Urge declarar en emergencia ambiental las zonas y ríos donde opera la minería
ilegal.
La devastación generada por la minería ilegal e informal del oro en el Perú
es tan grande que su huella puede verse desde el espacio. Las fotografías
satelitales de Google y la NASA muestran un extenso desierto, una herida abierta
en un rincón de una de las selvas más biodiversas y admiradas del planeta en
Madre de Dios. Y la peligrosa actividad se ha expandido a la selva norte, en
Loreto, afectando ya los ríos Marañón, Santiago y Cenepa.
Hasta ahora el ministro del Ambiente, Manuel Pulgar-Vidal, no se atreve a
expedir una declaración de emergencia en las zonas donde la mafia del oro genera
destrucción ambiental y pone en riesgo la salud y futuro de campesinos e
indígenas. Desde hace buen tiempo, diversos sectores de la población piden que
se declare tal emergencia en las áreas afectadas, sin mayor éxito.
Carta a Humala
En octubre del año pasado, Servindi (Servicios en Comunicación Intercultural)
informó sobre la carta enviada por la Sociedad Peruana de Ecodesarrollo al
presidente Ollanta Humala, a raíz de la devastación generada por la minería
ilegal e informal en Madre de Dios. La referida institución pidió a Humala
declarar el "estado de emergencia ambiental" por el impacto en fuentes de agua y
la biodiversidad. La mafia del oro ilegal se vincula, además, con la explotación
de mujeres, niños y jóvenes.
La solicitud se refería expresamente a la cuenca del río Inambari, en los
sectores Guacamayo, La Pampa, Huepetuhe y la zona de amortiguamiento de la
Reserva Nacional de Tambopata, señalando que la declaración de emergencia
ambiental permitiría al Estado y a la sociedad civil trabajar conjuntamente para
remediar y recuperar las zonas destruidas. Otro punto resaltado fue la urgente
aplicación de la "emergencia sanitaria" en esas zonas para brindar atención
médica a la población afectada por la contaminación por mercurio, entre otros
metales pesados.
Mano dura
La minería ilegal y la informal requieren mano dura. Estamos frente a una
poderosa mafia que chantajea al Estado, mueve el doble de dinero que el
narcotráfico, lava 'narcodólares', promueve la explotación y tráfico de
personas, así como la prostitución de menores en los "campamentos" ilegales.
Por increíble que parezca, la única emergencia ambiental dada en una zona
donde operan estas mafias data del 2009 y fue declarada por el Gobierno Regional
de Madre de Dios para la cuenca del río Jayave, en Tambopata. Es de resaltar que
el gobierno (pese a la masiva y agresiva marcha de los mineros ilegales e
informales en Lima) no ha dado su brazo a torcer y continuará con la estrategia
del alto comisionado en asuntos de formalización de la minería, interdicción de
la minería ilegal y remediación ambiental, Daniel Urresti. Pero eso no es
suficiente frente a manifestantes que dijeron: "Vamos a hacer correr sangre", y
luego de causar desorden y alborotos se instalaron muy campantes en la plaza Dos
de Mayo.
Pese a los aparentes avances, la minería ilegal e informal se expande por la
selva de Loreto y Amazonas; especialmente por el río Marañón.
CRECE LA MAFIA
Territorios awajun y wampi afectados
Indígenas wampis y awajun (aguarunas) informaron hace un par de meses que sus
territorios en la región Amazonas y Loreto son afectados por mineros ilegales.
Los representantes de ambos pueblos invocaron a los ministerios del Ambiente y
Energía y Minas para detener a esa mafia.
Los wampis y awajun explicaron que "la minería ilegal está aumentando en los
ríos Marañón, Cenepa y Santiago, afectando a la población de las comunidades
indígenas". Esto porque gran parte se asienta en sus riberas y termina
consumiendo agua y peces contaminados.
Hace buen tiempo el apu Zebelio Kayap, dirigente de la Organización de
Desarrollo de los Pueblos Fronterizos del Cenepa (Odecofroc), informó que ya se
han dado enfrentamientos entre indígenas y mineros, y que la deforestación es
alarmante. Ante el grupo de trabajo de la comisión congresal pertinente, pidió
la intervención del Estado para que "tome las acciones legales que corresponden"
y el respaldo del Congreso para detener la actividad minera informal.
El gran río Marañón parece ser la nueva víctima de la mafia del oro ilegal,
una actividad que el Ministerio del Ambiente no parece muy entusiasmado en
erradicar.
Emergencia ambiental
Diversos sectores de la población piden que se declare la emergencia en las
áreas afectadas, sin mayor éxito.
El Comercio, 01 de abril de 2014
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