A doce días de que Lima sea sede de la COP 20, la Convención Marco de
las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, no todo está listo ni previsto.
Y hay ciertas cosas que preocupan. ¿Están nuestras autoridades en capacidad de
garantizar la seguridad de esa reunión?
El lunes, el analista Hugo Guerra, ex editor de opinión de este Diario,
escribió en su columna un tema que no puede tomarse a la ligera: la posibilidad
de que la COP 20 sea blanco de un ataque terrorista.
A la importante reunión internacional, y actividades paralelas,
arribarán alrededor de 25 mil personas de los 195 países signatarios de
convención: autoridades, políticos, académicos, periodistas y activistas. Y
entre estos últimos, de todo: desde indignados hasta elementos antisociales con
potenciales vínculos con el terrorismo internacional.
Hugo Guerra menciona "la poca atención en torno a la captura en
Lima, el 28 de octubre, de un libanés vinculado al fundamentalismo
musulmán", afirmando que "nuevos indicios sugieren que el asunto
podría ser muy grave".
Muhammad Ghaleb Hamdar, el detenido, guardaba explosivos militares y
aceptó ser integrante, ni más ni menos, del grupo terrorista libanés Hezbolá
(financiado por Irán).
"La hipótesis más inquietante -indica Guerra- es que, aparte de
eventuales ataques contra intereses judíos, el objetivo criminal podría ser la
Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático".
Guerra nos recuerda que los fundamentalistas islámicos participaron, en
el 2011, en diversas actividades en convenio con el ALBA, los etnocaceristas,
la Federación Agraria Revolucionaria Túpac Amaru y grupos sanmarquinos para
promover intereses iraníes en regiones como Cusco y Apurímac. Y que la Guardia
Revolucionaria Iraní realiza "captación, reclutamiento, capacitación,
adoctrinamiento" en nuestro país entre los simpatizantes de la revolución
bolivariana, con el cuento de actividades culturales o de apoyo a los
indígenas.
Hay una estructura militar chiita en el Perú, y su cara más visible "es
Edwar Quiroga Vargas, uno de los primeros en ser reclutados", escribe
Guerra.
Así las cosas, las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional no podrán ni
pestañear durante la COP 20.
Las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional no podrán ni pestañear durante la COP 20. (Foto: Difusión) |
Además de Hezbolá, está el peligro del virus del ébola. "En teoría
-dice la Organización Mundial de la Salud-, habida cuenta de la velocidad y el
volumen de viajes aéreos, cualquier ciudad que tenga un aeropuerto
internacional podría verse afectada por un caso de ébola". Y a la COP 20
arribarán miles de personas que habrán pasado por varios aeropuertos.
¿Qué protocolo ha diseñado el Ministerio de Salud para blindar la
entrada del virus al país? Lo único que puede tranquilizar un poco a los
hipocondríacos es que esa cartera está, por fin, en manos de un médico, y no de
una socióloga como era Midori de Habich, y que ese médico es, a Dios gracias,
epidemiólogo, el doctor Aníbal Velásquez Valdivia.
De cualquier modo, los limeños estaríamos más tranquilos si para la COP
20 los participantes se hubiesen interconectado vía Skype, u otras facilidades
de Internet. Digo nomás.
Amenaza del Hezbolá
Preocupante actividad en Latinoamérica
- "El investigador Ely Karmon, del Instituto Internacional contra
el Terrorismo, advierte que durante los últimos dos años hubo un incremento de
la actividad de Hezbolá en México y el Perú", señaló Hugo Guerra en su
artículo "¿Cumbre en la mira?", publicado en El Comercio.
Así lo dijo ana jara
Encuentro atraerá a miles de visitantes
- "Hasta ahora no hay un solo caso presentado en la región pero no
hay que olvidar que vamos a recibir una gran afluencia de público en el mes de
diciembre, en el marco de la COP 20", dijo la presidenta del Consejo de
Ministros, Ana Jara, en octubre.
Martha Meier MQ.
Editor Central
El Comercio, 19 de noviembre de 2014
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