El Perú pierde cuando un profesional acepta un cargo público porque muta
en burócrata. Eso es una maldición.
¿Le está pasando eso a Luis Jaime Castillo Butters? Es uno de nuestros
más destacados arqueólogos, sus estudios son reconocidos en los ámbitos locales
e internacionales. Profesor de la Universidad Católica y doctor en Antropología
por la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA); un reputado académico
nombrado viceministro de Cultura e Industrias Culturales el año pasado. Como
funcionario ha debido salir al paso a quienes sostenemos que nuestro patrimonio
histórico está a la deriva.
Javier Lizarzaburu, autor del blog Lima Milenaria, dio el campanazo de
alerta hace un par de semanas. Es un hecho que las antiguas casonas coloniales
y republicanas y otros edificios de importancia han quedado a merced de las
inmobiliarias, de las constructoras y las municipalidades.
El lunes, en este mismo Diario, el viceministro Castillo Butters afirmó
que las normas derivadas del paquetazo reactivador, "no modifican ni
eliminan la protección que el Estado otorga al patrimonio cultural histórico
inmueble, contenida en la Ley General de Patrimonio Cultural". Se equivoca
Sostiene que la Ley 30230 garantiza que toda obra que afecte al
patrimonio "requiere autorización del Ministerio de Cultura" y que
"decir que [...] el patrimonio cultural está a la deriva es
incorrecto". En realidad lo incorrecto es su dicho.
La ley a la que alude es la Ley que Establece Medidas Tributarias,
Simplificación de Procedimientos y Permisos para la Promoción y Dinamización de
la Inversión en el País. Con 67 artículos, recién el 60 recuerda a la Ley
General del Patrimonio Cultural de la Nación (28296), para modificar dos
importantes numerales (22.1 y 22.2).
Se ha eliminado la palabra "previa" para la autorización
requerida del Ministerio de Cultura para obras en inmuebles considerados
Patrimonio Cultural de la Nación. Al no ser "previa", es obvio que
podrá regularizarse posteriormente.
Asimismo, la ley citada por el viceministro ha sustituido una frase
clave: "Es nula la licencia municipal que carezca de dicha autorización
[la del Mincul] sin perjuicio de las responsabilidades administrativas, civiles
y penales que correspondan". Ahora el acápite 22.2 de la Ley de Patrimonio
dice que en caso de obras que afecten al patrimonio "el Ministerio de
Cultura designará los delegados ad hoc que estime necesarios de conformidad con
lo establecido en la Ley 29090, es decir la Ley de Regulación de Habilitaciones
Urbanas y de Edificaciones. Esta ha "simplificado" tanto la
construcción que los municipios emiten permisos para cualquier cosa, en casi
cualquier parte y violando sus propios parámetros. Esa ley es motor del actual
desorden urbanístico de la capital.
Así las cosas,fue sabio Antonio Raimondi cuando sentenció: "Jóvenes
peruanos dad tregua a la política y dedicaos a dar a conocer su país y los
inmensos recursos que tiene". A lo que añadiríamos... no queremos que la
politiquería devore a uno de nuestros mayores arqueólogos.
DEMOLICIÓN
Desarrollo urbano contra patrimonio
"Obras con valor patrimonial son demolidas o transformadas de modo
tal que se desvirtúa su valor testimonial, en función de la ley de
oferta-demanda de espacio urbano", señala el museólogo argentino Fabián
Garré sobre esta problemática que afecta a la región.
PATRIMONIO
Paisaje cultural es testimonio histórico
"El paisaje cultural, que circunscribe el patrimonio urbano,
refleja, fielmente, el testimonio de todas las culturas que históricamente han
desarrollado su acción sobre dicho paisaje modelándolo, desde sus orígenes
hasta la actualidad", añade Garré.
Martha Meier MQ.
Editora Central
El Comercio 12 de noviembre de 2014
No hay comentarios.:
Publicar un comentario