La Lima
del futuro será la que empecemos a imaginar hoy. Lo que logremos imaginar. Y es
que nada llega a existir si no lo imaginamos primero y luego trabajamos por
ello.
La
imaginación es un arma potente, pero lamentablemente escasa. La artista
plástica Yoko Ono y su esposo, el beatle John Lennon, lo sabían. Por eso, en
medio de lo más sangriento de la guerra de Vietnam, la pacifista pareja lanzó
su campaña "Imagine Peace" (imagina la paz). Parte de ese gran
proyecto fue, también, "Imagine" (Imagina), la canción-himno de
Lennon.
Así las
cosas, la Lima del futuro será la que imaginemos, más allá de las pésimas
autoridades que puedan gobernarla (como la innombrable actual que todos
padecemos). Lima, como parte de las ciudades del futuro, será el gran escenario
de soluciones ingeniosas y símbolo de la era pospetróleo. Por sus anchas y
arboladas calles circularán autos y buses solares. El transporte público será
revolucionario, con vagones pequeños, silenciosos y sin chofer, que circularán
sobre rieles magnéticos.
Los
basurales generarán energía y los más altos edificios tendrán grandes parques
en sus azoteas, molinos para generar energía a partir del viento y
atrapanieblas para aprovechar la humedad del ambiente. Habrá huertos verticales
y bastará sacar la mano por la ventana para cosechar un tomate, una lechuga o
una manzana. A nadie le faltará el alimento, ni el agua limpia.
Lima
será una ciudad inteligente con todas las construcciones interconectadas y
comunicadas, con una sala central de operaciones que ordenará todo: desde el
cambio en la sincronización de los semáforos hasta el envío de aparatos aéreos
disuasivos a algún rincón donde improbablemente haya algún asalto, porque Lima
será una ciudad tranquila y segura.
Todas
las construcciones serán "inteligentes" y sostenibles que sabrán
responder al clima y la luz del día. Los sensores en el suelo detectarán si
hemos sufrido una caída y no nos hemos levantado y automáticamente esto se
comunicará a los encargados de ayudarnos. La energía será compartida entre los
hogares, y la que no use una casa porque sus habitantes están fuera será
vendida al vecino (esto ya ocurre en varias ciudades, permitiendo gran ahorro
energético y un buen negocio para las familias).
Los
colegios serán al aire libre o vía Internet. La tele será educativa y los
medios solo tendrán buenas noticias, en realidad porque nada malo pasará.
Las
familias tendrán mucho más tiempo para compartir porque no habrá que
trasladarse tanto. Conversarán más pues se habrá perdido esa mala costumbre de
andar pegado a algún aparato. La mayoría de personas trabajará desde sus casas.
Y sus vidas serán así más tranquilas y relajadas.
Todo lo
que botemos será reciclado y reusado. Y nunca más votaremos por la alcaldesa
que nunca debió ser. Así imagino la Lima del mañana: educada, culta, segura,
sin pobreza, libre de contaminación, con extensas áreas verdes, silenciosa,
tranquila, perfumada, familiar, entretenida, amable, con espacios para
desarrollar la creatividad y el arte. Una Lima mejor, libre de incompetentes en
la alcaldía, es decir, sin Susana Villarán de la Puente. ¡Yeeeeeee!
Anthony
Townsend
Una
nueva utopía
-
"Algunos quieren afinar el funcionamiento de una ciudad como con un auto
de carreras, pero, en el proceso, dejan afuera a los ciudadanos", dijo
Anthony Townsend, director del Instituto del Futuro y autor de "Ciudades
inteligentes: Grandes datos, hackers civiles y la búsqueda de una nueva
utopía".
Yoko Ono
El
destino, la imaginación y la paz
- "Ya
que el destino es creado primeramente imaginando el destino que queremos,
debemos imaginar la paz de una manera grande con total convicción", dijo
la artista plástica Yoko Ono, pareja del músico y beatle John Lennon.
Martha Meier MQ.
Editora Central
El Comercio, 23 de julio de 2014
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