El problema limítrofe marino entre el Perú y Chile no era lo único pendiente.
Falta la creación de amplias reservas marinas.
Cuando en el 2021 el Perú celebre el bicentenario de su independencia deberá
tener 10% de mar protegido. No es un capricho 'verde', sino una obligación del
Estado -enmarcado en el Convenio sobre la Biodiversidad (CDB)- y por ende del
actual gobierno y siguientes. Pero la propuesta de la Asociación Inkaterra de
crear un área reservada en el mar tropical -para el aprovechamiento ordenado y
sostenible de los recursos naturales, deportivos y turísticos- ya generó
malestar a los petroleros.
La Sociedad Peruana de Hidrocarburos (SPH) ha pedido información al Servicio
Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Sernanp) aduciendo que podrían afectarse
lotes en exploración y en explotación.
Obligación
Lo que la Sociedad Peruana de Hidrocarburos desconoce es que el Perú está
obligado a cumplir lo consensuado en la reunión de las partes del Convenio sobre
la Biodiversidad/COP-10, en Aichi, Nagoya, del 2011, es decir, el Plan
Estratégico de la Biodiversidad 2011-2020 y los Objetivos o Metas Aichi, entre
los que figura proteger 10% del mar en el 2020.
Se debe continuar con el ejemplo de civismo dado al acatar el fallo de La
Haya sobre los límites marítimos con Chile, y con ese espíritu cumplir con los
convenios y tratados de los que formamos parte, incluido el de
la Biodiversidad.
La propuesta
Desde el 2012 la Asociación Inkaterra impulsa la creación del área protegida
Cabo Blanco - Banco de Máncora, con una extensión de 6.500 kilómetros y 5 millas
mar adentro. El área alberga 35% de las especies marinas nacionales. De entrada
ya fue encogida. Pedro Gamboa Moquillaza, jefe del Sernanp, declaró al diario
"Gestión" que "se ha hecho un primer acotamiento por más de 200 mil ha en la
zona entre Tumbes y Piura".
¿Sernanp no está tomando en cuenta que solo tiene seis años para cumplir con
la obligación de proteger 10% del mar). Quien aprobará la reserva norteña es el
Ministerio del Ambiente, hoy en manos del muy despreocupado Manuel Pulgar-Vidal.
Conservar el mar
A principios de los años 90, el recordado investigador Manuel Vegas Vélez
propuso la creación de la reserva de Máncora (Tumbes, Piura) y la de Illescas
(Piura, Lambayeque). Luego, el doctor Guillermo Castro Escudero propuso un área
protegida en el Banco de Máncora, con la idea de integrarla al "Corredor Marino
de Conservación y Desarrollo Sostenible conformado por Galápagos (Ecuador) e
Isla de Coco (Costa Rica), y los parques nacionales Coiba (Panamá), Gorgona y
Malpelo (Colombia)".
La actual propuesta de Inkaterra cubre esos espacios y debería llegar a buen
puerto, pues abarca una zona desprotegida y, principalmente, porque es el primer
paso para que en el 2020 el Perú haya cumplido con el artículo 11 de las Metas
Aichi: conservar 10% del mar.
OBLIGACIONES
Las metas de Aichi
En la décima reunión (COP-10) de la Conferencia de las Partes de Convenio
sobre la Biodiversidad se instó a aplicar el Plan Estratégico para la Diversidad
Biológica 2011-2020. Este incluye los objetivos o metas Aichi, consensuadas y
vinculantes. El documento debe servir como un marco flexible para la elaboración
de metas nacionales y regionales.
Con cinco metas estratégicas y 18 objetivos, las metas Aichi son un marco de
acción de diez años -con una ventana hasta el 2020- para todos los países que
forman parte del Convenio sobre la Biodiversidad, incluido el Perú. La intención
es proteger la biodiversidad y al mismo tiempo hacerla más provechosa para la
humanidad, de manera racional y sostenible.
El punto 11 ilustra sobre la importancia de crear reservas como la propuesta
por Inkaterra para el mar tropical del norte peruano. "A más tardar en el 2020
no menos del 17% de las aguas terrestres e interiores y el 10% de las zonas
costeras y marinas se conserva mediante sistemas de zonas protegidas", indica.
El Comercio, 28 de enero de 2013 (Ecología)
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