martes, octubre 11, 2011

Hidroeléctricas: ¿energía limpia o nuevo problema ecológico?



Se consideran una forma solapada para concesionar el recurso agua. La represa de Inambari tendría una alta emisión de gases invernadero

Por décadas las hidroeléctricas fueron consideradas fuentes de energía limpia, amigables con el entorno. A la luz de nuevos estudios y conflictos socioambientales, se constata que, según su ubicación y características, pueden perjudicar el desarrollo socioeconómico, la conservación ambiental, contaminar y propiciar conflictos sociales. Un ejemplo en la región nos lo da HidroAysén. El proyecto –rechazado por un extenso grupo de ciudadanos chilenos y de la comunidad internacional–, requiere inundar ecosistemas, recursos naturales y paisajes de Aysén, una de las últimas zonas no intervenidas agresivamente por el hombre, además de desplazar a una comunidad entera. Algunos de los proyectos planteados en el Perú –con la supuesta intención de generar energía limpia para la exportación– generarían problemas similares o peores.

PROYECTO MARAÑÓN
De “revolución energética profunda para cambiar la matriz con el empleo de energías renovables y limpias y asegurar la energía que la patria necesita” calificó el saliente presidente Alan García Pérez el proyecto Marañón. Lo lanzó en abril, en plena campaña electoral. García dijo: “El proyecto Marañón será un legado de mi gobierno”. Su legado podría resultar más bien en una sucesión conflictos ambientales y destrucción ecológica. El gobierno aprista deja encarrillado el proyecto de construir 20 centrales hidroeléctricas a lo largo del río Marañón, una de las fuentes hídricas más importantes del Perú que recorre las regiones de Amazonas y Loreto y es afluente del Amazonas.

INAMBARI, PAQUITZAPANGO, MAINIQUE
Para el próximo ministro del Ambiente, doctor Ricardo Giesecke, el proyecto de Inambari es atractivo en términos económicos pero “aparentemente la cantidad de gas metano que se va a producir con el embalse puede ser muchísimo más que haber generado esa energía con diésel”, es decir tendrá una alta emisión (5,9%, según estimaciones de expertos) de uno de los gases de efecto invernadero (GEI).

Inambari es un área de alta biodiversidad, se ubica en los límites amazónicos de las regiones de Cusco, Madre de Dios y Puno. El embalse requiere desplazar y “reubicar” a más de 4.000 personas; por mientras, el proyecto está paralizado por un incumplimiento de proceso de la brasileña Empresa de Generación Eléctrica Amazonas Sur SAC (Egasur, integrada, cómo no, por la inefable Odebrecht).

La propuesta nace del pacto energético Perú-Brasil firmado por Alan García y Lula da Silva (en plena campaña electoral), pese al rechazo de las poblaciones amazónicas peruanas de las zonas que se afectarán. Paquitzapango, en el río Ene, Junín (con presencia también de Odebrecht) es otro de los proyectos priorizados. Aquí se desplazarán como mínimo a 10.000 personas, la mayoría asháninkas, esclavizados y desterrados por los terroristas de Sendero Luminoso en los ochenta. Penden también amenazas sobre la zona de Megantoni en el pongo (del quechua punku: puerta) de Mainique por diversos proyectos energéticos, incluida un represa. El gran Pongo, paso de los rápidos del Urubamba, es considerada ‘hotspot’ de megadiversidad –en tres millas cuadradas hay más biodiversidad que en cualquier otro punto del globo–, se dan 10 de las 84 zonas de vida del país, y gran productora de oxígeno. Es el territorio ancestral de la mayoría de machiguengas.

¿ENTREGA DEL AGUA?
Los conservacionistas se preguntan ya si estas hidroeléctricas esconden la solapada concesión del recurso agua a determinadas empresas. Grupos de activistas, a lo largo y ancho del continente, abordan el tema como una defensa del agua para uso directo de las poblaciones. Las represas de gran alcance mal ubicadas generan cambios ecológicos irreversibles. En la última década la crítica a estas ha crecido al punto de considerarse a las centrales nucleares más amigables con el entorno.

La presencia del doctor Giesecke en el nuevo Gabinete es alentadora: “Unos se llevan los activos y otros los pasivos”, ha dicho sobre el aprovechamiento de los recursos naturales. Y no parece estar dispuesto a que estos se nos sigan cargando a los peruanos.

PARA TENER EN CUENTA
Impactos de las represas
1 Afectan derecho de propiedad o uso territorial de comunidades ancestrales.

2 Impactan sobre la pesca ribereña para consumo diario.

3 Restringen el acceso a fuentes de agua para la población.

4 Alteran el ciclo natural de los ríos.

5 Interrumpen la migración y reproducción de especies acuáticas.

6 Promueven la defores- tación y pérdida de biodiversidad.

7 Alteran el ciclo natural de los ríos.

8 Fracturan la forma de vida y cultura de la población.

9 Llevan a la irrupción de foráneos (constructores) y de costumbres extrañas a la zona.

10 Atentan contra las áreas protegidas y de conservación, y de amortiguamiento.

El Comercio, 25 de julio de 2011

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