A lo largo de la vida se conocen a muchos seres excepcionales y a otros más
que despreciables. Uno no tarda mucho en percatarse de que los despreciables son
-a excepción de las aves- seres de dos patas. Los mejores con los que me he
topado en la vida, generalmente, han sido cuadrúpedos que ronronean o ladran y a
veces tienen pulgas.
Nadie niega que sobre este planeta habitan innumerables personas buenas,
ejemplares, honestas y solidarias. Gente que se va y deja hermosos recuerdos y
enseñanzas entre nosotros. Pero poniendo las cosas en perspectiva, y sin
exagerar, se diría que en eso de tener una vida sin sombras y de dejar solo una
huella de amor y lealtad incondicionales, nos ganan de lejos nuestras mascotas.
Es mucho lo que los humanos deberíamos aprender de ellas.
El lunes murió Mr. Clooney, el yorkshire de mi entrañable amiga y colega
Milagros Leiva. Ese perrito nació en mi casa, lo vi abrir los ojos, dar sus
primeros pasos, empujar a sus hermanos cachorros en pos de un lugar en el
abrevadero de leche materna (esto es mi fiel Kina) y dar su primer ladrido, o lo
que parecía serlo.
Desde chiquitín mostró ser el líder de esa camada, era juguetón y querendón,
el preferido de su mamá. El más lindo y despierto de todos. Daba pena separarse
de él, pero debía hacerlo. Decidí buscarle una buena "mamá" para regalárselo (no
me va eso de la compraventa de mascotas, cual objetos).
Por esos días Mila pasaba por un trance doloroso y yo -convencida de que los
perros son ángeles peludos- logré que lo adoptara. Rápidamente se identificaron.
Clooney miraba a su nueva mamá como si fuera una diosa y le hizo saber que la
acompañaría en las buenas y en las malas. Creo que le enseñó también que la
felicidad, como la vida misma, a veces tiene molestas pulgas que hay que
eliminar de nuestro entorno.
A la muerte del hermoso Mr. Clooney, Milagros escribió muy sentida en su
página de Facebook: "Me deja dos años de amor y compañía intensos y muy alegres.
He querido demasiado a mi perrito y él me ha dado el mismo amor. Nuestro afecto
ha sido recíproco hasta el final. Creo que Clooney tuvo una clara misión:
enseñarme que sí podía sobrevivir al dolor, que sí podía cuidar al ser más
frágil que tuve en mis manos y que sí podía seguir viviendo con fe y esperanza".
Las mascotas son maestros y maestras. Nos enseñan a ser mejores y una muy
particular forma de ser felices, de superar los obstáculos, de agradecer una
simple palmada en la cabeza. Los perros son más expresivos que los gatos, pero
los felinos también tienen lo suyo.
Uno de los significados de la palabra 'mascota' es "animal u objeto al que se
le atribuyen virtudes mágicas". Eso es un hecho.
El poeta británico Lord George Gordon Byron plasmó en el epitafio de su
querido perro, Boatswain, algo de esa "magia". Escribió que poseía "belleza sin
vanidad, fuerza sin insolencia, coraje sin ferocidad y todas las virtudes del
hombre sin sus debilidades".
Creo que los humanos tenemos aún mucho que aprender de nuestros "hermanos
menores".
Tiempos remotos
El origen del perro sin pelo del Perú
- El perro sin pelo del Perú habita nuestras tierras desde tiempos remotos,
como lo demuestra la cerámica y la iconografía de la época preínca,
especialmente la perteneciente a las culturas que florecieron en la costa norte,
como Vicús, Moche, Chimú, Chancay.
Tributo a la memoria
Un epitafio de Lord Byron a su perro
- "Este elogio, que constituiría una absurda lisonja si estuviera escrito
sobre cenizas humanas, no es más que un justo tributo a la memoria de
Boatswain", escribió el poeta británico Lord George Gordon Byron en el epitafio
a su querido perro.
El Comercio, 18 de junio de 2014
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