Nada hay más perverso que privar a un niño de su infancia como lo hacen las hordas carniceras de Sendero Luminoso.
Ayer, el presidente Ollanta Humala anunció el rescate de once pequeños -de entre 1 y 9 años-, secuestrados por ese grupo terrorista aliado del narcotráfico. Fue en el valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), una zona donde los senderistas parecen estar fortalecidos. Allí se dedican a raptar niños para adoctrinarlos en la maldad y, de paso, extorsionar a sus padres para forzarlos a apoyar su criminal causa. Esto, en buena parte, es la atroz herencia que nos legaron quienes satanizaron -y lo siguen haciendo- al gobierno de Alberto Fujimori al punto de cuasi beatificar a la piara de seguidores de ese engendro ideológico llamado marxismo-leninismo-maoísmo-pensamiento Gonzalo. Desarticularon, además, la arquitectura legal y de inteligencia que permitió la captura -en 1992- del mayor genocida de la historia: Abimael Guzmán Reynoso (Gonzalo). Las consecuencias de esa campaña las estamos volviendo a ver y a padecer.
Ahora, el presidente Ollanta Humala parece decidido a dejar atrás el relajo de la política contrasubversiva de los últimos tres gobiernos (Paniagua, Toledo y García). "La operación continúa y vamos a seguir trabajando así, estableciendo una inteligencia eficaz, oportuna, que permita actuar con personal entrenado", dijo. El presidente cuestionó que a dos décadas de la captura del cabecilla senderista existan nuevas generaciones adoctrinadas.
Un par de preguntas debería hacerse el presidente Humala. ¿Qué le enseñan a los jóvenes esos maestros del Sutep, apoyados por el Movimiento por Amnistía y Derechos Fundamentales, Movadef, de abierta filiación senderista? Hace un par de días una de sus líderes, Carmen Rosa Hualla, participó en la huelga magisterial en Puno. Otra pregunta: ¿Por qué los textos escolares, impresos con el dinero de los contribuyentes, difunden la versión distorsionada del accionar terrorista en los noventa? Esos libros de editoriales extranjeras -como se denunció oportunamente- ganan millonarias licitaciones y llevan un contrabando ideológico a las escuelas de la costa, sierra y selva. No nos engañemos. Con esa arma, los maestros sutepistas afines al pensamiento Gonzalo adoctrinan, también, a las nuevas generaciones.
Sobre los pequeños rescatados ha dicho el presidente: "No podemos cruzarnos de brazos. Ni un hombre ni mujer con dos dedos de frente permitirían una situación tan aberrante para los derechos de los niños y niñas. Nos avergüenza como sociedad que existan personas que asuman este tipo de actitudes con fines perversos, para que sean enemigos del Estado. [A estos menores] les digo que en el Perú hay futuro para ellos". Eso, señor presidente, darle un mejor futuro a la niñez, es lo que los peruanos y peruanas esperamos que logre durante su gobierno, con firmeza, transparencia, inteligencia en el gasto público y respetando el Estado de derecho.
El Comercio, 07 de julio de 2012
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