Nuestro país se ubica dentro del llamado Cinturón de Fuego del Pacífico, un
área de alta actividad sísmica. Los terremotos no nos son ajenos y Lima tiene
una larga historia vinculada a ellos. La pregunta que debemos hacernos hoy es si
estamos preparados para el sismo de gran magnitud que, antes o después, azotará
a nuestra ciudad.
Si algo preocupa a los investigadores es el largo "silencio sísmico" que se
registra en la ciudad desde hace varias décadas. En opinión del físico nuclear
Modesto Montoya, este "silencio" es una alerta de que en la capital habrá un
sismo de grandes dimensiones y "por ello -dijo- debemos estar preparados".
Mientras más tiempo pasa entre un fenómeno y otro, la energía se concentra en
las placas tectónicas. La presión ejercida al liberarse genera terremotos de
consideración. Y eso es lo que ocurrirá en Lima, sin mediar señales previas ni
forma de vaticinarlo. No está de más prepararse y tener un plan de contingencia
familiar.
Toda familia debe definir un punto de encuentro en caso de un sismo de
magnitud (no hay que olvidar que las comunicaciones telefónicas colapsan). La
puerta de la casa debe estar despejada, sin objetos que puedan caer en caso de
un movimiento y obstaculizar la salida.
A mano debe tenerse una mochila con un kit básico de primeros auxilios,
botellas de agua y las medicinas de uso regular para enfermedades crónicas:
presión alta, corazón, asma, entre otras.
El experto Hernando Tavera, del Instituto Geofísico del Perú, calcula el
"silencio sísmico" de Lima en 267 años. En todo ese tiempo no se ha registrado
ningún gran terremoto. Tavera considera que "siempre hay que estar preparados".
Los últimos grandes terremotos sufridos en Lima y Callao ocurrieron durante
el Virreinato y en la década de los 40 del siglo XX. Un doble sismo se produjo
el 20 de octubre de 1687, a las 4:15 de la madrugada y a las 5:30, asolando la
costa central peruana desde Chancay a Pisco.
Fue tan fuerte que las campanas de las iglesias tocaban por sí solas hasta
que varias torres se desplomaron, la tierra se agrietó y un extenso maremoto
-con olas de hasta 10 metros- afectó al puerto del Callao y gran parte de la
costa, de Chancay hasta Arequipa. En Lurín desapareció un pueblo de pescadores
entero. Las áreas agrícolas quedaron improductivas y se dejó de cosechar trigo
en la ciudad, debiéndose importar de Chile, con el consecuente encarecimiento
del pan.
El 28 de octubre de 1746 otro terremoto afectó también la costa central,
durante el gobierno del virrey José Manso de Velasco. Este fue el más fuerte que
ha sacudido Lima a lo largo de su historia.
Se calcula que duró 4 minutos. Cayeron conventos, casonas, iglesias y la
ciudad se oscureció por el polvo. El Callao fue, otra vez, arrasado por un
maremoto. El evento hizo crecer la fe en la procesión del Señor de Los Milagros.
El terremoto más fuerte del siglo XX en Lima ocurrió en 1940, el 24 de mayo a
las 11:35 a.m. y fue sentido desde Guayaquil (Ecuador) hasta Arica (Chile). Un
remezón similar es lo que se espera para la capital, así que más vale estar
preparados.
En la capital
La participación en los simulacros disminuye
- Durante el último simulacro nocturno de sismo y tsunamis realizado el 10 de
octubre del año pasado en todo el país solo participó un 60 % de limeños, según
cifras alcanzadas por Defensa Civil. Esto supuso un retroceso del 20% respecto
al mismo evento en el 2013.
Tragedia en Pisco
Recuerdo doloroso
- El terremoto de Pisco ocurrido el 15 de agosto de 2007 tuvo una duración de
2 minutos 55 segundos y una magnitud de 8 grados. Fue uno de más violentos
ocurridos en el Perú en los últimos años y dejó 595 muertos, 2.291 heridos y
76.000 viviendas totalmente destruidas.
El Comercio, 22 de enero de 2014
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