miércoles, junio 03, 2015

Amazónicos en la selva de cemento

Centenares de indígenas amazónicos son parte de la dinámica limeña. Dejan atrás sus comunidades, sus sabores y territorios ancestrales en busca de oportunidades que les son negadas desde la propia Lima, centro medular de la ceguera política que nos mal gobierna a todos.
Nuestra urbe, con sus alucinaciones de cosmopolita, es residencia de una buena cantidad de indígenas, algunos organizados en asociaciones estudiantiles amazónicas y comunidades indígenas urbanas. Un ejemplo de esto último son los shipibos de Cantagallo, en el Rímac, a poca distancia de Palacio de Gobierno. Hay nativos amazónicos asentados también en Ventanilla y Santa Eulalia. Triste debe ser mirar los cerros pelados y el cielo sin nubes, recordando el sonido de la lluvia sobre el suelo de hojas.
Ahora bien, seamos sinceros: la vida aquí es insufrible, fea y dura. Lo es inclusive para una buena parte de nosotros los nativos de esta desordenada, contaminada y gris selva de concreto. Si un limeño se siente agredido por la violencia, los ruidos, la suciedad y la contaminación de su propia ciudad, ¿cómo padecerá quien nació bajo una cúpula verde, oyendo el canto de las aves y el rumor del río traído por el viento?
La migración de indígenas amazónicos hacia Lima y su residencia en ella ha sido escasamente estudiada. En octubre del año pasado se presentó el libro "Diagnóstico situacional de pueblos indígenas amazónicos en Lima Metropolitana", un importante estudio financiado por la Unión Europea. ¿Por qué dejar atrás a sus familias, su cálido clima y sus territorios? El estudio detectó razones principales: la búsqueda de oportunidades y el acceso a niveles de educación inexistentes en sus comunidades.
Hace prácticamente 15 años, 14 familias del grupo étnico shipibo-konibo (distribuido a lo largo del Ucayali, en la selva norte) se establecieron en Lima con la ilusión de prosperar en la ya mencionada zona de Cantagallo, en el Rímac.
Con el correr del tiempo el lugar se convirtió en el punto de llegada para otros shipibos, se formó la Asociación de Viviendas Shipibos en Lima (Avshil). La zona se divide en tres niveles: cerca de 80 familias ocupan el segundo y más de 200 socios se asientan en el tercero. Su principal actividad es la artesanía y la pintura de diseños kené (originalmente realizada por mujeres, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial del Perú por la Unesco en el 2008). Pero las cosas no son fáciles para ellos ni el resto de indígenas amazónicos urbanos.
Una de las principales barreras que enfrentan es la del lenguaje. Si bien muchos terminaron la secundaria completa en sus comunidades, debemos tomar en cuenta que si en la capital la calidad educativa es paupérrima, lo es más en medio de la selva. Y no solo eso, acceder a los servicios del Estado pasa por entender unas palabras y un "idioma burocrático" bastante complejo para cualquiera.

Los indígenas amazónicos están desprotegidos, menos reconocidos y huérfanos de territorio propio, en Lima, que en sus olvidadas comunidades.
Esta ciudad es esencialmente discriminadora, así los vecinos consideran "diferentes" a los amazónicos y los miran hacia abajo, como si no todos fuésemos hijos de esta misma patria ingrata.

Shipibo-Konibo
Mundos y cosmovisión
- Según el libro "El ojo verde. Cosmovisiones amazónicas", los cuatro mundos shipibo-konibo son: el de las aguas o jenenete; nuestro mundo o non netees, habitado por hombres, animales y plantas; el amarillo o panshinnete, de los pecados y espíritus malos; y el mundo del padre sol o jakon nete.
Asociación de artesanos
Asentados en Lima
- A principios del siglo XXI llegaron a Lima familias de shipibos para una feria en Las Malvinas de Cantagallo y crearon la Asociación de Artesanos Shipibos Residentes en Lima (Ashirel). Kené es un diseño que plasma -en diversos soportes- la cosmovisión del 
El congresista otrora oficialista Jorge Rimarachín lanzó una frase para tentar al diablo: "Ollanta no tiene 'runtus' para cerrar el Congreso". Esa es palabra quechua para lo que ponen las gallinas, demás aves y también el ornitorrinco: es decir huevos. Esto mientras se debatía, por segunda vez, el voto de confianza al Gabinete encabezado por la abogada Ana Jara.
Fue una inaceptable falta de respeto a la figura del presidente y una bromita peligrosa. ¿Rimarachín quiere otro "disolver"? El representante de Cajamarca no es consciente de que hoy, como ayer, la clausura del Congreso sería vitoreada. El Legislativo -con sus 'come-oros', 'robacables' y 'mamarrachines' (o sea él) y varios otros prescindibles representantes- tiene una aprobación de apenas 13%.
Las calidades humanas, éticas y profesionales de la doctora Jara no lograron convencer a la oposición y el debate se aplazó para la próxima semana. Hasta ahora ha imperado el diálogo de sordos, la obstinación de una descompuesta mayoría por imponerse y la negativa del partido de gobierno de escuchar a quienes representan a quienes votaron por otros. Ha sido un disparo a los pies de la gobernabilidad en un escenario de frenazo económico (apenas 0,3% de crecimiento en junio).
La oposición, sin duda, aprovecha para pasarle la factura al Gobierno por un "paquetazo reactivador" enviado al Congreso para aprobación cuando el Legislativo estaba en receso (el pase lo dio la Comisión Permanente del Congreso, sin mediar debate).
De hecho la oposición tiene exigencias: la salida del ministro de Energía y Minas, Eleodoro Mayorga; la modificación de la norma que obliga a los trabajadores independientes a aportar a las AFP y la solución a la huelga médica que ya lleva más de 100 días (o lo que es lo mismo, que la ministra De Habich se vaya a su casa).
Fuerza Popular, el partido de Keiko Fujimori, ha sido enfático al pedir que se revierta la postulación de Diego García Sayán a la Secretaría General de la OEA. Ayer Juan José Díaz Dios (FP) volvió a pedirlo. Recordemos que García Sayán como ministro de Justicia, 2001, favoreció a más de 60 terroristas; flexibilizó la legislación antiterrorista y llevó a que el país indemnizara a miembros de Sendero Luminoso y el MRTA.
Además de los 'runtus' de Rimarachín, sobraron las frases huecas e inoportunas. Cecilia Tait dijo que el Gabinete es impuesto por "la Confiep, de los empresarios, de las personas prestigiosas". Mientras la ex funcionaria aprista Rosa Mavila se despachó un saludo por los cincuenta años del Instituto de Estudios Peruanos (IEP).
Quien se coronó fue la presidente del Congreso, Ana María Solórzano: en medio del conteo de votos para el aplazamiento, saludó a uno de sus colegas que estaba de cumpleaños.
Entonces recordamos al periodista y poeta vanguardista argentino Oliverio Girondo (1891-1967) y sus versos: "/.../La baba hedionda,/cáustica;/la negra baba/rancia/que babea [...]por sus jorobas llenas de intereses compuestos,/de cciones usurarias;/.../La baba tartamuda,/.../que pervierte el aire,/...de idiotez,/de ceguera,/de mezquindad,/.../".

¡Grande es la poesía!

Martha Meier M.Q.
Editora Central

El Comercio, 27 de agosto de 2014

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