoles le
dijeron que un grupo de oficiales y un obispo abordarían el María Querida, para
acompañarlo en el trayecto.
Navegaba Thompson y en las noches conversaba con su tripulación sobre los
baúles.
Poco a poco, la codicia fue ganándole el espíritu y convenció a sus hombres
para hacerse con lo que intuía -acertadamente- era un inmenso botín.
Los oficiales españoles y el obispo fueron asesinados y arrojados al mar.
Al abrir los baúles, el capitán inglés encontró el impresionante tesoro:
monedas de oro y plata, joyas y más de cien imágenes religiosas.
Según dan cuenta algunos estudiosos, el inventario oficial registraba 113
imágenes religiosas, entre las que había una de oro sólido de tamaño real de la
Virgen María, 200 cofres de joyas, espadas con empuñaduras de piedras preciosas,
más de 1.000 diamantes, coronas de oro sólido, 150 cálices y cientos de barras
de oro y plata.
Se dice también que iban las láminas de oro que adornaban las torres de la
catedral.
Thompson se desvió del trayecto a México y se dirigió hasta la Isla del Coco
para esconder esa riqueza.
En México, la demora del María Querida en arribar llevó a sospecha y los
españoles se lanzaron a la búsqueda del capitán, a quien habían confiado los 24
baúles.
Mientras tanto, Thompson escondía en la isla el deslumbrante tesoro limeño.
Cumplida su misión y ni bien zarpaba de la Isla del Coco, una nave de la
corona española lo capturó, ejecutó a la tripulación, salvo al capitán y a su
principal, para que los llevara hasta el tesoro.
Apenas desembarcaron, el capitán desorientó a sus captores, internándose en
la frondosa selva para desaparecer.
Desde entonces, muchos han consagrado su vida a buscar nuestro tesoro
olvidado.
Ecosistema de reserva
Patrimonio Natural de la Humanidad
- La Isla del Coco ha sido declarada como una zona de reserva (parque
nacional) por el Gobierno de Costa Rica. Se localiza a 532 km del litoral y mide
23,85 km2. Desde 1997, es reconocida por la Unesco como Patrimonio Natural de la
Humanidad.
Valorizado en US$200 mlls.
Un ingeniero tras el "tesoro de Lima"
- Según el portal web del "Daily Mirror", el ingeniero Miker Munroe fue el
último en conseguir (2010) el permiso para buscar el tesoro de la Isla del Coco.
Desde 1930, 26 expediciones han buscado el tesoro que, se cree, está enterrado.
EL Comercio, 06 de noviembre de 2013
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