Nuestra capital es llamada ‘Cancer city’ (ciudad cáncer) en los centros internacionales especializados
Atrás quedaron los días cuando la gente moría “de vieja”. Hoy la mayoría de amigos, conocidos o parientes mueren o padecen decáncer a edad mediana o tan tempranamente como en la niñez. Otros han superado esa enfermedad o conviven con ella.
En Lima es ya una epidemia, una plaga maldita. Nuestra capital es llamada ‘Cancer city’ (ciudad cáncer) en los centros internacionales especializados. En el 2005 se concluyó que en Lima Metropolitana y el Callao se registraban 15 mil nuevos casos al año, pero una mirada a nuestro alrededor demuestra que la cifra queda corta, ¿o no?
Según el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN) en Lima Metropolitana hay 180,4 casos de cáncer por cada 100 mil habitantes, pero la estadística del día a día demuestra que esa cifra también queda corta. Simple. Yo, por ejemplo, no podría frecuentar a cien mil personas, pero sí conozco a más de 180 personas que murieron o padecen la enfermedad. ¿Ustedes no?
Algunos sostienen que el incremento de cánceres crece por lasradiaciones de las antenas celulares; otros afirman que por la contaminación del aire, los pesticidas en las verduras, frutas y otros vegetales, o el coctel de antibióticos y hormonas inoculado en el pollo nuestro de cada día criado a escala industrial; sin descartar vicios comprobadamente cancerígenos como el fumar. Señalan también el sedentarismo, la obesidad, el estrés, el consumo de grasas trans (margarinas y aceites hidrogenizados) y la pésima calidad del agua del Rímac –que consumimos– que presenta metales pesados pese a su procesamiento.
En los cánceres juegan un papel importante los factores hereditarios vinculados a la genética familiar, pero la enfermedad aparece, cada vez más, en personas sin ese tipo de historia.
Se sabe que la población más afectada son mujeres (54,3%) frente a 45,7% de hombres. Y, según el INEN, el cáncer pulmonar ha crecido entre las mujeres, y el de colon en hombres. Los cánceres que más afectan a niñas y niños son la leucemia, tumores cerebrales y linfomas (recientes investigaciones vinculan la leucemia y tumores cerebrales infantiles con la alta exposición a los celulares).
¿Qué hacer? “Prevención”, dicen los médicos. Esto es esclavizarse a chequeos constantes de prácticamente todos los órganos. Hoy hay pruebas de sangre (al alcance de una minoría privilegiada) que miden los marcadores tumorales para saber si un proceso está empezando. Esto permite chapar al ‘cangrejo’ antes de que haga de las suyas. Las pruebas BRCA (que los laboratorios locales procesan en el extranjero, a un alto costo) detectan mutaciones genéticas que generarían ciertas neoplasias. Esa fue la prueba que dio positivo a Angelina Jolie, cuya madre murió de cáncer de mama (Jolie se hizo una mastectomía y eliminó la posibilidad de desarrollar el mal).
El Estado debe invertir en investigación y crear alianzas con centros internacionales especializados. Debe garantizarnos un ambiente sano, aire limpio, agua pura e información transparente y clara sobre nuevos hallazgos, aunque estos afecten a los grandes intereses corporativos telefónicos, agroquímicos o de alimentos. Un derecho que nadie puede negarnos.
El Comercio, 02 de abril de 2014
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