LA ALCALDESA Y SUS "REFORMAS"
El jueves la alcaldesa Susana Villarán apareció sonriente y con nuevo look en
las páginas sociales (ojo, no socialistas) de "Ellos y Ellas". Ese día, una
combi le arrancó la vida a dos personas -María Robles López (63) y José
Palomares Rondón (30)- y dejó ocho heridos. El vehículo era ni más ni menos
propiedad de la empresa Orión, la misma que mató al joven fotógrafo Ivo Dutra, y
que fue distinguida en noviembre por la congresista Rosa Mavila, "por su trabajo
en el rubro de transportes". Para entonces Orión adeudaba cerca de tres millones
y medio de soles en papeletas por casi tres mil infracciones de tránsito
distintas. Así estamos y todo eso forma parte de la frivolidad de quienes
ostentan cargos públicos. Mientras las fotografías de Villarán nos mostraron el
jueves justamente cuán frívolas pueden llegar a ser nuestras autoridades, el
pequeño Tiago Orellana, de 3 años, quedaba por fin fuera de peligro. A fines de
enero Tiago entró en coma después de que se le destrozara el cráneo por el
impacto de una roca desprendida del acantilado de la Costa Verde, en la zona de
Miraflores. En ambos casos la alcaldesa Villarán se lavó las manos y le tiró la
papa caliente a terceros.
En la nueva tragedia generada por Orión se intentó que la responsabilidad
recayera en el Callao, porque allí le expidieron el permiso de circulación. Lo
que parece haber olvidado la Municipalidad Metropolitana de Lima, a cargo de la
'tía bacán', es que su dependencia Pro Transporte, con Gustavo Guerra García a
la cabeza, firmó un convenio con transportistas chalacos para evitar un paro.
Mediante ese acuerdo, Lima dio carta libre a empresas como Orión para que
circulen y que sus unidades accedan en junio de este año a los corredores viales
que entrarán en operación. Y en el drama sufrido por Tiago, las baterías
villaranistas se dirigieron contra el alcalde de Miraflores Jorge Muñoz, como si
ella (que acababa de mandar pintar de verde una porción del acantilado) no fuera
cabeza de la Autoridad Autónoma de la Costa Verde.
Lima se ha convertido en una ciudad peligrosa, y no hablamos acá del complejo
problema de la creciente criminalidad, sino del peligro que supone el desorden y
el caos en el transporte, cuya reforma está tan solo en la imaginación de la
alcaldesa. Cada vez son más y más frecuentes los accidentes mortales en las vías
que dependen del municipio metropolitano.
Así las cosas, la única reforma visible que se nota, gracias a "Ellos y
Ellas" es la de la alcaldesa: otro peinado, dientes más blancos, menos kilos y
ropa de moda para la reelección a la que apunta y que tanto negó.
Ayer mismo la ciudad se ha indignado por la muerte de la joven discapacitada
de 32 años, Sili Díaz Pinedo, atropellada por un energúmeno que tiene 44
papeletas en su haber y que reconoció haberse llevado de encuentro a un hombre
de 70 años hace una década.
Esta crisis vial no es un fenómeno reciente, es cierto; pero el problema es
que la señora Villarán prometió que resolvería ese y otros problemas. Muchos se
la creyeron. Yo no.
El Comercio, 12 de abril de 2014
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