ORELLANA Y SU PELÁEZ
La influencia de Rodolfo Orellana Rengifo en prácticamente todos los ámbitos
del poder político solo puede darse en el Perú. Desde mediados del año pasado,
empezó a ser denunciado por estafas, tráfico de tierras y apropiación de
propiedades. Hoy está bajo el reflector.
Sus tentáculos alcanzan a: Congreso, policía, fiscalía, Poder Judicial,
notarios, Registros Públicos, gobiernos regionales y más. Se lo vincula a:
tráfico de tierras, interceptaciones telefónicas, estafas, apropiaciones
ilícitas gracias a una mafia de notarios, minería ilegal, lavado de
'narcodólares', extorsión y trata de personas.
Sus principales escuderos son Heriberto Benítez y Benedicto Jiménez. El
primero "mánager" de Leonor La Rosa, espía montesinista, estafadora y "niña
símbolo" del "rescate" de la democracia, a quien el gobierno de Toledo indemnizó
con 300 mil dólares por las supuestas "torturas" de la "dictadura".
El otro escudero es el "sheriff" Benedicto Jiménez, esa arpía encargada de
distorsionar el hito que cambió la historia del Perú: la captura, en 1992, del
cabecilla senderista Abimael Guzmán, durante el gobierno de Fujimori. Ambos,
Benítez y Jiménez, están en una ONG de Orellana, y Jiménez en el pasquín "Juez
Justo", utilizado para difamar a quienes denuncian a Orellana y tapar sus
fechorías. La corrupción al estilo "perucho" es surrealista y más increíble que
la ficción.
La procuradora pública para lavado de activos, Julia Príncipe Trujillo, ha
dicho que la "presunta" organización ilícita de Orellana está infiltrada en
todos los ámbitos (un poco más hasta en la bodega de la esquina).
Esto no pudo gestarse de la noche a la mañana, ni en los cinco años que
Príncipe batalla solitariamente contra él. La procuradora ha denunciado que la
fiscalía le da largas al tema, y todo señala al ex fiscal de la Nación José
Peláez Bardales (recordado por no colaborar con las investigaciones de Estados
Unidos, sobre los vínculos con el narcotráfico del clan de los Sánchez Paredes).
Hijo de un intelectual y militante aprista y con hermanos en puestos claves,
Peláez - nacido en Chachapoyas - parece ser el flotador de Orellana en ámbitos
fiscales y judiciales. La investigación a este hijo de Tocache alcanza a 53
personas y a más de veinte empresas, entre las que se cuenta Coopex, una
cooperativa con convenio con el Congreso para otorgarle préstamos. Esa
cooperativa no puede ser supervisada, pues varios fallos del Poder Judicial se
lo impiden a la Superintendencia de Banca y Seguros y la Oficina de Supervisión
de Contrataciones del Estado (OSCE).
En esto todo lleva a sospecha. Daniel Ramsay, por ejemplo, uno de los
fundadores y directores de Coopex, es ahora de los principales asesores del
fiscal supremo Peláez.
Finalmente, vale recordar que Orellana ha sido señalado por 'chuponear' a los
adversarios políticos del presidente regional de Áncash César Álvarez, detenido
por su presunto involucramiento en el asesinato del dirigente Nolasco.
Pero la cereza de este pastel es que Orellana fue acusado de interceptar las
comunicaciones de Lourdes Flores cuando era candidata a la Alcaldía de Lima.
¿Recuerdan qué pasó? Se filtró el famoso 'potoaudio', que jugó contra Lourdes y
le dio la victoria a Susana Villarán. ¿Encargo de...? ¿Quizá del humalismo que
ahora apoya su reelección? Pregunto, no más.
El Comercio, 21 de junio de 2015
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