sábado, noviembre 02, 2013

El limeño que gobernó Cuba por seis horas

"En las altas esferas del gobierno, hay enemigos de la libertad y de la independencia, prohombres que quieren someter al país a sus intereses y caprichos, dispuestos, ellos mismos, a someterse a la mano del extranjero, ansiosos de esclavitud. No habría lógica en el mundo si, al cabo, la prensa no les hiciera morder el polvo de la derrota". Así escribió el notable periodista, político, diplomático e insigne campeón de ajedrez, Manuel Márquez Sterling y Loret de Mola. Nació en Lima y fue presidente de Cuba por apenas seis horas, pero su legado histórico es tal que su nombre sigue vigente.
Fue el 28 de agosto de 1872 cuando en la Em de Cuba en Lima doña Belén Loret de Mola, esposa del embajador, empezó el proceso de parto. Afuera, los paseantes enfrentaban el deprimente gris invernal, mientras dentro de la casa diplomática un niño respiraba por vez primera. Esa primigenia aspiración del húmedo aire limeño fue, quizá, lo que le desencadenó el asma de la que nunca escapó. El niño alumbrado en la capital del Perú gobernó Cuba seis horas y, hasta en eso, el sino limeño lo persiguió: su fugaz presidencia en 1943 ocurrió, ni más ni menos, un 18 de enero, día de la fundación española de la Ciudad de los Reyes. Regresaría a nuestra ciudad, ya como embajador.
El hombre de esta historia vino al mundo justamente el año en que el presidente José Balta inauguró la Exposición Universal en Lima, y dos años después de que el reloj (1870) del inventor Pedro Ruiz Gallo fuera instalado. Ese reloj asombroso marcó los días, los años, los meses, las estaciones, las fases de la luna, izó el pabellón nacional y mediante un complejo sistema de campanas entonó el himno nacional mientras el niño crecía.
Belén Loret de Mola, pertenecía a una de las familias más importantes de la isla. Los Loret son una familia noble y de abolengo desde el reinado de Carlos VII, según las investigaciones en Francia de Guy Loret de Mola Nariño, hijo del coronel Emilio Loret de Mola y Varona, médico del Ejército Libertador de Cuba. El apellido fue originalmente Lorett y tomó el Molac, del lugar o señorío de origen, castellanizándose como Loret de Mola.
A los 10 años partió con sus padres a la caliente Camagüey, Cuba, y tempranamente colaboró con publicaciones como "El Pueblo" y "El Camagüeyano", periódico fundado por su padre. A los 15 años creó la revista "El Estudiante". El asma no lo dejaba y sus padres lo enviaron a la sequedad de Mérida, en Yucatán. Fue allí donde empezó con la crítica literaria en "El eco del comercio" y a escribir sobre ajedrez en la "Revista de Mérida". Al volver a Cuba establece el semanario político "Justicia", ya para entonces era un político liberal, inspirado por José Martí e importante cuadro del Partido Revolucionario Cubano.
El limeño que gobernó la isla caribeña por seis horas usó la pluma para denunciar la corrupción y la malversación y tratar de convertir a Cuba en una nación fuerte, soberana, modelo y ejemplo para el resto del planeta. Si la viera hoy bajo el yugo castrista, sin duda sería su mayor crítico.
Destacado periodista
Su vida transcurre entre la pluma y el papel
- Fundó varios diarios como "El Mundo" (1901), "La Lucha" (1905), "El Heraldo de Cuba" (1913) y "La Nación" (1916). También fue autor de un gran reportaje sobre la revolución Mexicana que derivó en el libro « Los últimos días de Madero » .
Más allá de un tablero
El noble juego del ajedrez
- En 1943, la primera escuela de periodismo de Cuba adopta su nombre. En 1900, participó en el Torneo de Ajedrez de París, y acabó en el puesto 16-17. Fue el editor original de la "Primera revista mexicana de ajedrez". 

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