PRIMERAS DAMAS
Nadine Heredia, la esposa del presidente Ollanta Humala, es una joven mujer
profesional que no llega aún a los 40.
Hoy es el blanco de ataques de todo calibre. Como era de esperarse, su esposo
ha salido a defenderla aunque con un argumento extravagante al considerar que
hay una campaña de demolición de la oposición y cierto sector de la prensa
contra su mujer basada "en el miedo" de sus adversarios políticos porque ella
tiene "capital electoral".
El presidente tenía que defenderla, como lo hubieran hecho el dictador
Velasco con la carismática y colaboradora Consuelo Gonzales de Velasco, o el
propio arquitecto Fernando Belaunde Terry con su segunda esposa, la lúcida y muy
política Violeta Correa. Pero Humala desatinó con eso del "capital electoral" y
echó más leña a la fogata donde quieren calcinar la mil veces negada candidatura
de Heredia, en el 2016.
Para Humala, los ataques contra la "compatriota" Nadine "obedecen al miedo de
gente que siente que el carisma y el trabajo que viene haciendo les puede mover
algunas de sus expectativas electorales". Puede ser.
La pareja presidencial ha sufrido un tremendo bajón en su popularidad y las
encuestas se lo atribuyen a Heredia. ¿Será?
La clase política está en todo su derecho de opinar y desconfiar de Heredia,
y ese tema debería quedarse en tales predios porque no puede distraer al
presidente con análisis interesados o de cafetín. Bastantes problemas debe
resolvernos Humala antes de gastar energías en responder supuestos, prohibidos
por la Constitución vigente.
A lo largo de nuestra historia la mayoría de esposas apoyó a sus
maridos-mandatarios con obras y programas para los más pobres y nadie malpensaba
que fuera por afanes electoreros.
Vale recordar que la más fuerte reelección conyugal peruana fracasó y eso que
apenas fue para la alcaldía.
Fracasó. Ocurrió cuando María Delgado de Odría (gran activista social, amiga
de Evita Perón, soporte del gobierno odriista y gestora de la creación del hoy
populoso y pujante distrito de Villa María del Triunfo) postuló a la Alcaldía de
Lima al finalizar el gobierno de Odría: terminó aplastada por Luis Bedoya Reyes.
Si algunos consideran que la primera dama es "metete" y el presidente un
"cosito sacolargo", será porque han olvidado a la ex primera dama Eliane "Iliàn"
Karp de Toledo. Durante la campaña del año 2001, la belga parecía la candidata y
Alejandro Toledo su telonero besucón de la bandera. Ella acuñó frases para la
historia de la insensatez: "Escúchenme bien, pituquitos miraflorinos, escúchenme
bien, los apus han hablado: mi cholo es sano y sagrado". Creó una ONG captadora
de fondos y nunca rindió cuentas. Si no fuera belga, Karp hubiera ignorado la
Constitución para una reelección conyugal.
Hoy Nadine Heredia asegura que no correrá en el 2016. ¿Por qué no creerle?
Tiene el tiempo a su favor, gran carisma y buena formación académica. Si una
estuviera en sus zapatos, esperaría ser la presidenta del bicentenario en el
2021, ¿o no?.
El Comercio, 15 de marzo de 2013
No hay comentarios.:
Publicar un comentario