Los dos más notables conservacionistas de nuestro tiempo unieron sus voces en
Argentina por la defensa del ambiente
Se admiraron mutuamente por décadas, pero no se conocieron hasta la semana
pasada. Tienen cerca de 80 años y están activos difundiendo potentes mensajes
por el ambiente.
La inglesa Jane Goodall (1934) y el estadounidense Roger Payne (1935) se
reunieron en Argentina para hablar al mundo por livestreaming, y protagonizar un
documental en el que alertan sobre la problemática ambiental.
Chimpancés en Gombe
"Si somos las criaturas más intelectuales que han caminado sobre el planeta,
cómo es que lo estamos destruyendo. Debemos aprender a vivir en paz entre
nosotros y con la naturaleza", repite incansablemente Jane Goodall, la mayor
experta en chimpancés del planeta. Desde 1960 consagró su vida al estudio de
esos primates en la selva de Tanzania, y a salvarlos de la extinción para lo que
era urgente conservar su hábitat y, así, impulsó la creación del Parque Nacional
de Gombe.
Goodall descubrió que los chimpancés no eran vegetarianos, que guerreaban y
fabricaban herramientas rudimentarias para ayudarse en la obtención de
alimentos: cortar y deshojar palitos para extraer termitas, por ejemplo. Este
hallazgo derrumbó la noción de que el uso de herramientas era exclusivo de los
humanos.
Terminó convirtiéndose en activista y ahora viaja 300 días al año para
promover estilos de vida sostenibles. Va por el mundo explicando a los jóvenes,
empresarios, líderes políticos y religiosos cómo actuar en beneficio del planeta
y de nuestro futuro común. En menos de tres semanas, hará lo mismo en nuestro
país.
Ballenas en Patagonia
El biólogo y conservacionista Roger Payne se ha dedicado por más de 40 años
al estudio de las ballenas, especialmente de las "francas australes", que se
reproducen en Península Valdés, en la Patagonia, Argentina.
Payne alcanzó fama en 1967, al descubrir el canto de apareamiento de las
ballenas jorobadas machos, un complejo arreglo sonoro, y luego se convirtió en
una figura clave en la batalla por la erradicación de su caza comercial. En 1970
fundó Ocean Alliance y por más de cuatro décadas ha liderado investigaciones en
todos los océanos.
Como Goodall, comprendió que salvar una especie pasaba por preservar su
hábitat. En 1979 dijo a la revista "National Geographic": "Dentro de poco, la
contaminación reemplazará al arpón como la siguiente amenaza mortal para las
ballenas, y luego, lo será la humanidad".
Próceres verdes
Jane y Payne son próceres de la ecología, comparten una misma visión y
trayectoria: investigadores mutados en activistas, difunden una nueva ética con
el ambiente, están convencidos de que solo la ciencia y la educación permitirán
el cambio de conducta necesario por la vida en la Tierra.
Jane viene al Perú
En la capital
El 16 de noviembre arribará a Lima, por primera vez, la doctora Jane Goodall.
En las escuelas
En Lima, la doctora Goodall explicará los alcances del proyecto de educación
Roots and Shoots ante niños y jóvenes de tres colegios.
En debate
La importancia de la agricultura orgánica para la conservación ambiental, la
salud y la lucha contra la pobreza será uno de los temas que abordará. También
busca un acercamiento entre el gremio empresarial y el enfoque de desarrollo
sostenible como eje de toda propuesta de crecimiento económico.
Viaje a la selva
Visitará la ciudad de Iquitos. Allí dará un conferencia y mandará un mensaje
al mundo sobre la importancia de conservar la selva.
Documental
Puede ver el encuentro de Goodall y Payne en: http://goo.gl/uBy1Bf.
Raíces y brotes
Los jóvenes como elementos del cambio
Jane Goodall
El nombre del programa Roots & Shoots (Raíces y Brotes) es muy simbólico.
Cuando era una niña solía trepar el haya, un árbol, para sentirme cerca de los
pájaros. Le insistí a mi abuela que me lo regalara por mi cumpleaños. Me dio una
diminuta semilla que ahora es un árbol grande. Esa semilla comenzó a crecer y a
echar raíces y un pequeño brote. Una semilla es muy pequeña y débil en
apariencia, pero dentro tiene una fuerza viva tan poderosa que permite a sus
pequeñas raíces alcanzar el agua atravesando y apartando rocas. El pequeño
brote, para alcanzar la luz del sol, puede atravesar las grietas de una pared y
tirarla abajo.
Podemos imaginar que las rocas y paredes representan todo lo negativo que los
humanos hemos ocasionado sobre el planeta, tanto desde el punto de vista
medioambiental como social. Ante este panorama desolador surge el brote de la
esperanza.
Si conseguimos que miles de jóvenes en todo el mundo se unan, ellos podrán
abrir paso y hacer un planeta mejor. El único camino posible para provocar el
cambio es conseguir que más y más jóvenes de todos lados se impliquen.
El Comercio, 29 de octubre de 2013
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