¿Están
Yaku y Wayra vivos en el resort Dolphin Cove de Jamaica? Es difícil asegurarlo,
pero más difícil aún creerlo.
Los
hermanos Levy -ex Banco Nuevo Mundo, Gremco, Hotel Los Delfines y
"dueños" de esos cetáceos- pretenden convencernos de que así es. Con
esa finalidad han montado una campaña mediática y circulan fotos de delfines.
Aseguran que entre ellos está feliz la pareja a la que tanto hicieron sufrir
estos insensibles, expulsados de la comunidad judía por sus malas artes
empresariales.
¿Debe
importarnos el destino de Yaku y Wayra? Sí, y por varias razones. La primera
tiene que ver con el avance individual y colectivo. La creciente corriente
animalista -movimiento pro derechos de los animales- no es una moda, es un
producto moral e intelectual que refleja el avance de la civilización. La
lúcida periodista y escritora española Rosa Montero ha escrito: "Cuanto
más culta y democrática sea una sociedad, menos cruel será con todos los seres
vivos". Si este argumento no convence a algunos, hay otra razón: la
presunta y solapada corrupción.
El
traslado de Yaku y Wayra fue posible por la desidia de las autoridades, la
capacidad de algunos de torcer las leyes y el contacto con lo más alto del
poder político (no olvidemos que el hotel de los Levy fue cuartel de campaña
del hoy presidente Humala). Para el traslado de los delfines no se siguió un
protocolo adecuado ni se contó con la supervisión de alguien que los conociera.
Todo
indica que las fotitos de postal tropical circuladas por los Levy no
corresponden a los defines que estuvieron en el Perú. Una de esas fotos muestra
a un supuesto Yaku con el hocico abierto a la espera de un trozo de pescado.
Pequeño detalle: tiene los dientes completos cuando es sabido que le faltaban
dos, como bien lo ha recordado en "Caretas" su ex cuidadora Ursula
Behr.
¿Qué le
debe el actual gobierno a los Levy para que hasta el Ministerio de la
Producción (Produce) se haya sumado a la farsa? En un comunicado que podría
desatar un escándalo internacional, Produce afirma que Yaku y Wayra
"llegaron en buen estado". Y se atreven a garantizarlo sin contar con
pruebas documentadas ni grabación y registro fotográfico completo del traslado.
Los
delfines son considerados internacionalmente como "personas no
humanas". Y en Lima el maltrato ha ocurrido a vista y paciencia de las
autoridades, pese a la denuncia de los medios y a las protestas ciudadanas. La
escritora Rosa Montero -activa animalista- reflexionó alguna vez sobre la frase
del Nobel Anatole France: "Hasta que no hayas amado a un animal, parte de
tu alma estará dormida".
Otra
razón para preocuparnos por el maltrato de estos delfines son las
investigaciones que demuestran que quienes tienen antecedentes de crueldad
contra los animales son más proclives a maltratar a humanos y perpetrar
crímenes.
Las
manifestaciones de rechazo de la violencia perpetrada contra Yaku y Wayra son
una buena noticia, porque es una abierta oposición a la violencia. La mala
noticia es que a un buen sector del empresariado y de las autoridades, tanto
sadismo ni les ha dado escalofríos.
DELFINES
Denuncian
supuesto traslado irregular
- María
Elena Llanos, ex entrenadora de los delfines, denunció a Cilde, la ONG que
apoyó el supuesto traslado irregular de los animales a Jamaica. Yaku y Wayra
fueron colocados en contenedores -estrechos y con hielo- de la empresa Talma.
UNA
FRASE VALIOSA
Rosa
Montero: el ser cultural y el ser animal
-
"Cuando el ser humano sale de la pompa absurda de su autoimportancia, sale
también del encierro y de la soledad de su individualidad. Convivir con los
animales te sana la herida entre el ser cultural y el ser animal que los
humanos padecemos".
Martha Meier MQ.
Editora Central
El Comercio, 30 de julio de 2014
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