“Tengo que darles una noticia negra y definitiva/Todos ustedes se están muriendo”, escribió Emilio Adolfo Westphalen (1911-2001) en su poema “Mundo mágico”. Le bastó publicar a los 22 años “Las ínsulas extrañas” (1933) y a los 24, “Abolición de la muerte” (1935), dieciocho poemas en total que le ganaran una reputación de poeta mayor que lo acompañará por siempre. De su obra dijo Octavio Paz: “Poesía de poeta y no de profesor ni de predicador ni de inquisidor. Poesía que no juzga, sino que se asombra y nos asombra”. Al conmemorarse el centenario de E. A. Westphalen, su poesía sumergida en el surrealismo no deja de asombrar y maravillar. Pese a lo breve de su obra, es considerada fundamental en la lengua española. “Estimo –dijo– la actividad poética al igual que toda otra actividad estética como una necesidad vital. No se obtendrá de ella naturalmente la ‘abolición de la muerte’, pero sí, quizá, hacer más llevadera la vida”.
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El Dominical, 17 de julio de 2011
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